¡Duro varón el que se agarró a la vida! Después de quince días de angustia y rezos, encontraron con vida a Neiby Marchena, la señora que desapareció en Golfito. La noticia cayó como anillo de plata, porque la preocupación era a otro nivel. Imagínate, casi dos semanas buscando entre montes y ríos, con el clima loco que hemos tenido. Un alivio tremendo para la familia y todos los que la conocíamos.
Todo empezó el primero de octubre, cuando Neiby desapareció mientras hacían compras en el supermercado de Golfito. Según contó su hermano, Edgar Marchena, quien trabaja en el Cuerpo de Bomberos, la señora se distrajo un momentito mientras él pagaba y, bum, ¡zas!, se le perdió. Resulta que ella se metió a un baño y luego abordó un bus rumbo a Río Claro. Ahí, en el kilómetro veinte, se bajó y, pa’lante, se perdió en la montaña. Un brete, te digo.
Y ojo, que la historia tiene sus complicaciones. Neiby, pobrecita, padece de esquizofrenia, una condición que se le agravó bastante esos días. Según Edgar, ella tiene miedo a la gente, hasta de sus propios familiares, y cree que la persiguen para hacerle daño. Eso sí que dificulta la búsqueda, porque uno no sabe qué tan desorientada puede estar y cómo reaccionará ante cualquier acercamiento. ¡Imagínate la torta!
La búsqueda fue movilizadora, vamos. Desde el primer momento, la Fuerza Pública, la Cruz Roja, voluntarios, vecinos e incluso gente de la iglesia adventista local se sumaron a los operativos. El OIJ también mandó a su unidad canina, que son unos cracks rastreando. Se peinaron montes, quebradas, se revisaron fincas... pura dedicación, corazón. No faltó quien se echara una mano, diay.
Lo más increíble es que la encontraron gracias a la hermana de Neiby. Así lo confirmó Jorge Navarro, del grupo táctico PZK9, quien participó en la operación de rescate. Parece ser que la hermana la localizó, aunque Neiby tenía una fractura, así que ahora está recibiendo atención médica en el hospital. ¡Un golpe de suerte y la perseverancia valieron la pena!
Ahora bien, este caso nos pone a reflexionar sobre la importancia de cuidar a nuestros seres queridos que tienen alguna condición de salud mental. Es fácil juzgar desde afuera, pero nadie conoce realmente las batallas que estos señores libran día a día. Se necesita paciencia, comprensión y, sobre todo, apoyo incondicional. Las familias necesitan recursos y acompañamiento para poder brindarles la ayuda adecuada y evitar tragedias como esta.
Sin embargo, hay que reconocer que la respuesta de la comunidad fue admirable. Todos pusieron manos a la obra sin importar quiénes fueran o de dónde vinieran. Esa es la verdadera esencia de Costa Rica, ¿verdad? Una nación solidaria que siempre está dispuesta a ayudar al prójimo en los momentos difíciles. ¡Qué tuanis ver eso!
En fin, ¡qué gusto que Neiby esté a salvo! Ahora toca recuperarse y darle todo el amor y el apoyo que necesita. Pero dime, ¿crees que el Estado debería invertir más en programas de prevención y atención a la salud mental, especialmente en zonas rurales como Golfito? Deja tu opinión en el foro, queremos saber qué piensas tú también.
Todo empezó el primero de octubre, cuando Neiby desapareció mientras hacían compras en el supermercado de Golfito. Según contó su hermano, Edgar Marchena, quien trabaja en el Cuerpo de Bomberos, la señora se distrajo un momentito mientras él pagaba y, bum, ¡zas!, se le perdió. Resulta que ella se metió a un baño y luego abordó un bus rumbo a Río Claro. Ahí, en el kilómetro veinte, se bajó y, pa’lante, se perdió en la montaña. Un brete, te digo.
Y ojo, que la historia tiene sus complicaciones. Neiby, pobrecita, padece de esquizofrenia, una condición que se le agravó bastante esos días. Según Edgar, ella tiene miedo a la gente, hasta de sus propios familiares, y cree que la persiguen para hacerle daño. Eso sí que dificulta la búsqueda, porque uno no sabe qué tan desorientada puede estar y cómo reaccionará ante cualquier acercamiento. ¡Imagínate la torta!
La búsqueda fue movilizadora, vamos. Desde el primer momento, la Fuerza Pública, la Cruz Roja, voluntarios, vecinos e incluso gente de la iglesia adventista local se sumaron a los operativos. El OIJ también mandó a su unidad canina, que son unos cracks rastreando. Se peinaron montes, quebradas, se revisaron fincas... pura dedicación, corazón. No faltó quien se echara una mano, diay.
Lo más increíble es que la encontraron gracias a la hermana de Neiby. Así lo confirmó Jorge Navarro, del grupo táctico PZK9, quien participó en la operación de rescate. Parece ser que la hermana la localizó, aunque Neiby tenía una fractura, así que ahora está recibiendo atención médica en el hospital. ¡Un golpe de suerte y la perseverancia valieron la pena!
Ahora bien, este caso nos pone a reflexionar sobre la importancia de cuidar a nuestros seres queridos que tienen alguna condición de salud mental. Es fácil juzgar desde afuera, pero nadie conoce realmente las batallas que estos señores libran día a día. Se necesita paciencia, comprensión y, sobre todo, apoyo incondicional. Las familias necesitan recursos y acompañamiento para poder brindarles la ayuda adecuada y evitar tragedias como esta.
Sin embargo, hay que reconocer que la respuesta de la comunidad fue admirable. Todos pusieron manos a la obra sin importar quiénes fueran o de dónde vinieran. Esa es la verdadera esencia de Costa Rica, ¿verdad? Una nación solidaria que siempre está dispuesta a ayudar al prójimo en los momentos difíciles. ¡Qué tuanis ver eso!
En fin, ¡qué gusto que Neiby esté a salvo! Ahora toca recuperarse y darle todo el amor y el apoyo que necesita. Pero dime, ¿crees que el Estado debería invertir más en programas de prevención y atención a la salud mental, especialmente en zonas rurales como Golfito? Deja tu opinión en el foro, queremos saber qué piensas tú también.