¡Ay, mae! La cosa está dura en el Hospital Nacional de Niños. Parece que los virus respiratorios no piensan soltarme a los chiquitos, y la situación está cada vez más apretada. Ocho fallecimientos más en solo un mes, eso suma ya 39 infantes perdidos este año. ¡Qué sal!
Según confirmaron desde el HNN, la cifra de defunciones asociadas a estos virus ha ido escalando. Al noviembre pasado llevábamos 31, y ahora, con diciembre apenas a mitad de camino, ya estamos en 39. La doctora Lydiana Ávila, del departamento de Medicina del hospital, nos cuenta que la mayoría de los casos son de menores de un año o entre uno y cuatro años – precisamente las edades más vulnerables.
Lo más preocupante, dice la doctora Ávila, es que siete de esos niños fallecidos no tenían ningún problema de salud previo. Eso significa que, incluso los peques sanitos pueden caer gravemente enfermos. Comparado con el año anterior, esto representa tres vidas más perdidas, una cifra que nos pone a todos a pensar qué onda con esta temporada.
Y no solo la mortalidad es alarmante, sino también la saturación del hospital. ¡El brete está que arde! El viernes pasado, 12 de diciembre, había 93 niños internados por problemas respiratorios. ¡Imagínate! Casi la mitad de ellos, 21 chiquillos, estaban conectados a máquinas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En urgencias, 14 estaban hospitalizados y 10 necesitaban ventilación mecánica. ¡Un nivelazo, pero no en el buen sentido!
Para ponerlo en perspectiva, el hospital tiene capacidad para 67 niños con virus respiratorios, pero el viernes pasada superamos el 138% de ocupación. Incluso, el 8 de diciembre llegamos al 152,24% de ocupación. En la UCI, la situación es aún más crítica: de las 27 camas disponibles para todo el hospital, 21 estaban ocupadas por infantes con infecciones respiratorias – casi el 78% del total disponible. ¡Una torta total!
Desde el Ministerio de Salud confirman que estamos en zona de alarma desde hace ocho semanas consecutivas. Significa que el pico respiratorio no ha disminuido, ni siquiera con la llegada de diciembre. Las estadísticas muestran que hay alrededor de 13.674 casos de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG) en todo el país. La mayoría de los casos se concentran en niños de 1 a 4 años y adultos mayores de 75, que son los grupos con mayor riesgo. Rinovirus, virus respiratorio sincitial (VRS), e influenza A siguen circulando activamente, y eso no da pie a relajarse, chunches.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer nosotros? La doctora Ávila insiste en reforzar las medidas preventivas básicas: lavarnos las manos seguido, cubrirnos al toser o estornudar, evitar juntarnos en lugares cerrados y ventilar los espacios. Vacunar a los nenes, amamantarlos si es posible y buscar atención médica rápida si presentan dificultades para respirar. El CCSS nos dice que así vamos a poder darle batalla a estos bichos y proteger a los más chiquitos.
Ante este panorama tan complicado, me pregunto... ¿Crees que las autoridades deberían implementar medidas más estrictas, como campañas masivas de vacunación o restricciones en eventos públicos, para proteger a nuestra infancia de estos virus respiratorios, o consideras que la responsabilidad recae principalmente en las familias?
Según confirmaron desde el HNN, la cifra de defunciones asociadas a estos virus ha ido escalando. Al noviembre pasado llevábamos 31, y ahora, con diciembre apenas a mitad de camino, ya estamos en 39. La doctora Lydiana Ávila, del departamento de Medicina del hospital, nos cuenta que la mayoría de los casos son de menores de un año o entre uno y cuatro años – precisamente las edades más vulnerables.
Lo más preocupante, dice la doctora Ávila, es que siete de esos niños fallecidos no tenían ningún problema de salud previo. Eso significa que, incluso los peques sanitos pueden caer gravemente enfermos. Comparado con el año anterior, esto representa tres vidas más perdidas, una cifra que nos pone a todos a pensar qué onda con esta temporada.
Y no solo la mortalidad es alarmante, sino también la saturación del hospital. ¡El brete está que arde! El viernes pasado, 12 de diciembre, había 93 niños internados por problemas respiratorios. ¡Imagínate! Casi la mitad de ellos, 21 chiquillos, estaban conectados a máquinas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En urgencias, 14 estaban hospitalizados y 10 necesitaban ventilación mecánica. ¡Un nivelazo, pero no en el buen sentido!
Para ponerlo en perspectiva, el hospital tiene capacidad para 67 niños con virus respiratorios, pero el viernes pasada superamos el 138% de ocupación. Incluso, el 8 de diciembre llegamos al 152,24% de ocupación. En la UCI, la situación es aún más crítica: de las 27 camas disponibles para todo el hospital, 21 estaban ocupadas por infantes con infecciones respiratorias – casi el 78% del total disponible. ¡Una torta total!
Desde el Ministerio de Salud confirman que estamos en zona de alarma desde hace ocho semanas consecutivas. Significa que el pico respiratorio no ha disminuido, ni siquiera con la llegada de diciembre. Las estadísticas muestran que hay alrededor de 13.674 casos de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG) en todo el país. La mayoría de los casos se concentran en niños de 1 a 4 años y adultos mayores de 75, que son los grupos con mayor riesgo. Rinovirus, virus respiratorio sincitial (VRS), e influenza A siguen circulando activamente, y eso no da pie a relajarse, chunches.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer nosotros? La doctora Ávila insiste en reforzar las medidas preventivas básicas: lavarnos las manos seguido, cubrirnos al toser o estornudar, evitar juntarnos en lugares cerrados y ventilar los espacios. Vacunar a los nenes, amamantarlos si es posible y buscar atención médica rápida si presentan dificultades para respirar. El CCSS nos dice que así vamos a poder darle batalla a estos bichos y proteger a los más chiquitos.
Ante este panorama tan complicado, me pregunto... ¿Crees que las autoridades deberían implementar medidas más estrictas, como campañas masivas de vacunación o restricciones en eventos públicos, para proteger a nuestra infancia de estos virus respiratorios, o consideras que la responsabilidad recae principalmente en las familias?