¡Ey, pura vida, gente! Ya estamos casi listos para darle la bienvenida al 2026 y, como buen tico planeando sus escapadas, ya queremos saber cómo nos andará el calendario laboral. Pues prepárense porque este año no pinta fácil para los que soñamos con esos fines de semana largos a lo que aspirábamos. Olvídate de los traslados de feriados que nos alegraban los últimos años; este año hay que sudar la camiseta para sacarle jugo a los días libres.
La verdad es que, a diferencia de otros años, el 2026 nos presenta un panorama con pocos fines de semana extendidos confirmados. Solo tenemos tres oportunidades de respirar hondo y desconectarnos del brete diario, así que hay que aprovechar cada uno al máximo. Pero ojo, también hay algunos “puentes” que, con un poquito de negociación con el jefe, podrían regalarnos unos días extras de relax, aunque requerirá maña y planificación.
Hablemos de estos “Tres Magníficos”, como les vamos a llamar nosotros: Primero, el Día del Trabajador, el 1 de mayo, viernes, nos da tres días de descanso para empezar el mes con pie derecho. Segundo, el Día de la Persona Negra, el 31 de agosto, cae en lunes, sí, pero es de pago no obligatorio, lo que le da una ventaja a los que cobran por mes o quincena. Y tercero, el cierre de año con Navidad, el 25 de diciembre, también en viernes, nos permitirá celebrar con la familia hasta el domingo. Un regalo, díganlo ustedes.
Ahora, si somos estrategas y sabemos buscarle la quinta esquina, podemos intentar construir esos famosos “puentes”. Con días de vacaciones pendientes, el 15 de septiembre (Independencia) y el 1 de diciembre (Abolición del Ejército), ambos martes, podríamos convencer al patrono de liberarnos el lunes anterior y disfrutar de un fin de semana largo de cuatro días. Imaginen: una escapada rápida a la playa, a las montañas… ¡pura magia!
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Hay cuatro fechas históricas que caen en sábado o domingo, lo que significa que muchos de nosotros tendremos que trabajar esos días sin recibir compensación adicional. Hablamos del 11 de abril (Juan Santamaría), el 25 de julio (Anexión de Nicoya), el 2 de agosto (Virgen de los Ángeles) y el 15 de agosto (Día de la Madre). ¡Qué sal, amigos! Tendremos que apretarnos el cinturón y resignarnos a perder esos días libres.
Y hablando de dinero, recordemos que el Ministerio de Trabajo es claro: en los feriados obligatorios, como el 1 de enero o el 25 de diciembre, si trabajamos, el patrón tiene que pagarnos doble. Pero cuidado con las horas extras. Si necesitamos hacer horas adicionales en esos días festivos, la hora se paga triplemente – doble tarifa regular más el tiempo y medio calculado sobre esa base doble. Ahí hay que estar atentos para no dejarse llevar por algún despiste.
Con la Semana Mayor programada para la segunda semana de abril, el sector turístico nacional espera un revés significativo. La fusión entre el feriado del 11 de abril y el ambiente de Semana Santa seguramente generará un flujo masivo de turistas hacia nuestras costas, saturando hoteles y restaurantes. Desde el punto de vista económico, esto impulsará el crecimiento del sector, pero también nos recordará que la planificación financiera es clave para poder disfrutar de estos momentos de esparcimiento.
Así que ya saben, mi gente. El 2026 no será un año fácil en términos de feriados laborales. Habrá que ser estratégicos, negociar con astucia y, sobre todo, ahorrar un poco más para poder disfrutar de esos pocos días libres que nos regalará el calendario. Ahora me pregunto... ¿Ustedes creen que deberíamos insistirle al gobierno para que implemente incentivos fiscales para aquellos empleadores que ofrezcan días libres adicionales a sus empleados durante los feriados no obligatorios?
La verdad es que, a diferencia de otros años, el 2026 nos presenta un panorama con pocos fines de semana extendidos confirmados. Solo tenemos tres oportunidades de respirar hondo y desconectarnos del brete diario, así que hay que aprovechar cada uno al máximo. Pero ojo, también hay algunos “puentes” que, con un poquito de negociación con el jefe, podrían regalarnos unos días extras de relax, aunque requerirá maña y planificación.
Hablemos de estos “Tres Magníficos”, como les vamos a llamar nosotros: Primero, el Día del Trabajador, el 1 de mayo, viernes, nos da tres días de descanso para empezar el mes con pie derecho. Segundo, el Día de la Persona Negra, el 31 de agosto, cae en lunes, sí, pero es de pago no obligatorio, lo que le da una ventaja a los que cobran por mes o quincena. Y tercero, el cierre de año con Navidad, el 25 de diciembre, también en viernes, nos permitirá celebrar con la familia hasta el domingo. Un regalo, díganlo ustedes.
Ahora, si somos estrategas y sabemos buscarle la quinta esquina, podemos intentar construir esos famosos “puentes”. Con días de vacaciones pendientes, el 15 de septiembre (Independencia) y el 1 de diciembre (Abolición del Ejército), ambos martes, podríamos convencer al patrono de liberarnos el lunes anterior y disfrutar de un fin de semana largo de cuatro días. Imaginen: una escapada rápida a la playa, a las montañas… ¡pura magia!
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Hay cuatro fechas históricas que caen en sábado o domingo, lo que significa que muchos de nosotros tendremos que trabajar esos días sin recibir compensación adicional. Hablamos del 11 de abril (Juan Santamaría), el 25 de julio (Anexión de Nicoya), el 2 de agosto (Virgen de los Ángeles) y el 15 de agosto (Día de la Madre). ¡Qué sal, amigos! Tendremos que apretarnos el cinturón y resignarnos a perder esos días libres.
Y hablando de dinero, recordemos que el Ministerio de Trabajo es claro: en los feriados obligatorios, como el 1 de enero o el 25 de diciembre, si trabajamos, el patrón tiene que pagarnos doble. Pero cuidado con las horas extras. Si necesitamos hacer horas adicionales en esos días festivos, la hora se paga triplemente – doble tarifa regular más el tiempo y medio calculado sobre esa base doble. Ahí hay que estar atentos para no dejarse llevar por algún despiste.
Con la Semana Mayor programada para la segunda semana de abril, el sector turístico nacional espera un revés significativo. La fusión entre el feriado del 11 de abril y el ambiente de Semana Santa seguramente generará un flujo masivo de turistas hacia nuestras costas, saturando hoteles y restaurantes. Desde el punto de vista económico, esto impulsará el crecimiento del sector, pero también nos recordará que la planificación financiera es clave para poder disfrutar de estos momentos de esparcimiento.
Así que ya saben, mi gente. El 2026 no será un año fácil en términos de feriados laborales. Habrá que ser estratégicos, negociar con astucia y, sobre todo, ahorrar un poco más para poder disfrutar de esos pocos días libres que nos regalará el calendario. Ahora me pregunto... ¿Ustedes creen que deberíamos insistirle al gobierno para que implemente incentivos fiscales para aquellos empleadores que ofrezcan días libres adicionales a sus empleados durante los feriados no obligatorios?