¡Ay, Dios mío! La Pura Vida parece haberse tomado unas vacaciones porque estas lluvias nos están pegando palazo a varios cantones del país. Especialmente la Zona Sur y algunos rincones de Alajuela están sufriendo las consecuencias de este aguacero que no da tregua. Se reportan ya 33 incidentes en total, desde riachuelos bravíos hasta casas apolilladas, y la situación pinta medio turbia si no agarramos gallo rápido.
Según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Pérez Zeledón, Corredores, Buenos Aires, Alajuela y Atenas son los más castigados. Dicen que en poco tiempo se acumularon cantidades de agua que ni Don Pepe, que es bien guapo para aguantar, pudo sostener. Claramente, la infraestructura no estaba lista para semejante descarga, y eso nos lleva a preguntarnos qué estamos haciendo para prevenir estas cosas, ¿no?
Lo más común, por lo que vemos en las redes sociales y en los informes oficiales, son los ríos y quebradas reventando sus cauces. Quebradas que normalmente son un chorrito simpático, ahora andan buscando dónde meterse, arrastrando todo lo que encuentran a su paso. También hay problemas con el sistema sanitario, que anda colapsado en varias zonas, causando inundaciones y malos momentos para la gente. ¡Qué situación!
Pero lo que realmente sacudió a todos fue el deslizamiento de un terraplén que cayó encima de una vivienda en La Carpio. ¡Un susto de esos que te dejan temblando! Afortunadamente, los compañeros de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos llegaron rapidito y atendieron la emergencia. Una señora resultó herida, aunque gracias a Dios de forma leve, con un corte en la pierna por esquirlas de la casa que cedió. Menos mal que salió ilesa, ¡eso sí da pena ver cómo se vino abajo toda la casa!
Y hablando de penas, muchos vecinos están lidiando con calles inundadas, barro por todas partes y la incertidumbre de si volverá a llover pronto. Hay familias enteras que tuvieron que abandonar sus hogares temporalmente, buscando refugio en casas de familiares o en gimnasios habilitados como albergues. Eso siempre duele, imagínate tener que dejarlo todo atrás por culpa del clima. Vaya brete el de ellos, diay.
Este tipo de situaciones nos recuerdan, una vez más, la importancia de invertir en obras de mitigación de riesgos. No podemos seguir esperando a que el río reviente para empezar a pensar en soluciones. Tenemos que mejorar nuestros sistemas de drenaje, estabilizar terrenos inestables y educar a la población sobre cómo actuar ante emergencias. De otra manera, esto seguirá pasando año tras año, y eso, mi pana, es de verdad que no pincha.
Muchos se preguntan si esto tiene que ver con el cambio climático, y claro que es posible. Aunque no podemos atribuir directamente cada evento extremo a este fenómeno global, es evidente que el calentamiento del planeta está intensificando las lluvias y aumentando el riesgo de desastres naturales. Ahora, lo importante es adaptarnos a esta nueva realidad y fortalecer nuestra resiliencia como comunidad. Porque los aguaceros van a venir, eso seguro.
En fin, la situación es complicada, pero no desesperemos. Como dice el dicho, “el que persevera alcanza”. Sigamos atentos a las alertas meteorológicas, apoyemos a los damnificados y exigamos a nuestras autoridades que tomen medidas urgentes para proteger nuestras comunidades. ¿Ustedes creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para enfrentar estos desafíos climáticos y proteger a la población de los efectos de las lluvias intensas? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema que nos afecta a todos!
Según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Pérez Zeledón, Corredores, Buenos Aires, Alajuela y Atenas son los más castigados. Dicen que en poco tiempo se acumularon cantidades de agua que ni Don Pepe, que es bien guapo para aguantar, pudo sostener. Claramente, la infraestructura no estaba lista para semejante descarga, y eso nos lleva a preguntarnos qué estamos haciendo para prevenir estas cosas, ¿no?
Lo más común, por lo que vemos en las redes sociales y en los informes oficiales, son los ríos y quebradas reventando sus cauces. Quebradas que normalmente son un chorrito simpático, ahora andan buscando dónde meterse, arrastrando todo lo que encuentran a su paso. También hay problemas con el sistema sanitario, que anda colapsado en varias zonas, causando inundaciones y malos momentos para la gente. ¡Qué situación!
Pero lo que realmente sacudió a todos fue el deslizamiento de un terraplén que cayó encima de una vivienda en La Carpio. ¡Un susto de esos que te dejan temblando! Afortunadamente, los compañeros de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos llegaron rapidito y atendieron la emergencia. Una señora resultó herida, aunque gracias a Dios de forma leve, con un corte en la pierna por esquirlas de la casa que cedió. Menos mal que salió ilesa, ¡eso sí da pena ver cómo se vino abajo toda la casa!
Y hablando de penas, muchos vecinos están lidiando con calles inundadas, barro por todas partes y la incertidumbre de si volverá a llover pronto. Hay familias enteras que tuvieron que abandonar sus hogares temporalmente, buscando refugio en casas de familiares o en gimnasios habilitados como albergues. Eso siempre duele, imagínate tener que dejarlo todo atrás por culpa del clima. Vaya brete el de ellos, diay.
Este tipo de situaciones nos recuerdan, una vez más, la importancia de invertir en obras de mitigación de riesgos. No podemos seguir esperando a que el río reviente para empezar a pensar en soluciones. Tenemos que mejorar nuestros sistemas de drenaje, estabilizar terrenos inestables y educar a la población sobre cómo actuar ante emergencias. De otra manera, esto seguirá pasando año tras año, y eso, mi pana, es de verdad que no pincha.
Muchos se preguntan si esto tiene que ver con el cambio climático, y claro que es posible. Aunque no podemos atribuir directamente cada evento extremo a este fenómeno global, es evidente que el calentamiento del planeta está intensificando las lluvias y aumentando el riesgo de desastres naturales. Ahora, lo importante es adaptarnos a esta nueva realidad y fortalecer nuestra resiliencia como comunidad. Porque los aguaceros van a venir, eso seguro.
En fin, la situación es complicada, pero no desesperemos. Como dice el dicho, “el que persevera alcanza”. Sigamos atentos a las alertas meteorológicas, apoyemos a los damnificados y exigamos a nuestras autoridades que tomen medidas urgentes para proteger nuestras comunidades. ¿Ustedes creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para enfrentar estos desafíos climáticos y proteger a la población de los efectos de las lluvias intensas? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema que nos afecta a todos!
