¡Imagínate! Después de tanto rollo, tanto debate y pasar por encima de la Sala Constitucional, la ley para abrirle el paso a la competencia en el mercado de los medicamentos finalmente salió adelante. Sí, señores, este martes le dieron luz verde definitiva al proyecto presentado por la diputada Carballo del PUSC, buscando aliviar un poco el bolsillo de todos nosotros cuando vamos por nuestros remedios.
La idea central es simple, aunque llegar a ella haya sido un brete: romper el monopolio de precios que tenemos aquí en Costa Rica. Según dicen, somos de los países de la región donde los medicamentos cuestan más. ¡Una verdadera torta! Para que se hagan una idea, un paquetito de omeprazol, ese que muchos tomamos para el reflujo, nos puede salir por casi 21 mil colones, mientras que en Nicaragua te sale en unos 2 mil seis cientos. ¡Un ahorro que se nota!
La diputada Carballo ha estado insistiendo en esto desde hace tiempo, sacando pecho diciendo que estamos construyendo un nuevo mercado, uno donde la competencia realmente funcione. Ya saben, que no sean esas cosas de “competencia” donde al final todos cobran lo mismo porque se pusieron de acuerdo. Parece que quieren darle una oportunidad a la gente de tener acceso a la salud sin tener que pedir prestado para ir a la farmacia.
Ahora, para lograr esto, la ley va por varios lados. Primero, crearon una Comisión Nacional que va a decidir qué precios son justos para que entren los medicamentos al país. Segundo, van a poner todo transparente en un observatorio público, donde podrás ver cuánto cuesta cada medicamento en cada farmacia y hasta en cada distrito. Así ya no hay excusas para cobrar caro, chunche.
Además, van a acelerar los trámites para registrar medicamentos genéricos, esos que tienen los mismos ingredientes activos pero salen mucho más baratos. También van a permitir importar medicamentos de otros países, siempre y cuando estén certificados por organizaciones internacionales reconocidas. Esto, dicen, va a aumentar la oferta y obligar a las farmacias a bajar los precios. ¡Ojalá sea cierto, diay!
Y para evitar esas prácticas turbias donde algunas droguerías se ponen de acuerdo con las farmacias para inflar los precios, prohibieron los contratos exclusivos. Es decir, ya no podrán obligarte a comprarles a ellos solamente, puedes ir a la farmacia que quieras. El PUSC incluso menciona ejemplos de otros países como Alemania, Colombia y Brasil, donde han logrado reducciones de hasta el 80% en los precios de los medicamentos aplicando medidas similares. Claro, cada caso es diferente, pero uno spera que podamos acercarnos a eso por acá.
Obviamente, la industria farmacéutica no estaba muy contenta con todo esto, pero aseguran que la ley no afectará la calidad de los medicamentos ni el acceso a los tratamientos necesarios. Dicen que solo buscan regular el mercado para que sea más justo para todos, sin perjudicar a nadie. Veremos si esto se cumple en la práctica, porque ya hemos visto muchas promesas que se quedan en el papel.
Con todo esto, queda claro que hay motivos para celebrar, pero también para estar ojo avizor. La ley ya está aprobada, ahora toca ver si realmente funciona y si los precios de los medicamentos bajan como prometen. ¿Ustedes creen que esta ley será un cambio real o simplemente otro intento fallido de solucionar un problema que parece tener vida propia? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan mis panas!
La idea central es simple, aunque llegar a ella haya sido un brete: romper el monopolio de precios que tenemos aquí en Costa Rica. Según dicen, somos de los países de la región donde los medicamentos cuestan más. ¡Una verdadera torta! Para que se hagan una idea, un paquetito de omeprazol, ese que muchos tomamos para el reflujo, nos puede salir por casi 21 mil colones, mientras que en Nicaragua te sale en unos 2 mil seis cientos. ¡Un ahorro que se nota!
La diputada Carballo ha estado insistiendo en esto desde hace tiempo, sacando pecho diciendo que estamos construyendo un nuevo mercado, uno donde la competencia realmente funcione. Ya saben, que no sean esas cosas de “competencia” donde al final todos cobran lo mismo porque se pusieron de acuerdo. Parece que quieren darle una oportunidad a la gente de tener acceso a la salud sin tener que pedir prestado para ir a la farmacia.
Ahora, para lograr esto, la ley va por varios lados. Primero, crearon una Comisión Nacional que va a decidir qué precios son justos para que entren los medicamentos al país. Segundo, van a poner todo transparente en un observatorio público, donde podrás ver cuánto cuesta cada medicamento en cada farmacia y hasta en cada distrito. Así ya no hay excusas para cobrar caro, chunche.
Además, van a acelerar los trámites para registrar medicamentos genéricos, esos que tienen los mismos ingredientes activos pero salen mucho más baratos. También van a permitir importar medicamentos de otros países, siempre y cuando estén certificados por organizaciones internacionales reconocidas. Esto, dicen, va a aumentar la oferta y obligar a las farmacias a bajar los precios. ¡Ojalá sea cierto, diay!
Y para evitar esas prácticas turbias donde algunas droguerías se ponen de acuerdo con las farmacias para inflar los precios, prohibieron los contratos exclusivos. Es decir, ya no podrán obligarte a comprarles a ellos solamente, puedes ir a la farmacia que quieras. El PUSC incluso menciona ejemplos de otros países como Alemania, Colombia y Brasil, donde han logrado reducciones de hasta el 80% en los precios de los medicamentos aplicando medidas similares. Claro, cada caso es diferente, pero uno spera que podamos acercarnos a eso por acá.
Obviamente, la industria farmacéutica no estaba muy contenta con todo esto, pero aseguran que la ley no afectará la calidad de los medicamentos ni el acceso a los tratamientos necesarios. Dicen que solo buscan regular el mercado para que sea más justo para todos, sin perjudicar a nadie. Veremos si esto se cumple en la práctica, porque ya hemos visto muchas promesas que se quedan en el papel.
Con todo esto, queda claro que hay motivos para celebrar, pero también para estar ojo avizor. La ley ya está aprobada, ahora toca ver si realmente funciona y si los precios de los medicamentos bajan como prometen. ¿Ustedes creen que esta ley será un cambio real o simplemente otro intento fallido de solucionar un problema que parece tener vida propia? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan mis panas!