¡Ay, Dios mío! Ya estamos en diciembre y todos listos para romperla en las posadas y cenas familiares. Pero ojo, mae, que entre tanto tamal, rompope y turrón, nuestro estómago puede empezar a protestar más que un partido de Alajuela contra Saprissa. Así que agarra una silla y presta atención, porque la nutricionista Karol Céspedes nos va a dar unos consejos para pasar las fiestas sin tener que ir al médico.
La verdad es que nadie quiere pasar las fiestas sintiéndose como si le hubieran metido piedras en el estómago, ¿verdad? Según la experta, la combinación de grasas saturadas, azúcares refinados y bebidas gaseosas puede forzarle al sistema digestivo, provocándole desde una simple acidez hasta un dolor de estómago que te deja tieso. “Es como si le estuvieras poniendo turbo al estómago”, explica Karol, “y este no siempre está preparado para tanta carga”.
Pero tranquilízate, porque no significa que tengas que renunciar a todas las delicias navideñas. La clave está en la planeación, mi pana. Si te vas a echar un tamal con frijoles negros y natilla, asegúrate de equilibrarlo con una ensalada fresca y una porción controlada de arroz. Y si decides probar ese rompope casero de la abuelita, no te eches cinco vasos seguidos, ¡por favor!
Karol recomienda también escuchar al cuerpo. “Sí sientes que te empieza a pesar, deténte. No hay peor torta que seguir comiendo aunque ya estés incómodo”, advierte. Si tienes tendencia a sufrir de reflujos o acidez, mejor opta por alimentos más ligeros como pollo a la plancha, pescado al vapor o vegetales al horno. Y no olvides beber mucha agua, porque ayuda a mantener todo funcionando como relojito.
Ahora, digamos que ya pasó lo inminente y te pasaste la mano. ¡No te agüantes! Según Karol, unas infusiones de manzanilla o menta pueden calmar el estómago revoltoso. También puedes tomar agua tibia con limón y una pizquita de bicarbonato, eso ayuda a neutralizar la acidez. Y si tienes a la mano papaya, piña o melón, ¡adelante! Son frutas deliciosas y tienen enzimas que ayudan a digerir la comida.
Pero la comida no es lo único que nos puede meter en problemas. ¡La higiene es fundamental, mae! Lavarte las manos antes de manipular alimentos, usar utensilios diferentes para carne cruda y vegetales, cocinar bien la carne… todo esto es súper importante para evitar intoxicaciones alimentarias. Y si te sobra comida, guárdala en recipientes herméticos y consúmela en pocos días, para que no se vaya al traste.
Y hablando de malas ondas, Carolina también nos recuerda que si sientes vómitos, diarreas, deshidratación o dolores abdominales muy fuertes, debes buscar atención médica de inmediato. No te juegues la salud, ¡ese es el tesoro más grande que tenemos! Mejor prevenir que lamentar, como dice el dicho, y disfrutar de estas fiestas de forma segura y saludable. Además, recordemos que la felicidad verdadera no se encuentra en llenar el estómago, sino en compartir momentos especiales con nuestros seres queridos.
En fin, ahora cuéntame, ¿tú qué haces para evitar los excesos durante las fiestas navideñas? ¿Tienes algún truco secreto para no mandarle un susto al estómago? ¡Déjanos tus consejos en los comentarios y compartamos estos tips para que todos podamos pasar unas fiestas geniales y sin contratiempos!
La verdad es que nadie quiere pasar las fiestas sintiéndose como si le hubieran metido piedras en el estómago, ¿verdad? Según la experta, la combinación de grasas saturadas, azúcares refinados y bebidas gaseosas puede forzarle al sistema digestivo, provocándole desde una simple acidez hasta un dolor de estómago que te deja tieso. “Es como si le estuvieras poniendo turbo al estómago”, explica Karol, “y este no siempre está preparado para tanta carga”.
Pero tranquilízate, porque no significa que tengas que renunciar a todas las delicias navideñas. La clave está en la planeación, mi pana. Si te vas a echar un tamal con frijoles negros y natilla, asegúrate de equilibrarlo con una ensalada fresca y una porción controlada de arroz. Y si decides probar ese rompope casero de la abuelita, no te eches cinco vasos seguidos, ¡por favor!
Karol recomienda también escuchar al cuerpo. “Sí sientes que te empieza a pesar, deténte. No hay peor torta que seguir comiendo aunque ya estés incómodo”, advierte. Si tienes tendencia a sufrir de reflujos o acidez, mejor opta por alimentos más ligeros como pollo a la plancha, pescado al vapor o vegetales al horno. Y no olvides beber mucha agua, porque ayuda a mantener todo funcionando como relojito.
Ahora, digamos que ya pasó lo inminente y te pasaste la mano. ¡No te agüantes! Según Karol, unas infusiones de manzanilla o menta pueden calmar el estómago revoltoso. También puedes tomar agua tibia con limón y una pizquita de bicarbonato, eso ayuda a neutralizar la acidez. Y si tienes a la mano papaya, piña o melón, ¡adelante! Son frutas deliciosas y tienen enzimas que ayudan a digerir la comida.
Pero la comida no es lo único que nos puede meter en problemas. ¡La higiene es fundamental, mae! Lavarte las manos antes de manipular alimentos, usar utensilios diferentes para carne cruda y vegetales, cocinar bien la carne… todo esto es súper importante para evitar intoxicaciones alimentarias. Y si te sobra comida, guárdala en recipientes herméticos y consúmela en pocos días, para que no se vaya al traste.
Y hablando de malas ondas, Carolina también nos recuerda que si sientes vómitos, diarreas, deshidratación o dolores abdominales muy fuertes, debes buscar atención médica de inmediato. No te juegues la salud, ¡ese es el tesoro más grande que tenemos! Mejor prevenir que lamentar, como dice el dicho, y disfrutar de estas fiestas de forma segura y saludable. Además, recordemos que la felicidad verdadera no se encuentra en llenar el estómago, sino en compartir momentos especiales con nuestros seres queridos.
En fin, ahora cuéntame, ¿tú qué haces para evitar los excesos durante las fiestas navideñas? ¿Tienes algún truco secreto para no mandarle un susto al estómago? ¡Déjanos tus consejos en los comentarios y compartamos estos tips para que todos podamos pasar unas fiestas geniales y sin contratiempos!
