¡Aguántense todos! El Incofer, nuestra querida institución ferroviaria, cerró el año con una cifra que te deja boquiabierto: 59 accidentes contra sus trenes. Sí, leíste bien, 59. Imagínate el bronca que tienen los técnicos ahí, intentando ponerle parche a esos fierros viejos. Parece que los rieles tienen vida propia y andan buscando broncas.
Según el reporte oficial, la cosa empezó a picar fuerte en octubre, con 11 incidentes. Setiembre fue tranquilo, apenas 2, pero luego vino octubre y explotó todo. Como si los espíritus navideños decidieran jugarles una partida traviesa a los trenes. Y pa' rematar, justo el último día de servicio, 23 de diciembre, otro choque en Cartago. ¡Qué sal!
El accidente más aparatoso, el que realmente causó un susto gordo, fue en Cinco Esquinas de Tibás. Ahí resultaron heridos 11 personas, una verdadera torta. Álvaro Bermúdez, el presidente ejecutivo del Incofer, comentó que la cabina del tren quedó hecha pedazos, así que estará fuera de servicio unos dos meses. Dos meses sin una de las pocas Apotos que todavía andan funcionando… ¡ufff!
Y hablando de Apotos, resulta que solo tenemos 16 trenes operativos: ocho unidades Apolo y ocho chinos. Bermúdez dice que perder una Apolo es como darle un balazo al corazón del sistema. “Hay que esforzarse al máximo para buscar los repuestos y sustituirlos”, soltó. Claro, porque encontrar piezas para estos trenes es como buscar aguacate maduro en diciembre. Una odisea.
Lo peor de todo es que, aparentemente, casi todos los trenes han sufrido algún percance este año y han tenido que parar por reparación. El costo de estas reparaciones varía dependiendo de la magnitud del daño, pero el Incofer asegura que, a pesar de todo, logran arreglarlos y sacarlos de nuevo a rodar. Al menos eso dicen, aunque uno se queda con la duda de qué tanto les están poniendo parche a la cosa.
Para los que usan el tren diario, esto significa que hay que seguir aguantándose los retrasos y los sobresaltos. Pero oigan, al menos sí que llevan gente. En 2024 transportaron 3.7 millones de pasajeros, superando los 3.5 millones del año anterior. ¡Eso sí es un dato positivo! Y parece que la tendencia va al alza, mínimo desde 2021. Así que, a pesar de todo el relajo, la gente sigue confiando en el tren, diay.
Ahora bien, el servicio vuelve a funcionar el 5 de enero, así que prepárense para retomar la rutina. Ya saben, apretujarse, aguantarse los empujones y esperar que el tren llegue a tiempo. Es parte del encanto de viajar en tren por Costa Rica, ¿no creen? Aunque a veces uno piensa si no sería mejor caminar. Con la suerte que tenemos, podríamos llegar antes.
Con tantos accidentes y el gasto constante en reparaciones, me pregunto: ¿Será que ya es hora de pensar seriamente en invertir en trenes nuevos y modernos, o seguimos tragándonos la pastilla de los parches y los incidentes inesperados?
Según el reporte oficial, la cosa empezó a picar fuerte en octubre, con 11 incidentes. Setiembre fue tranquilo, apenas 2, pero luego vino octubre y explotó todo. Como si los espíritus navideños decidieran jugarles una partida traviesa a los trenes. Y pa' rematar, justo el último día de servicio, 23 de diciembre, otro choque en Cartago. ¡Qué sal!
El accidente más aparatoso, el que realmente causó un susto gordo, fue en Cinco Esquinas de Tibás. Ahí resultaron heridos 11 personas, una verdadera torta. Álvaro Bermúdez, el presidente ejecutivo del Incofer, comentó que la cabina del tren quedó hecha pedazos, así que estará fuera de servicio unos dos meses. Dos meses sin una de las pocas Apotos que todavía andan funcionando… ¡ufff!
Y hablando de Apotos, resulta que solo tenemos 16 trenes operativos: ocho unidades Apolo y ocho chinos. Bermúdez dice que perder una Apolo es como darle un balazo al corazón del sistema. “Hay que esforzarse al máximo para buscar los repuestos y sustituirlos”, soltó. Claro, porque encontrar piezas para estos trenes es como buscar aguacate maduro en diciembre. Una odisea.
Lo peor de todo es que, aparentemente, casi todos los trenes han sufrido algún percance este año y han tenido que parar por reparación. El costo de estas reparaciones varía dependiendo de la magnitud del daño, pero el Incofer asegura que, a pesar de todo, logran arreglarlos y sacarlos de nuevo a rodar. Al menos eso dicen, aunque uno se queda con la duda de qué tanto les están poniendo parche a la cosa.
Para los que usan el tren diario, esto significa que hay que seguir aguantándose los retrasos y los sobresaltos. Pero oigan, al menos sí que llevan gente. En 2024 transportaron 3.7 millones de pasajeros, superando los 3.5 millones del año anterior. ¡Eso sí es un dato positivo! Y parece que la tendencia va al alza, mínimo desde 2021. Así que, a pesar de todo el relajo, la gente sigue confiando en el tren, diay.
Ahora bien, el servicio vuelve a funcionar el 5 de enero, así que prepárense para retomar la rutina. Ya saben, apretujarse, aguantarse los empujones y esperar que el tren llegue a tiempo. Es parte del encanto de viajar en tren por Costa Rica, ¿no creen? Aunque a veces uno piensa si no sería mejor caminar. Con la suerte que tenemos, podríamos llegar antes.
Con tantos accidentes y el gasto constante en reparaciones, me pregunto: ¿Será que ya es hora de pensar seriamente en invertir en trenes nuevos y modernos, o seguimos tragándonos la pastilla de los parches y los incidentes inesperados?