¡Qué golpe nos cayó!, directito desde el INEC. Las estadísticas son claras: la participación de las mujeres en la fuerza laboral ha dado un batacazo hacia abajo. En el trimestre de junio a agosto, vimos una caída de casi cuatro puntos porcentuales respecto al año pasado. ¡Eso significa que estamos hablando de más de 55 mil mujeres que perdieron sus empleos!
Vamos a ponerlo en perspectiva, parce. Durante años hemos luchado por cerrar la brecha de género en el mercado laboral. Hemos visto campañas, programas de capacitación, iniciativas gubernamentales... Pero parece que estamos retrocediendo. Antes éramos el país ejemplo en Latinoamérica, orgullosos de nuestra inclusión. Ahora, estos números nos obligan a preguntarnos qué está pasando y cómo podemos revertir esta tendencia.
Según el reporte oficial, las áreas más afectadas fueron el comercio y reparación (-36 mil empleos perdidos) y la manufactura (-21 mil). Esto pega duro porque muchas mujeres dependían de esos sectores, ya sea como empleadas o como emprendedoras. Aunque la educación y la salud siguen siendo pilares donde hay mucha mano de obra femenina –cerca de 170 mil maes trabajando ahí–, no es suficiente para compensar estas pérdidas. El número de mujeres que trabajan por cuenta propia también bajó significativamente, lo que indica que las oportunidades de autoempleo se han reducido, ¡y eso siempre es preocupante!
Lo positivo, y aquí hay que darle crédito al INEC, es que sí se observó una mejora en la calidad del empleo femenino. El trabajo informal disminuyó en 7,1 puntos porcentuales, llegando al 33,8%, y el subempleo se mantuvo bajo, en 3,7%. Eso quiere decir que, al menos en algunos aspectos, las mujeres están accediendo a trabajos más estables y con mejores condiciones. Pero, ¿de qué sirve tener un buen trabajo si simplemente no hay trabajo disponible?
Si miramos el panorama general, todavía existe una brecha enorme entre hombres y mujeres en el mercado laboral. Tenemos 892 mil mujeres frente a 1,41 millones de hombres empleados. ¡Una diferencia abismal! Esa brecha no solo afecta las finanzas familiares, sino también el desarrollo económico del país. Porque, vamos, si no aprovechamos el talento de todas las personas, estamos perdiendo una oportunidad valiosa para crecer.
El INEC publicó una infografía muy clara, que ayuda a entender mejor estos datos. Puedes verla en su página web; vale la pena echarle un ojo para tener una visión más completa de la situación. Ahí se pueden comparar los números de hombres y mujeres en diferentes aspectos: participación, ocupación, desempleo… Te das cuenta de dónde tenemos que esforzarnos más para lograr la igualdad.
Ahora bien, ¿qué factores podrían estar detrás de esta caída? Algunos expertos hablan de la desaceleración económica global, otros señalan la falta de políticas públicas efectivas para apoyar a las mujeres emprendedoras, y otros apuntan a problemas de cuidado infantil y conciliación familiar. ¡Es probable que sea una combinación de todos estos elementos! Lo importante es identificar las causas para poder implementar soluciones reales y duraderas.
La verdad, esto me preocupa bastante. Ver a tantas mujeres perder sus empleos es triste y peligroso. Necesitamos acciones urgentes para impulsar la creación de empleo femenino, promover la igualdad salarial y facilitar el acceso a créditos y oportunidades de formación. Entonces te pregunto, parce: ¿Qué medidas creés que debemos tomar, como sociedad y gobierno, para frenar esta regresión y asegurar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en el mercado laboral?
Vamos a ponerlo en perspectiva, parce. Durante años hemos luchado por cerrar la brecha de género en el mercado laboral. Hemos visto campañas, programas de capacitación, iniciativas gubernamentales... Pero parece que estamos retrocediendo. Antes éramos el país ejemplo en Latinoamérica, orgullosos de nuestra inclusión. Ahora, estos números nos obligan a preguntarnos qué está pasando y cómo podemos revertir esta tendencia.
Según el reporte oficial, las áreas más afectadas fueron el comercio y reparación (-36 mil empleos perdidos) y la manufactura (-21 mil). Esto pega duro porque muchas mujeres dependían de esos sectores, ya sea como empleadas o como emprendedoras. Aunque la educación y la salud siguen siendo pilares donde hay mucha mano de obra femenina –cerca de 170 mil maes trabajando ahí–, no es suficiente para compensar estas pérdidas. El número de mujeres que trabajan por cuenta propia también bajó significativamente, lo que indica que las oportunidades de autoempleo se han reducido, ¡y eso siempre es preocupante!
Lo positivo, y aquí hay que darle crédito al INEC, es que sí se observó una mejora en la calidad del empleo femenino. El trabajo informal disminuyó en 7,1 puntos porcentuales, llegando al 33,8%, y el subempleo se mantuvo bajo, en 3,7%. Eso quiere decir que, al menos en algunos aspectos, las mujeres están accediendo a trabajos más estables y con mejores condiciones. Pero, ¿de qué sirve tener un buen trabajo si simplemente no hay trabajo disponible?
Si miramos el panorama general, todavía existe una brecha enorme entre hombres y mujeres en el mercado laboral. Tenemos 892 mil mujeres frente a 1,41 millones de hombres empleados. ¡Una diferencia abismal! Esa brecha no solo afecta las finanzas familiares, sino también el desarrollo económico del país. Porque, vamos, si no aprovechamos el talento de todas las personas, estamos perdiendo una oportunidad valiosa para crecer.
El INEC publicó una infografía muy clara, que ayuda a entender mejor estos datos. Puedes verla en su página web; vale la pena echarle un ojo para tener una visión más completa de la situación. Ahí se pueden comparar los números de hombres y mujeres en diferentes aspectos: participación, ocupación, desempleo… Te das cuenta de dónde tenemos que esforzarnos más para lograr la igualdad.
Ahora bien, ¿qué factores podrían estar detrás de esta caída? Algunos expertos hablan de la desaceleración económica global, otros señalan la falta de políticas públicas efectivas para apoyar a las mujeres emprendedoras, y otros apuntan a problemas de cuidado infantil y conciliación familiar. ¡Es probable que sea una combinación de todos estos elementos! Lo importante es identificar las causas para poder implementar soluciones reales y duraderas.
La verdad, esto me preocupa bastante. Ver a tantas mujeres perder sus empleos es triste y peligroso. Necesitamos acciones urgentes para impulsar la creación de empleo femenino, promover la igualdad salarial y facilitar el acceso a créditos y oportunidades de formación. Entonces te pregunto, parce: ¿Qué medidas creés que debemos tomar, como sociedad y gobierno, para frenar esta regresión y asegurar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en el mercado laboral?