¡Al fin! Después de unos días que parecían una eternidad, el MOPT nos dio el visto bueno para pasar por el Cerro de la Muerte. Como quien dice, se quitó el batuque a la carretera, permitiendo que los carros vuelvan a subir y bajar por esa montaña que tanto nos gusta… y tanto nos da sustito a veces.
Todo empezó el finde pasado, con esas lluvias que ni Pedro Romero. Se echó un chaparrón de esos que te dejan empapado hasta los huesos y, claro, el Cerro se puso feo rapidísimo. Desprendimientos de tierra, piedras cayendo, el ambiente tenso… el MOPT no dudó ni un segundo en cerrar la ruta por seguridad. Y con razón, porque ahí nadie quiere salir volando por la ventana, ¿verdad?
El cerramiento generó un buen alboroto, especialmente entre aquellos que tenían planes de ir hacia Heredia o viceversa. Algunos tuvieron que buscar rutas alternativas que les comieron horas extras de viaje. ¡Qué despiche! Pero bueno, la seguridad es lo primero, eso nadie lo niega. Además, así aprendimos que hay que estar siempre pendientes del reporte del clima y de las condiciones de las carreteras, máxime cuando hablamos del Cerro, que es famoso por cambiarle la cara al tiempo en cuestión de minutos.
Las cuadrillas del MOPT trabajaron día y noche, quitando barro, moviendo rocas, estabilizando laderas… Un esfuerzo tremendo, pa’ poner la carretera en condiciones seguras otra vez. Dicen que le echaron ganas a full, y se nota. Lo importante ahora es que la ruta está habilitada, aunque el MOPT nos advierte que van a seguir vigilando la zona de cerca. Así que, ojo avizor, gente, que no queremos sorpresas desagradables.
Lo que me preocupa un poco, y creo que a muchos también, es cómo seguimos enfrentando este problema de deslizamientos y cierres de carreteras. No es la primera vez que pasa esto en el Cerro, ni mucho menos. ¿No deberíamos empezar a pensar en soluciones más duraderas, que vayan más allá de simplemente limpiar la carretera cada vez que llueve a cántaros? Hablando de eso, ¿será que tenemos que replantearnos cómo construimos en zonas de alto riesgo?
Algunos expertos han dicho que el cambio climático está exacerbando estos fenómenos, y no sé yo si estamos tomando cartas en el asunto con la suficiente seriedad. Porque si sigue lloviendo así como ha estado lloviendo, vamos a estar cerrando carreteras hasta por risa. Seamos sinceros, necesitamos invertir más en prevención y en sistemas de alerta temprana que realmente funcionen. No podemos seguir reaccionando después de que ya pasó el daño.
Ahora sí, la buena noticia es que podemos volver a disfrutar del paisaje del Cerro, de la neblina, del frío… ¡Y de tomarse un chocolate calentito en algún baldí! Pero atención: no se confíen, manejen con precaución y estén atentos a cualquier señal de peligro. El Cerro es bello, sí, pero también puede ser traicionero si no le prestamos atención. ¡Qué carga!
En fin, el camino está abierto, pero la prudencia debe ser nuestra compañera de viaje. ¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que el gobierno debería invertir más en infraestructura preventiva en zonas de alto riesgo como el Cerro de la Muerte, o creen que el enfoque actual de respuesta ante emergencias es suficiente?
Todo empezó el finde pasado, con esas lluvias que ni Pedro Romero. Se echó un chaparrón de esos que te dejan empapado hasta los huesos y, claro, el Cerro se puso feo rapidísimo. Desprendimientos de tierra, piedras cayendo, el ambiente tenso… el MOPT no dudó ni un segundo en cerrar la ruta por seguridad. Y con razón, porque ahí nadie quiere salir volando por la ventana, ¿verdad?
El cerramiento generó un buen alboroto, especialmente entre aquellos que tenían planes de ir hacia Heredia o viceversa. Algunos tuvieron que buscar rutas alternativas que les comieron horas extras de viaje. ¡Qué despiche! Pero bueno, la seguridad es lo primero, eso nadie lo niega. Además, así aprendimos que hay que estar siempre pendientes del reporte del clima y de las condiciones de las carreteras, máxime cuando hablamos del Cerro, que es famoso por cambiarle la cara al tiempo en cuestión de minutos.
Las cuadrillas del MOPT trabajaron día y noche, quitando barro, moviendo rocas, estabilizando laderas… Un esfuerzo tremendo, pa’ poner la carretera en condiciones seguras otra vez. Dicen que le echaron ganas a full, y se nota. Lo importante ahora es que la ruta está habilitada, aunque el MOPT nos advierte que van a seguir vigilando la zona de cerca. Así que, ojo avizor, gente, que no queremos sorpresas desagradables.
Lo que me preocupa un poco, y creo que a muchos también, es cómo seguimos enfrentando este problema de deslizamientos y cierres de carreteras. No es la primera vez que pasa esto en el Cerro, ni mucho menos. ¿No deberíamos empezar a pensar en soluciones más duraderas, que vayan más allá de simplemente limpiar la carretera cada vez que llueve a cántaros? Hablando de eso, ¿será que tenemos que replantearnos cómo construimos en zonas de alto riesgo?
Algunos expertos han dicho que el cambio climático está exacerbando estos fenómenos, y no sé yo si estamos tomando cartas en el asunto con la suficiente seriedad. Porque si sigue lloviendo así como ha estado lloviendo, vamos a estar cerrando carreteras hasta por risa. Seamos sinceros, necesitamos invertir más en prevención y en sistemas de alerta temprana que realmente funcionen. No podemos seguir reaccionando después de que ya pasó el daño.
Ahora sí, la buena noticia es que podemos volver a disfrutar del paisaje del Cerro, de la neblina, del frío… ¡Y de tomarse un chocolate calentito en algún baldí! Pero atención: no se confíen, manejen con precaución y estén atentos a cualquier señal de peligro. El Cerro es bello, sí, pero también puede ser traicionero si no le prestamos atención. ¡Qué carga!
En fin, el camino está abierto, pero la prudencia debe ser nuestra compañera de viaje. ¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que el gobierno debería invertir más en infraestructura preventiva en zonas de alto riesgo como el Cerro de la Muerte, o creen que el enfoque actual de respuesta ante emergencias es suficiente?