¡Aguafiestas que no lo parezca! Resulta que Brasil, esa potencia sudamericana, anda buscando cómo crecer económicamente… pero con un giro interesante. No se trata solamente de números y billetes, sino de darle un empujón a las mujeres en el ámbito empresarial y laboral. Parece que andan tramando algo bien chivo.
La movida, según la directora de negocios de ApexBrasil, Ana Paula Repezza, es simple: el comercio internacional abre puertas a empleos con mejores salarios. Y ahí es donde entra la clave, porque en Brasil, las mujeres representan más de la mitad de la población – ¡el 51,5%! Eso significa que si les va bien económica mente, le va bien a todo el país. Es un círculo virtuoso, como dicen ellos allá, que beneficia a las familias y a las futuras generaciones. ¡Qué neta!
Pero ojo, que todavía queda tela por cortar. Según datos del gobierno brasileño, tan solo el 2% del valor total de las exportaciones en 2024, que superaron los 337 mil millones de dólares, corresponden a empresas lideradas por mujeres. ¡Imagínate eso! Es decir, hay muchísimo potencial aún por explotar. Aunque, hey, las cosas están cambiando poco a poco. En 2022, la cifra era incluso menor, así que hay una tendencia positiva, aunque le falte echarle bastante ganas, ¿eh?
Repezza destaca que ahora hay una mayor conciencia de la importancia de involucrar a las mujeres en la economía. Ya no es una moda pasajera ni un discurso vacío; se están implementando políticas públicas para facilitar su acceso al mercado y promover su liderazgo. “En los últimos años, la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo y en la economía brasileña es cada vez mayor y esto es un camino sin retorno”, afirma la directora. Uno esperaría que así fuera, ¡claro que sí!
Para impulsar esta transformación, ApexBrasil cuenta con el programa Mujeres y Negocios Internacionales (MNI), que ya ha beneficiado a más de 4.000 empresas. Este programa ofrece capacitación técnica, talleres socioemocionales, rondas de negocios y misiones internacionales. ¡Eso sí es trabajar para el progreso! Además, buscan establecer contactos entre empresarias de diferentes países, creando redes de apoyo y colaboración.
Y hablando de conexiones internacionales, la participación de Brasil en la Expo Osaka 2025 es otra pieza clave en este plan. Allí, el país busca mostrar al mundo su compromiso con el empoderamiento femenino y proyectarse como un referente en materia de igualdad de oportunidades. Con un pabellón lleno de innovación y creatividad, Brasil quiere demostrar que el futuro es inclusivo y diverso. “El lugar de la mujer es donde ella quiera, en todo el mundo”, sentenció Repezza, y vaya que suena bien decirlo.
La idea es clara: unir el comercio exterior con el impulso a las mujeres emprendedoras. Al crear oportunidades económicas para ellas, se espera mejorar su calidad de vida, educar a sus hijos y contribuir al desarrollo sostenible del país. Esto implica que las empresas exportadoras tengan un impacto directo en la reducción de la desigualdad social, generando un efecto multiplicador positivo en la sociedad. ¡Vaya brete se han puesto!
Entonces, mi pana, te pregunto yo: ¿crees que esta estrategia de Brasil podría servir como modelo para otros países latinoamericanos, incluyendo Costa Rica, para impulsar tanto el crecimiento económico como la igualdad de género? ¿O será que nos estamos ilusionando demasiado con estas iniciativas?
La movida, según la directora de negocios de ApexBrasil, Ana Paula Repezza, es simple: el comercio internacional abre puertas a empleos con mejores salarios. Y ahí es donde entra la clave, porque en Brasil, las mujeres representan más de la mitad de la población – ¡el 51,5%! Eso significa que si les va bien económica mente, le va bien a todo el país. Es un círculo virtuoso, como dicen ellos allá, que beneficia a las familias y a las futuras generaciones. ¡Qué neta!
Pero ojo, que todavía queda tela por cortar. Según datos del gobierno brasileño, tan solo el 2% del valor total de las exportaciones en 2024, que superaron los 337 mil millones de dólares, corresponden a empresas lideradas por mujeres. ¡Imagínate eso! Es decir, hay muchísimo potencial aún por explotar. Aunque, hey, las cosas están cambiando poco a poco. En 2022, la cifra era incluso menor, así que hay una tendencia positiva, aunque le falte echarle bastante ganas, ¿eh?
Repezza destaca que ahora hay una mayor conciencia de la importancia de involucrar a las mujeres en la economía. Ya no es una moda pasajera ni un discurso vacío; se están implementando políticas públicas para facilitar su acceso al mercado y promover su liderazgo. “En los últimos años, la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo y en la economía brasileña es cada vez mayor y esto es un camino sin retorno”, afirma la directora. Uno esperaría que así fuera, ¡claro que sí!
Para impulsar esta transformación, ApexBrasil cuenta con el programa Mujeres y Negocios Internacionales (MNI), que ya ha beneficiado a más de 4.000 empresas. Este programa ofrece capacitación técnica, talleres socioemocionales, rondas de negocios y misiones internacionales. ¡Eso sí es trabajar para el progreso! Además, buscan establecer contactos entre empresarias de diferentes países, creando redes de apoyo y colaboración.
Y hablando de conexiones internacionales, la participación de Brasil en la Expo Osaka 2025 es otra pieza clave en este plan. Allí, el país busca mostrar al mundo su compromiso con el empoderamiento femenino y proyectarse como un referente en materia de igualdad de oportunidades. Con un pabellón lleno de innovación y creatividad, Brasil quiere demostrar que el futuro es inclusivo y diverso. “El lugar de la mujer es donde ella quiera, en todo el mundo”, sentenció Repezza, y vaya que suena bien decirlo.
La idea es clara: unir el comercio exterior con el impulso a las mujeres emprendedoras. Al crear oportunidades económicas para ellas, se espera mejorar su calidad de vida, educar a sus hijos y contribuir al desarrollo sostenible del país. Esto implica que las empresas exportadoras tengan un impacto directo en la reducción de la desigualdad social, generando un efecto multiplicador positivo en la sociedad. ¡Vaya brete se han puesto!
Entonces, mi pana, te pregunto yo: ¿crees que esta estrategia de Brasil podría servir como modelo para otros países latinoamericanos, incluyendo Costa Rica, para impulsar tanto el crecimiento económico como la igualdad de género? ¿O será que nos estamos ilusionando demasiado con estas iniciativas?
