¡Ay, Dios mío! Claudio Alpízar, el bato del Partido Esperanza Nacional, prendió las alarmas en redes sociales este martes con una comparación que dejó a muchos boquiabiertos. El candidato, buscando hacerse notar en medio de la jungla electoral, soltó un palito que ha dividido opiniones hasta la médula.
En esencia, Alpízar dice que elegir entre la continuación del llamado “chavismo” (entiéndase la corriente política que algunos ven como heredera de ciertas prácticas) y el retorno del Partido Acción Ciudadana (PAC), es como decidir entre caer en un abismo profundo o lanzarte desde un precipicio empinado. ¡Imagínate la vara! Un espanto político a todas luces.
Para ponerle un poco de contexto a esto, resulta que estamos ya metidos de lleno en la campaña para las elecciones presidenciales de 2026. Varios quieren el puesto, cada quien con su rollo, tratando de convencer a los votantes de que ellos son la solución. El problema es que Alpízar, pese a tener un discurso interesante a ratos, no logra despegar mucho en términos de popularidad en redes. Según el Observatorio de Comunicación Digital de la ULA, apenas si acumula unas 2.000 menciones, un dato que preocupa a sus estrategas, díganlo.
Pero claro, eso no quiere decir que no vaya a intentar mover el terreno. Esta vez eligió la estrategia del choque frontal, apuntando directamente a dos fuerzas políticas que representan, según él, extremos peligrosos. No es la primera vez que Alpízar se lanza con comentarios polémicos, pero esta vez parece que sí pegó en el clavo, generando un torbellino de reacciones online. Algunos aplauden su valentía por señalar lo que consideran verdades incómodas, mientras que otros lo critican por polarizar aún más el debate público.
Y hablando de debates, la cosa se puso todavía más picante porque recordemos que Miguel Guillén, otro personaje influyente en la política nacional, también soltó algunas bombas recientemente, advirtiendo sobre la cercanía de José María Figueres con Bukele, presidente salvadoreño. Guillén argumenta que esa relación podría significar un retroceso en materia de libertades civiles y respeto a los derechos humanos, lo cual, obviamente, alimenta el fuego de la controversia.
Fabrizio Alvarado Muñoz tampoco se queda atrás, insistiendo en que él es el único capaz de vencer a Laura Fernández en una segunda vuelta. El tema es que la señora Fernández se viene consolidando como una fuerza importante, atrayendo votos tanto del centro como de sectores conservadores. La carrera está larga, y pinta para estar llena de sorpresas. ¡Uf, qué brete!
Además de estos dardos políticos, la semana también trajo otras noticias que nos hacen reflexionar. Por ejemplo, la lamentable historia de un niño de seis años que falleció tras una supuesta negligencia médica en un hospital. Y ni hablar del incidente protagonizado por una muchacha que agredió físicamente a un profesor en un gimnasio... ¡Qué torta de situaciones! Nos demuestra que hay cosas más importantes que estas peleas de gallos políticos.
Ahora bien, dejando a un lado el ruido mediático, la gran pregunta que me hago es la siguiente: ¿cree usted que la polarización extrema es el camino para avanzar como país, o deberíamos buscar puntos en común y construir consensos para enfrentar los desafíos que tenemos por delante? ¡Dígame qué piensa en los comentarios, vamos a armar un buen debate!
En esencia, Alpízar dice que elegir entre la continuación del llamado “chavismo” (entiéndase la corriente política que algunos ven como heredera de ciertas prácticas) y el retorno del Partido Acción Ciudadana (PAC), es como decidir entre caer en un abismo profundo o lanzarte desde un precipicio empinado. ¡Imagínate la vara! Un espanto político a todas luces.
Para ponerle un poco de contexto a esto, resulta que estamos ya metidos de lleno en la campaña para las elecciones presidenciales de 2026. Varios quieren el puesto, cada quien con su rollo, tratando de convencer a los votantes de que ellos son la solución. El problema es que Alpízar, pese a tener un discurso interesante a ratos, no logra despegar mucho en términos de popularidad en redes. Según el Observatorio de Comunicación Digital de la ULA, apenas si acumula unas 2.000 menciones, un dato que preocupa a sus estrategas, díganlo.
Pero claro, eso no quiere decir que no vaya a intentar mover el terreno. Esta vez eligió la estrategia del choque frontal, apuntando directamente a dos fuerzas políticas que representan, según él, extremos peligrosos. No es la primera vez que Alpízar se lanza con comentarios polémicos, pero esta vez parece que sí pegó en el clavo, generando un torbellino de reacciones online. Algunos aplauden su valentía por señalar lo que consideran verdades incómodas, mientras que otros lo critican por polarizar aún más el debate público.
Y hablando de debates, la cosa se puso todavía más picante porque recordemos que Miguel Guillén, otro personaje influyente en la política nacional, también soltó algunas bombas recientemente, advirtiendo sobre la cercanía de José María Figueres con Bukele, presidente salvadoreño. Guillén argumenta que esa relación podría significar un retroceso en materia de libertades civiles y respeto a los derechos humanos, lo cual, obviamente, alimenta el fuego de la controversia.
Fabrizio Alvarado Muñoz tampoco se queda atrás, insistiendo en que él es el único capaz de vencer a Laura Fernández en una segunda vuelta. El tema es que la señora Fernández se viene consolidando como una fuerza importante, atrayendo votos tanto del centro como de sectores conservadores. La carrera está larga, y pinta para estar llena de sorpresas. ¡Uf, qué brete!
Además de estos dardos políticos, la semana también trajo otras noticias que nos hacen reflexionar. Por ejemplo, la lamentable historia de un niño de seis años que falleció tras una supuesta negligencia médica en un hospital. Y ni hablar del incidente protagonizado por una muchacha que agredió físicamente a un profesor en un gimnasio... ¡Qué torta de situaciones! Nos demuestra que hay cosas más importantes que estas peleas de gallos políticos.
Ahora bien, dejando a un lado el ruido mediático, la gran pregunta que me hago es la siguiente: ¿cree usted que la polarización extrema es el camino para avanzar como país, o deberíamos buscar puntos en común y construir consensos para enfrentar los desafíos que tenemos por delante? ¡Dígame qué piensa en los comentarios, vamos a armar un buen debate!
