El reciente incremento del 30% en el abandono de mascotas en refugios durante junio y julio ha puesto en alerta a las organizaciones dedicadas al rescate animal en Costa Rica. Este fenómeno no solo refleja una crisis de bienestar animal, sino que también tiene implicaciones significativas para la salud pública y la convivencia en las comunidades.
En los meses de junio y julio, los refugios de animales han registrado un notable aumento en el número de perros y gatos abandonados. Esta tendencia, alarmante en sí misma, ha sido identificada por la asociación ABAA Animal como un problema recurrente, especialmente a mitad de año. Muchas familias deciden deshacerse de sus mascotas antes de salir de vacaciones, contribuyendo así a esta preocupante estadística.
El director de ABAA Animal, Juan Carlos Peralta, ha señalado que "lamentablemente muchos de los animalitos que se dan como regalos a fin de año terminan a mediados de año abandonados en las calles, una vez que crecen porque no los puedo tener en la casa, se hicieron muy grandes, o por comportamientos propiamente normales de ellos, la gente ya no quiere tenerlos". Esta declaración subraya la falta de compromiso y responsabilidad por parte de algunos propietarios que, al enfrentarse a las dificultades de cuidar a una mascota, optan por abandonarla.
Las organizaciones de rescate y refugios como Territorio de Zaguates y Rescate Animal han visto un incremento significativo en el número de animales que llegan a sus instalaciones. A pesar de las campañas de concienciación y los esfuerzos en esterilización, las tasas de adopción no logran igualar el creciente número de abandonos. Este desequilibrio pone una presión adicional sobre los recursos limitados de estas organizaciones, que luchan por proporcionar un refugio seguro y cuidados adecuados a todos los animales que reciben.
El abandono de mascotas no es solo un problema de bienestar animal. Los perros y gatos callejeros pueden propagar enfermedades y convertirse en un peligro para las comunidades. La presencia de animales sin hogar en las calles plantea riesgos de salud pública, desde la transmisión de enfermedades zoonóticas hasta accidentes de tránsito. Además, el sufrimiento de estos animales, que a menudo enfrentan hambre, enfermedades y maltrato, es una cruel realidad que debe ser abordada con urgencia.
Peralta enfatiza que "tener una mascota es un compromiso: no estamos hablando de una silla ni de un objeto, es un ser vivo con capacidad de sentir, el cual requiere amor, atención y cuidado. Si vamos a llevar a nuestro hogar una mascota, tenemos que hacerlo con responsabilidad". Esta declaración resalta la necesidad de fomentar una cultura de tenencia responsable de mascotas, donde los potenciales dueños estén plenamente conscientes de las responsabilidades que implica adoptar un animal.
Para abordar esta crisis, es fundamental que la sociedad costarricense en su conjunto tome medidas. Fomentar la adopción responsable y apoyar a las organizaciones de rescate es crucial. Además, las políticas públicas deben enfocarse en fortalecer las campañas de esterilización y educación para prevenir el abandono. Las escuelas, comunidades y medios de comunicación pueden jugar un papel vital en la promoción de una tenencia responsable y en la creación de una conciencia colectiva sobre el bienestar animal.
El problema del abandono de mascotas es un reflejo de una sociedad que aún debe avanzar en términos de empatía y responsabilidad. Cada acto de abandono no solo deja a un animal vulnerable a su suerte, sino que también socava los esfuerzos de quienes trabajan incansablemente para proteger y cuidar a los animales.
Es hora de que Costa Rica, conocida por su biodiversidad y amor por la naturaleza, también sea un ejemplo en el trato ético y responsable hacia los animales domésticos.
En los meses de junio y julio, los refugios de animales han registrado un notable aumento en el número de perros y gatos abandonados. Esta tendencia, alarmante en sí misma, ha sido identificada por la asociación ABAA Animal como un problema recurrente, especialmente a mitad de año. Muchas familias deciden deshacerse de sus mascotas antes de salir de vacaciones, contribuyendo así a esta preocupante estadística.
El director de ABAA Animal, Juan Carlos Peralta, ha señalado que "lamentablemente muchos de los animalitos que se dan como regalos a fin de año terminan a mediados de año abandonados en las calles, una vez que crecen porque no los puedo tener en la casa, se hicieron muy grandes, o por comportamientos propiamente normales de ellos, la gente ya no quiere tenerlos". Esta declaración subraya la falta de compromiso y responsabilidad por parte de algunos propietarios que, al enfrentarse a las dificultades de cuidar a una mascota, optan por abandonarla.
Las organizaciones de rescate y refugios como Territorio de Zaguates y Rescate Animal han visto un incremento significativo en el número de animales que llegan a sus instalaciones. A pesar de las campañas de concienciación y los esfuerzos en esterilización, las tasas de adopción no logran igualar el creciente número de abandonos. Este desequilibrio pone una presión adicional sobre los recursos limitados de estas organizaciones, que luchan por proporcionar un refugio seguro y cuidados adecuados a todos los animales que reciben.
El abandono de mascotas no es solo un problema de bienestar animal. Los perros y gatos callejeros pueden propagar enfermedades y convertirse en un peligro para las comunidades. La presencia de animales sin hogar en las calles plantea riesgos de salud pública, desde la transmisión de enfermedades zoonóticas hasta accidentes de tránsito. Además, el sufrimiento de estos animales, que a menudo enfrentan hambre, enfermedades y maltrato, es una cruel realidad que debe ser abordada con urgencia.
Peralta enfatiza que "tener una mascota es un compromiso: no estamos hablando de una silla ni de un objeto, es un ser vivo con capacidad de sentir, el cual requiere amor, atención y cuidado. Si vamos a llevar a nuestro hogar una mascota, tenemos que hacerlo con responsabilidad". Esta declaración resalta la necesidad de fomentar una cultura de tenencia responsable de mascotas, donde los potenciales dueños estén plenamente conscientes de las responsabilidades que implica adoptar un animal.
Para abordar esta crisis, es fundamental que la sociedad costarricense en su conjunto tome medidas. Fomentar la adopción responsable y apoyar a las organizaciones de rescate es crucial. Además, las políticas públicas deben enfocarse en fortalecer las campañas de esterilización y educación para prevenir el abandono. Las escuelas, comunidades y medios de comunicación pueden jugar un papel vital en la promoción de una tenencia responsable y en la creación de una conciencia colectiva sobre el bienestar animal.
El problema del abandono de mascotas es un reflejo de una sociedad que aún debe avanzar en términos de empatía y responsabilidad. Cada acto de abandono no solo deja a un animal vulnerable a su suerte, sino que también socava los esfuerzos de quienes trabajan incansablemente para proteger y cuidar a los animales.
Es hora de que Costa Rica, conocida por su biodiversidad y amor por la naturaleza, también sea un ejemplo en el trato ético y responsable hacia los animales domésticos.