Al parecer, la única base para argumentar es que Kabal lo dice, y los demás deben obedecer. Aunque lo que diga sean verdades a medias, o no se preocupe en lo mínimo por ratificar sus afirmaciones con cifras o estadísticas.
Lo entiendo. Es muy típico de nuetro país el hablar tonteras sin pensar, ni con fundamento. Apegarse a ideas o prejuicios, aunque estos vayan totalmente contrarios a la realidad.
Ciertamente, el PIB por habitante no indica cómo está distribuído el Ingreso de un país. Pero tampoco es cierto que sea un indicador inútil o irreal. Como un mapa, no siendo una representación 100% de la realidad, aún es útil porque permite guiarnos. De la misma forma, el PIB por habitante puede dar cuenta de cóom evoluciona el bienestar de un país, o la capacida de satisfacer las necesidades básicas de su gente. Y en este sentido, lo que muestra la historia de los últimos 30 años en Nicaragua es una debacle sólovista en países africanos.<br><br>Respecto a la distribución del ingreso en Nicaragua, esta sin duda fue menos desigual durante el gobierno sandinista a juzgar por los datos del Cuadro 3, Pág 20 del siguiente estudio:
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/8/30268/lcl2794-P.pdf" data-cke-saved-href="http://www.eclac.org/publicaciones/xml/8/30268/lcl2794-P.pdf">
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/8/30268/lcl2794-P.pdf
En 1985, el 20% más rico del país percibía el 45% de los ingresos totales. Para 1998, el porcentaje había subido a 63.6%. Pero al mayor igualdad de 1985 se eplica en gran medida a la salida de las peronas más preparadas del pías producto de la guerra. Lo cual simplemente significó que la pobreza se distribuyó más equitativamente. La distribución del ingreso en sí tampoco cuenta toda la historia y mayor igualdad no tiene sentido si lo que se reparte por igual es pobreza.
La guerra civil de 1978-1979 fue una catástrofe para Nicaragua, aumetnada pro la llegada del FSLN al poder, un grupúsculo minoritario que, como los bolcheviques en rusia en 1917, rápidamente se apoderó del poder margninalizando a los demás grupos de la oposición a Somoza. De ahí inició un reino de terror y represión mucho más sanguinario que su antecesor.
La inmigración permenente de nicaraguenses en el país se ha profundizado en las últimas décadas, tal como muestra este informe de la CEPAL:
http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/0/34570/P34570.xml&xsl=/celade/tpl/p9f.xsl&base=/celade/tpl/top-bottom.xsl</a>
Como puede verse en el cuadro 1, Página 12, la información de los censos nacionales muestra un fuerte incremento de la población extranjera en el país. En 1892, dicha población equivalía al 2,6% de la población total. Para 1927 ésta aumentó fuertemente, en especial debido a la llegada de inmigrantes europeos. COn el tiempo, la migración fue menor, y la población se integró al país. Es a partir de 1984 donde se observa un nuevo incremento de la población inmigrante, impulsado básicametne por la población proveneinte de Nicaragua. En el año 2000, un 7,8% de la población del país es de orígen extranjero. Dentro de la cual, 5,9% de ka población proviene de Nicaragua.<br><br>Este fenómeno más permanente de migración es totalmente distinto a migraciones periódicas por trabajo, las cuales son insignificantes. Así que claramente estamos hablando de un caso distinto.
Sin duda, no fue Costa Rica la causa de la caída de Somoza. Fue el retiro del apoyo de los EEEUU la principal causa. Pero en colaborar con su caída, nuestra animadversi´n a Somoza no permitió ver que lo ue lo sutituiría iba a ser peor. Encuentro absurdo pro ejemplo que Carazo haya creído que algo bueno vendría de permitirel a Cuba (A Cuba!!!) usar nuestro territorio para suplir de armamento y otros bienes a los Sandinistas. Tanto que después se llamó a defender la soberanía en la decada siguiente cunado gurpos irregulares de la Contra rondaban en nuestro territorio. Pero nada se dice de la intervención inical en contra de Somoza.
Lo que hago es simplemente reslatar las trascendentales decisiones que se tomaron en el gobierno de Carazo, de cuyas consecuencias negativas aún padecemos.