Ay, Dios mío... Esto sí que duele, máis cuando es justo acá cerito. La tarde de ayer, miércoles 24 de diciembre, un accidente tremendo sacudió a Guápiles de Pococí, dejándonos con la triste noticia del fallecimiento de un hombre. Según reportes, un camión y una moto terminaron chocando en el cruce de Robertos, causando una tragedia que nadie quería ver en estas fiestas.
La Cruz Roja llegó rapidísimo al lugar, atendiendo la emergencia, pero lamentablemente no pudieron hacer mucho. Al parecer, el conductor de la motocicleta ya no tenía signos vitales cuando llegaron los paramédicos. Un mae de unos 40 años, así lo describieron, ahora dejó a su familia y amigos desconsolados. Las autoridades todavía están investigando qué pasó exactamente; se dice que hubo poca visibilidad, pero eso apenas lo dicen ellos, nosotros sabemos que estas carreteras pueden ser un brete, especialmente con tanto tráfico navideño.
Desde temprano, la zona se llenó de autoridades de todas partes: policía de tránsito, judiciales, hasta personal de la Fiscalía llegó para levantar el cuerpo y recabar evidencia. El camión quedó prácticamente intacto, mientras que la moto, pues, hecha pedazos… Una imagen bien fuerte, la verdad. Parecía sacada de película, pero la realidad es que era una familia sufriendo una pérdida irreparable. Ya saben, Guápiles, aunque es un pueblo tranquilo, también tiene sus momentos difíciles y este, definitivamente, lo es.
Muchos vecinos se acercaron a ver qué pasaba, algunos incluso conocían a la víctima. Se escuchaban sollozos y murmullos de incredulidad. '¡Qué sal!', exclamaba Doña Luisa, vecina del sector, visiblemente afectada. ‘Un muchacho trabajador, siempre andaba haciendo mandados.’ Este tipo de situaciones nos recuerdan lo importante que es conducir con precaución, respetar las señales de tránsito y ponerle cuidado extra a los motociclistas, porque esos señores se juegan el pellejo todos los días.
Ahora, claro, empiezan las especulaciones: ¿Fue exceso de velocidad? ¿Falta de atención? ¿Defectuoso mecánico? No hay respuestas claras aún, y hasta que la investigación avance, tendremos que conformarnos con lo poco que sabemos. Lo cierto es que otro tico se va, dejando un vacío enorme en sus seres queridos. Las autoridades piden paciencia y prometen dar a conocer los resultados de la investigación tan pronto como sea posible. Esperemos que puedan esclarecer qué pasó realmente y darle paz a la familia de la víctima.
Y hablando de carreteras y accidentes, ¿ustedes se acuerdan del aquel famoso caso del señor que puso una tarima en vez de llanta atrás en su carro? ¡Menuda torta!, ¡qué manera de llamar la atención! Eso demuestra que, a veces, la gente busca hacerse notar a cualquier costo, olvidándose de las consecuencias. Menos mal que eso fue solo una locura de un mae, porque este accidente en Guápiles, ese sí que es serio y trae dolor de cabeza a mucha gente.
Esta Navidad, más que nunca, necesitamos recordar la importancia de la prudencia en carretera y de valorar a quienes amamos. Las fiestas son para celebrar y compartir, no para sufrir tragedias como esta. Es hora de bajar la velocidad, revisar nuestros vehículos y, sobre todo, conducimos con responsabilidad. Pensemos en nuestras familias, en nuestros amigos, y en aquellos que se marchan demasiado pronto. En fin, que este año termine con toda, y que el próximo esté lleno de bendiciones y cosas buenas para todos nosotros, chavos.
Con la triste experiencia de hoy en mente, me pregunto: ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para mejorar la seguridad vial en zonas rurales como Guápiles y evitar que estas tragedias se repitan? ¿Deberíamos aumentar la presencia policial, mejorar la señalización o enfocarnos en campañas de concientización dirigidas a conductores y motociclistas?
La Cruz Roja llegó rapidísimo al lugar, atendiendo la emergencia, pero lamentablemente no pudieron hacer mucho. Al parecer, el conductor de la motocicleta ya no tenía signos vitales cuando llegaron los paramédicos. Un mae de unos 40 años, así lo describieron, ahora dejó a su familia y amigos desconsolados. Las autoridades todavía están investigando qué pasó exactamente; se dice que hubo poca visibilidad, pero eso apenas lo dicen ellos, nosotros sabemos que estas carreteras pueden ser un brete, especialmente con tanto tráfico navideño.
Desde temprano, la zona se llenó de autoridades de todas partes: policía de tránsito, judiciales, hasta personal de la Fiscalía llegó para levantar el cuerpo y recabar evidencia. El camión quedó prácticamente intacto, mientras que la moto, pues, hecha pedazos… Una imagen bien fuerte, la verdad. Parecía sacada de película, pero la realidad es que era una familia sufriendo una pérdida irreparable. Ya saben, Guápiles, aunque es un pueblo tranquilo, también tiene sus momentos difíciles y este, definitivamente, lo es.
Muchos vecinos se acercaron a ver qué pasaba, algunos incluso conocían a la víctima. Se escuchaban sollozos y murmullos de incredulidad. '¡Qué sal!', exclamaba Doña Luisa, vecina del sector, visiblemente afectada. ‘Un muchacho trabajador, siempre andaba haciendo mandados.’ Este tipo de situaciones nos recuerdan lo importante que es conducir con precaución, respetar las señales de tránsito y ponerle cuidado extra a los motociclistas, porque esos señores se juegan el pellejo todos los días.
Ahora, claro, empiezan las especulaciones: ¿Fue exceso de velocidad? ¿Falta de atención? ¿Defectuoso mecánico? No hay respuestas claras aún, y hasta que la investigación avance, tendremos que conformarnos con lo poco que sabemos. Lo cierto es que otro tico se va, dejando un vacío enorme en sus seres queridos. Las autoridades piden paciencia y prometen dar a conocer los resultados de la investigación tan pronto como sea posible. Esperemos que puedan esclarecer qué pasó realmente y darle paz a la familia de la víctima.
Y hablando de carreteras y accidentes, ¿ustedes se acuerdan del aquel famoso caso del señor que puso una tarima en vez de llanta atrás en su carro? ¡Menuda torta!, ¡qué manera de llamar la atención! Eso demuestra que, a veces, la gente busca hacerse notar a cualquier costo, olvidándose de las consecuencias. Menos mal que eso fue solo una locura de un mae, porque este accidente en Guápiles, ese sí que es serio y trae dolor de cabeza a mucha gente.
Esta Navidad, más que nunca, necesitamos recordar la importancia de la prudencia en carretera y de valorar a quienes amamos. Las fiestas son para celebrar y compartir, no para sufrir tragedias como esta. Es hora de bajar la velocidad, revisar nuestros vehículos y, sobre todo, conducimos con responsabilidad. Pensemos en nuestras familias, en nuestros amigos, y en aquellos que se marchan demasiado pronto. En fin, que este año termine con toda, y que el próximo esté lleno de bendiciones y cosas buenas para todos nosotros, chavos.
Con la triste experiencia de hoy en mente, me pregunto: ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para mejorar la seguridad vial en zonas rurales como Guápiles y evitar que estas tragedias se repitan? ¿Deberíamos aumentar la presencia policial, mejorar la señalización o enfocarnos en campañas de concientización dirigidas a conductores y motociclistas?