¡Pues vaya rollo! Resulta que el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) decidió echarle agua fría a todos los que usamos el tren para ir y venir entre San José y Cartago. Después del aparatoso descarrilamiento del jueves pasado, ahora nos anuncian que el servicio se va a mantener suspendido hasta la próxima semana. ¡Un montón de gente en aprietos, diay!
Si recuerdan, el percance ocurrió alrededor de las seis y media de la tarde, cuando una unidad repleta de pasajeros – unos cuarenta, según nos dicen – se salió de la vía en la zona de Ochomogo, muy cerquita de la gasolinera Cristo Rey. Un susto tremendo, créanme, especialmente porque esto ya no es la primera vez que pasa algo así por ahí. El tren, que iba camino a San José, tuvo un encontronazo inesperado con la realidad.
Afortunadamente, aunque la situación pudo haber sido mucho peor, solo hubo algunos heridos livianos. Nadie necesitó corretear a urgencias, eso sí es rescatable. Pero, vamos, el hecho es grave, señores, porque demuestra que hay algo serio malogrado con el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria. No es justo que los usuarios tengamos que sufrir las consecuencias de la falta de previsión.
La institución, Incofer, se ha limitado a decir que están trabajando arduamente para “habilitar la vía férrea”. Suena lindo, pero a muchos les parece humo, pues estas situaciones suelen alargarse más de lo debido. Ya el lunes habían dicho que todo estaría listo para hoy, y mira nomás, ahora lo posponen hasta la siguiente semana. ¡Qué desazón!
Ahora, ¿qué hacemos los que dependemos del tren para trasladarnos? Muchos estudiantes, trabajadores y adultos mayores se ven afectados directamente por esta suspensión. Los autobuses andan repletos, los taxis cuestan un ojo de la cara, y andar por esas rutas alternativas es un verdadero brete, especialmente si tienes prisa o cargas cosas. ¡Una torta, vamos!
Y no es la primera vez que ocurre algo así, ¿eh? Hemos tenido varios incidentes similares en los últimos años, siempre poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros y generando inconvenientes enormes. Se necesitan soluciones concretas y duraderas, no parches temporales que no resuelven nada. Hay que invertir en mejorar la calidad de los rieles, las locomotoras y todo el sistema ferroviario, para que podamos viajar tranquilos y seguros. ¡Esto no puede seguir siendo un circo!
Algunos analistas sugieren que la falta de inversión crónica y la politización del Incofer han contribuido a esta situación lamentable. Dicen que los recursos destinados al ferrocarril se han desviado a otros proyectos menos prioritarios, dejando al sistema en un estado precario. Con razón el servicio está tan resentido. Necesitamos que nuestros representantes tomen cartas en el asunto y prioricen el bienestar de los ciudadanos.
En fin, la espera continúa… mientras tanto, toca buscar alternativas para desplazarnos o resignarnos a perder tiempo y dinero. Pero dime tú, mi pana, ¿crees que Incofer realmente está haciendo todo lo posible para solucionar el problema o simplemente están echándole tierra al asunto? ¿Crees que este tipo de incidentes volverán a ocurrir pronto?
Si recuerdan, el percance ocurrió alrededor de las seis y media de la tarde, cuando una unidad repleta de pasajeros – unos cuarenta, según nos dicen – se salió de la vía en la zona de Ochomogo, muy cerquita de la gasolinera Cristo Rey. Un susto tremendo, créanme, especialmente porque esto ya no es la primera vez que pasa algo así por ahí. El tren, que iba camino a San José, tuvo un encontronazo inesperado con la realidad.
Afortunadamente, aunque la situación pudo haber sido mucho peor, solo hubo algunos heridos livianos. Nadie necesitó corretear a urgencias, eso sí es rescatable. Pero, vamos, el hecho es grave, señores, porque demuestra que hay algo serio malogrado con el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria. No es justo que los usuarios tengamos que sufrir las consecuencias de la falta de previsión.
La institución, Incofer, se ha limitado a decir que están trabajando arduamente para “habilitar la vía férrea”. Suena lindo, pero a muchos les parece humo, pues estas situaciones suelen alargarse más de lo debido. Ya el lunes habían dicho que todo estaría listo para hoy, y mira nomás, ahora lo posponen hasta la siguiente semana. ¡Qué desazón!
Ahora, ¿qué hacemos los que dependemos del tren para trasladarnos? Muchos estudiantes, trabajadores y adultos mayores se ven afectados directamente por esta suspensión. Los autobuses andan repletos, los taxis cuestan un ojo de la cara, y andar por esas rutas alternativas es un verdadero brete, especialmente si tienes prisa o cargas cosas. ¡Una torta, vamos!
Y no es la primera vez que ocurre algo así, ¿eh? Hemos tenido varios incidentes similares en los últimos años, siempre poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros y generando inconvenientes enormes. Se necesitan soluciones concretas y duraderas, no parches temporales que no resuelven nada. Hay que invertir en mejorar la calidad de los rieles, las locomotoras y todo el sistema ferroviario, para que podamos viajar tranquilos y seguros. ¡Esto no puede seguir siendo un circo!
Algunos analistas sugieren que la falta de inversión crónica y la politización del Incofer han contribuido a esta situación lamentable. Dicen que los recursos destinados al ferrocarril se han desviado a otros proyectos menos prioritarios, dejando al sistema en un estado precario. Con razón el servicio está tan resentido. Necesitamos que nuestros representantes tomen cartas en el asunto y prioricen el bienestar de los ciudadanos.
En fin, la espera continúa… mientras tanto, toca buscar alternativas para desplazarnos o resignarnos a perder tiempo y dinero. Pero dime tú, mi pana, ¿crees que Incofer realmente está haciendo todo lo posible para solucionar el problema o simplemente están echándole tierra al asunto? ¿Crees que este tipo de incidentes volverán a ocurrir pronto?
