¡Ay, Dios mío! Este año nos ha dado un batacazo tremendo en cuanto a accidentes acuáticos. Parece mentira, ¿verdad?, que aunque dejamos de perder gente en el agua, ahora estamos trasladando a más personitas gravemente heridas a los hospitales. Una movida rara, mándale.
La verdad, esto pinta feo, porque significa que la gente se está metiendo en problemas más serios. No es solamente ahogamiento, sino golpes fuertes, fracturas, lesiones internas… Un panorama que pone los pelos de punta, especialmente con las fiestas navideñas y de fin de año a la vuelta de la esquina.
Según los números que nos mandó la Cruz Roja, pa' este 2025 hemos tenido 40 traslados en condición crítica, eso sí duele. Sí, sé lo que estás pensando: “¿Y qué pasó con las muertes?”, pues ahí viene la sorpresa: bajamos a 128 fallecimientos. Comparado con el año pasado, donde tuvimos 32 traslados críticos y 143 muertos, es un cambio notable, pero no precisamente para celebrar, ¿eh?
Los voceros de la Cruz Roja no se anduvieron con rodeos y dijeron que la mayoría de estos sustos se pueden evitar. Como que sí, mae, nadie quiere irse al traste por culpa de una imprudencia, ni mucho menos tener que ver a un amigo o familiar en cama de hospital. Ya saben, precaución redoblada siempre.
Y hablando de precaución, el fin de semana pasado nos tocó lamentar cuatro tragedias más. En Playa Esterillos Este, tres personas perdieron la vida en un mismo incidente. Imagínate el dolor de sus familias... y luego, en Parrita, alguien intentaba salvar a un pariente que la corriente se lo estaba llevando, y terminó pagando la jugada también. ¡Qué sal!
Las investigaciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), confirman que todos los casos fueron causados por asfixia por sumersión. Lo triste es que estos hechos suelen repetirse año tras año. Enero, julio y diciembre son los meses con mayor incidencia, justamento cuando todo mundo busca refrescarse en la playa o en algún río. Es un ciclo vicioso, diay…
Hace unos años, estábamos perdiendo muchísima más gente, pero ahora, aunque las muertes han ido bajando lentamente, el número de heridos graves me preocupa bastante. Significa que la gente se está arriesgando más, quizás confiando demasiado en su habilidad en el agua o, peor aún, sin tomar precauciones básicas. La Benemérita nos recuerda constantemente que no hay que meterse al agua bajo los efectos del alcohol, que hay que vigilar a los niños como si fueran tesoros, y que hay que respetar la señalización y las indicaciones de los salvavidas. Pero parece que a veces se hace de sordos.
Entonces, te pregunto, mae: ¿crees que realmente estamos tomando conciencia sobre los riesgos de los accidentes acuáticos, o seguimos esperando a que alguien más salga lastimado para ponernos las pilas? ¿Qué medidas extra consideras que deberían tomarse para reducir aún más estos incidentes y evitar que nos vayamos al traste en nuestros propios balnearios?
La verdad, esto pinta feo, porque significa que la gente se está metiendo en problemas más serios. No es solamente ahogamiento, sino golpes fuertes, fracturas, lesiones internas… Un panorama que pone los pelos de punta, especialmente con las fiestas navideñas y de fin de año a la vuelta de la esquina.
Según los números que nos mandó la Cruz Roja, pa' este 2025 hemos tenido 40 traslados en condición crítica, eso sí duele. Sí, sé lo que estás pensando: “¿Y qué pasó con las muertes?”, pues ahí viene la sorpresa: bajamos a 128 fallecimientos. Comparado con el año pasado, donde tuvimos 32 traslados críticos y 143 muertos, es un cambio notable, pero no precisamente para celebrar, ¿eh?
Los voceros de la Cruz Roja no se anduvieron con rodeos y dijeron que la mayoría de estos sustos se pueden evitar. Como que sí, mae, nadie quiere irse al traste por culpa de una imprudencia, ni mucho menos tener que ver a un amigo o familiar en cama de hospital. Ya saben, precaución redoblada siempre.
Y hablando de precaución, el fin de semana pasado nos tocó lamentar cuatro tragedias más. En Playa Esterillos Este, tres personas perdieron la vida en un mismo incidente. Imagínate el dolor de sus familias... y luego, en Parrita, alguien intentaba salvar a un pariente que la corriente se lo estaba llevando, y terminó pagando la jugada también. ¡Qué sal!
Las investigaciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), confirman que todos los casos fueron causados por asfixia por sumersión. Lo triste es que estos hechos suelen repetirse año tras año. Enero, julio y diciembre son los meses con mayor incidencia, justamento cuando todo mundo busca refrescarse en la playa o en algún río. Es un ciclo vicioso, diay…
Hace unos años, estábamos perdiendo muchísima más gente, pero ahora, aunque las muertes han ido bajando lentamente, el número de heridos graves me preocupa bastante. Significa que la gente se está arriesgando más, quizás confiando demasiado en su habilidad en el agua o, peor aún, sin tomar precauciones básicas. La Benemérita nos recuerda constantemente que no hay que meterse al agua bajo los efectos del alcohol, que hay que vigilar a los niños como si fueran tesoros, y que hay que respetar la señalización y las indicaciones de los salvavidas. Pero parece que a veces se hace de sordos.
Entonces, te pregunto, mae: ¿crees que realmente estamos tomando conciencia sobre los riesgos de los accidentes acuáticos, o seguimos esperando a que alguien más salga lastimado para ponernos las pilas? ¿Qué medidas extra consideras que deberían tomarse para reducir aún más estos incidentes y evitar que nos vayamos al traste en nuestros propios balnearios?
