¡Pero qué bronca, pura bronca! Aquí en Costa Rica nunca hay un momento de calma, ¿verdad? Resulta que el PANI, Patronato Nacional de la Niñez, se mandó una investigación de oficio contra Álvaro Ramos, nuestro candidato del PLN, todo por un video donde su hija soltó unas cuantas verdades sobre el Presidente Chaves. ¡Un lío tremendo!
Todo empezó en una actividad de campaña del señor Ramos, donde su hija, con toda la energía de la juventud, despotricó sobre la situación del país y llamó a don Rodrigo Chaves 'dictador'. Un video que se viralizó rapidísimo, generando ríos de comentarios y reacciones en redes sociales. Parece que algunos ciudadanos no tomaron muy bien esas palabras y empezaron a atacar a la jovencita, lo cual preocupa al PANI y, obviamente, a la familia Ramos.
El Patronato argumenta que necesitan investigar si la menor se vio expuesta a situaciones de *bullying* y ataques en línea debido a este revuelo. Vamos, que quieren ver si la muchacha está manejando bien la presión, porque imaginen el estrés de tener a todo el país hablando de ti por una simple opinión en un mitin. ¡No cualquiera puede con eso!
Lo que más me quedó pegado es que la familia Ramos, entendiendo la magnitud del asunto, pidió a los medios y a los usuarios de internet que dejaran ya de darle vueltas al asunto. Querían evitar que la situación escalara aún más y que la niña sufriera consecuencias mayores. ¡Entendible, totalmente entendible! Porque a veces, los ticos nos pasamos de vivos, ¿eh?
Y claro, como era de esperarse, esto encendió todas las alarmas entre los demás candidatos presidenciales. Claudia Alpízar, de Esperanza Nacional, Juan Carlos Hidalgo del PUSC, y Claudia Dobles de Agenda Ciudadana, todos alzaron la voz criticando al gobierno de Chaves, acusándolo de utilizar las instituciones del Estado para perseguir políticamente a sus oponentes. ¡Drama total, señores!
“Es inaceptable que el gobierno instrumentalice al PANI para atacar a un candidato y a su familia,” declaró Alpízar con vehemencia. Hidalgo, por su parte, afirmó que “esto demuestra la intolerancia y el autoritarismo que caracterizan al actual gobierno”. Incluso Ariel Robles, del Frente Amplio, comentó en sus redes sociales con un mensaje contundente: “Esto es una clara muestra de cómo el poder corrompe.” Todo el mundo opinando, como siempre… ¡qué brete!
Ahora bien, analizando la situación objetivamente, ¿hasta dónde llega el deber del Estado de proteger a los menores? Es cierto que debemos resguardar a nuestros niños de cualquier tipo de abuso o exposición peligrosa, pero también es importante permitirles expresar sus opiniones, incluso si estas son críticas hacia figuras públicas. Hay que encontrar un equilibrio, y ahí parece radicar el problema en este caso. Al final, la niña estaba expresando su preocupación por el futuro del país, aunque quizás usando términos un poco fuertes. ¿Se fue un poquito al traste, sí, pero con mucha convicción?
En fin, este caso deja abierta la puerta a muchas preguntas. ¿Debería el PANI haber iniciado una investigación en este caso, o simplemente ignorar lo sucedido? ¿Estamos ante una persecución política disfrazada de protección infantil, o realmente existe una preocupación legítima por el bienestar de la menor? ¡Díme, mi pana, tú qué piensas de todo este relajo? Déjanos tus comentarios y participa en el debate!
Todo empezó en una actividad de campaña del señor Ramos, donde su hija, con toda la energía de la juventud, despotricó sobre la situación del país y llamó a don Rodrigo Chaves 'dictador'. Un video que se viralizó rapidísimo, generando ríos de comentarios y reacciones en redes sociales. Parece que algunos ciudadanos no tomaron muy bien esas palabras y empezaron a atacar a la jovencita, lo cual preocupa al PANI y, obviamente, a la familia Ramos.
El Patronato argumenta que necesitan investigar si la menor se vio expuesta a situaciones de *bullying* y ataques en línea debido a este revuelo. Vamos, que quieren ver si la muchacha está manejando bien la presión, porque imaginen el estrés de tener a todo el país hablando de ti por una simple opinión en un mitin. ¡No cualquiera puede con eso!
Lo que más me quedó pegado es que la familia Ramos, entendiendo la magnitud del asunto, pidió a los medios y a los usuarios de internet que dejaran ya de darle vueltas al asunto. Querían evitar que la situación escalara aún más y que la niña sufriera consecuencias mayores. ¡Entendible, totalmente entendible! Porque a veces, los ticos nos pasamos de vivos, ¿eh?
Y claro, como era de esperarse, esto encendió todas las alarmas entre los demás candidatos presidenciales. Claudia Alpízar, de Esperanza Nacional, Juan Carlos Hidalgo del PUSC, y Claudia Dobles de Agenda Ciudadana, todos alzaron la voz criticando al gobierno de Chaves, acusándolo de utilizar las instituciones del Estado para perseguir políticamente a sus oponentes. ¡Drama total, señores!
“Es inaceptable que el gobierno instrumentalice al PANI para atacar a un candidato y a su familia,” declaró Alpízar con vehemencia. Hidalgo, por su parte, afirmó que “esto demuestra la intolerancia y el autoritarismo que caracterizan al actual gobierno”. Incluso Ariel Robles, del Frente Amplio, comentó en sus redes sociales con un mensaje contundente: “Esto es una clara muestra de cómo el poder corrompe.” Todo el mundo opinando, como siempre… ¡qué brete!
Ahora bien, analizando la situación objetivamente, ¿hasta dónde llega el deber del Estado de proteger a los menores? Es cierto que debemos resguardar a nuestros niños de cualquier tipo de abuso o exposición peligrosa, pero también es importante permitirles expresar sus opiniones, incluso si estas son críticas hacia figuras públicas. Hay que encontrar un equilibrio, y ahí parece radicar el problema en este caso. Al final, la niña estaba expresando su preocupación por el futuro del país, aunque quizás usando términos un poco fuertes. ¿Se fue un poquito al traste, sí, pero con mucha convicción?
En fin, este caso deja abierta la puerta a muchas preguntas. ¿Debería el PANI haber iniciado una investigación en este caso, o simplemente ignorar lo sucedido? ¿Estamos ante una persecución política disfrazada de protección infantil, o realmente existe una preocupación legítima por el bienestar de la menor? ¡Díme, mi pana, tú qué piensas de todo este relajo? Déjanos tus comentarios y participa en el debate!