Ay, mi gente, qué vaina… Parece que el colón se puso más agarrado que limoncito y, si bien algunas empresas respiran tranquilos porque les entra más lana por las ventas en dólares, la verdad es que a largo plazo nos estamos quemando la jugada. Después de años de vaivenes, este tipo de cambio estable, aunque suena chévere en papel, está haciendo mella en nuestra competitividad, y eso no es pa’ brincarle ni un solecito.
Según los expertos, y sí, porque hay mae que estudia estas cositas, la situación empezó a cambiar hace un par de años. Antes, con el dólar más alto, éramos más fuertes vendiendo afuera, pero ahora... bueno, ahora pareciera que el resto del mundo tiene la ventaja. El Banco Central ha intentado mantenerlo así, pero creo que le están dando demasiada importancia al número en vez de ver cómo afecta realmente al pueblo y a las empresas.
Daniel Ortiz, de Consejeros Económicos y Financieros, me dijo que la estabilidad es gracias a que la visita de turista no ha sido la esperada y también porque los gobiernos no están recibiendo tantos billetes verdes como antes. Eso explica por qué tenemos menos “superávit”, o sea, menos dólares sobrando, pero ojo, que las zonas francas siguen echándole carrillazo y generando divisas a montón. Son como los guerreros silenciosos de la economía, siempre trabajando duro.
Lo que preocupa de verdad es que este colón fuerte está afectando a todos esos negocios que tienen que competir con productos importados. Imagínate tú querer vender artesanías hechas acá cuando un chino te ofrece lo mismo pero más barato. ¡Un dolor de cabeza! Y no solo eso, sino que también afecta a la producción nacional, especialmente a la agricultura y a la construcción, que andan buscando quién sabe qué.
El mae Ortiz me puso las cosas claras: Costa Rica es prácticamente la única nación en Latinoamérica donde la moneda se ha apreciado tanto desde 2022. Mientras otros países ven su dinero perder valor, nosotros seguimos pagando más por los mismos productos. ¡Eso no es normal, chunche!
Claro, hay ganadores y perdedores en esta movida. Los importadores, por ejemplo, se están frotando las manos. Algunos deudores en dólares también pueden estar contentos, pero a costa de que nuestros productores sufran. El gobierno, con lo poco que recauda, al menos ve mejorar un poquito la relación deuda/PIB, pero eso no llena los platos de nadie.
Ahora, el Banco Central dice que seguirá manteniendo las cosas así, con tasas de interés altas y todo ese rollo. Dicen que quieren controlar la inflación, pero yo creo que se están obsesionando con el tipo de cambio. En lugar de eso, deberían enfocarse en ayudar a los negocios locales a crecer y a competir en igualdad de condiciones. Porque, díganlo en voz alta, si no hacemos algo pronto, nos vamos a ir al traste.
En fin, la cosa está clara: tener el colón firme puede sonar bien en teoría, pero en la práctica nos está costando caro. ¿Será que el Banco Central necesita voltear a ver la realidad y buscar soluciones que realmente beneficien a toda la sociedad, o seguiremos viendo cómo nuestra economía se erosiona lentamente? ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Creen que deberíamos preocuparnos más por la competitividad o seguir priorizando la estabilidad del colón?
Según los expertos, y sí, porque hay mae que estudia estas cositas, la situación empezó a cambiar hace un par de años. Antes, con el dólar más alto, éramos más fuertes vendiendo afuera, pero ahora... bueno, ahora pareciera que el resto del mundo tiene la ventaja. El Banco Central ha intentado mantenerlo así, pero creo que le están dando demasiada importancia al número en vez de ver cómo afecta realmente al pueblo y a las empresas.
Daniel Ortiz, de Consejeros Económicos y Financieros, me dijo que la estabilidad es gracias a que la visita de turista no ha sido la esperada y también porque los gobiernos no están recibiendo tantos billetes verdes como antes. Eso explica por qué tenemos menos “superávit”, o sea, menos dólares sobrando, pero ojo, que las zonas francas siguen echándole carrillazo y generando divisas a montón. Son como los guerreros silenciosos de la economía, siempre trabajando duro.
Lo que preocupa de verdad es que este colón fuerte está afectando a todos esos negocios que tienen que competir con productos importados. Imagínate tú querer vender artesanías hechas acá cuando un chino te ofrece lo mismo pero más barato. ¡Un dolor de cabeza! Y no solo eso, sino que también afecta a la producción nacional, especialmente a la agricultura y a la construcción, que andan buscando quién sabe qué.
El mae Ortiz me puso las cosas claras: Costa Rica es prácticamente la única nación en Latinoamérica donde la moneda se ha apreciado tanto desde 2022. Mientras otros países ven su dinero perder valor, nosotros seguimos pagando más por los mismos productos. ¡Eso no es normal, chunche!
Claro, hay ganadores y perdedores en esta movida. Los importadores, por ejemplo, se están frotando las manos. Algunos deudores en dólares también pueden estar contentos, pero a costa de que nuestros productores sufran. El gobierno, con lo poco que recauda, al menos ve mejorar un poquito la relación deuda/PIB, pero eso no llena los platos de nadie.
Ahora, el Banco Central dice que seguirá manteniendo las cosas así, con tasas de interés altas y todo ese rollo. Dicen que quieren controlar la inflación, pero yo creo que se están obsesionando con el tipo de cambio. En lugar de eso, deberían enfocarse en ayudar a los negocios locales a crecer y a competir en igualdad de condiciones. Porque, díganlo en voz alta, si no hacemos algo pronto, nos vamos a ir al traste.
En fin, la cosa está clara: tener el colón firme puede sonar bien en teoría, pero en la práctica nos está costando caro. ¿Será que el Banco Central necesita voltear a ver la realidad y buscar soluciones que realmente beneficien a toda la sociedad, o seguiremos viendo cómo nuestra economía se erosiona lentamente? ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Creen que deberíamos preocuparnos más por la competitividad o seguir priorizando la estabilidad del colón?
