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PAra todo hay gente
Austin Wierschke, un joven de 17 años, de Wisconsin, se consagró por segundo año consecutivo como el más veloz de EEUU para escribir sms. Recibió un premio de US$ 50 mil
Se siente increíble", declaró Austin Wierschke, originario de Rhinelander, Wisconsin, quien ganó después de ocho rondas en la sexta competencia anual de texteo realizada en la Plaza Times, en Nueva York. Recibió un premio de 50 mil dólares, los cuales declaró que guardará para la universidad.
Once competidores de todo el país participaron, todos utilizando el mismo tipo de teléfono, un LG Optimus Zip con teclado QWERTY. La competencia puso a prueba tres habilidades: velocidad, precisión y destreza.
En el evento, los concursantes tuvieron que escribir los mensajes con abreviaciones; escribir mensajes con los ojos vendados; "bombardeo de texto", en el que les mostraban frases a los participantes por un determinado periodo y ellos lo copiaban tan rápido como podían; y textear palabras que se les mostraban en desorden y ellos tenían que deducir qué palabra era.
Para "entrenar", Austin Wierschke informó que enviaba casi 500 mensajes de texto todos los días a sus amigos
Austin Wierschke, un joven de 17 años, de Wisconsin, se consagró por segundo año consecutivo como el más veloz de EEUU para escribir sms. Recibió un premio de US$ 50 mil
Se siente increíble", declaró Austin Wierschke, originario de Rhinelander, Wisconsin, quien ganó después de ocho rondas en la sexta competencia anual de texteo realizada en la Plaza Times, en Nueva York. Recibió un premio de 50 mil dólares, los cuales declaró que guardará para la universidad.
Once competidores de todo el país participaron, todos utilizando el mismo tipo de teléfono, un LG Optimus Zip con teclado QWERTY. La competencia puso a prueba tres habilidades: velocidad, precisión y destreza.
En el evento, los concursantes tuvieron que escribir los mensajes con abreviaciones; escribir mensajes con los ojos vendados; "bombardeo de texto", en el que les mostraban frases a los participantes por un determinado periodo y ellos lo copiaban tan rápido como podían; y textear palabras que se les mostraban en desorden y ellos tenían que deducir qué palabra era.
Para "entrenar", Austin Wierschke informó que enviaba casi 500 mensajes de texto todos los días a sus amigos
