Bueno, esta vez deseo alertar a todos los que al igual que yo tenemos a cargo un grupo de trabajadores.
Resulta que por 3ra. vez, algunos de mis colegas y yo hemos tenido la dicha de descubrir que el lavagúevos de la cuadrilla, al que le dimos confianza ciega por su habilidad exclusiva para sapear y que ademas le asignamos funciones privilegiadas en el grupo, resultó ser el mas hijuep...
Traidor y divulgador de confidencias, resultó ser.
Al que consideramos el guarda espaldas, ojos y oídos nuestros, resultó ser alterador de facturas, ladron de herramientas y generador de despidos de algunos empleados ya que nos confiamos de las habladas del sapo para despedir a mas de uno. Cuando en realidad, eran personas que intentaron alertarnos de las "infidelidades" del lavagüevos, consentido y no toleramos que nos hablaran mal de él.
Incluso, luego nos enteramos que el sapo, inventó argumentos falsos y se los creímos y por eso despedimos a mas de uno.
Estos sapos son hábiles creadores de jugadas sucias y por la confianza que le tenemos, todas se las creemos, perjudicando injustamente a mas de uno o una.
Con su cafesito y mandaditos, nos hizo creer que era nuestro guardian en el área de trabajo.
Le pusimos una carnadita al sapo y calló.
Descubrimos que a una factura de 5000 colones se le había agregado el 1, al inicio y entonces decía 15000, en lugar de 5000. Era de una bomba, donde lo mandamos a comprar gasolina.
Luego le Le pusimos un Ipod inservible a su alcance y designamos a otro empleado para que lo vigilara
y el sapo, se cargó el aparatillo. La puerba fué un afoto del momento en que se echó al chunchillo a la media. Cuando le preguntamos al sapo, este dijo: Aquí nuca se ha perdido un chunche de esos.
Hsata ahora se da eso, yo sospecho de la gente recien contratada, por que caras vemos...
Ademas supimos que cuando iba los bares, contaba cosas que no debía contar de nosotros y sus compas.
Finalmente Pusimos a otro señor a hacer algunos comentarios, grabando la conversación con su celular en presencia de nuestro lavagüevos, (sin que sospechara) luego le pedimos al susodicho sapo, su versión de los hechos y nos dijo de todo, menos la verdad.
Ahí nos acabamos de convencer, lo ingenuos que habíamos sido, ya que por mucho tiempo le creímos todo, lo que nos decía y hacía. Nos robó: no sabemos cuanto y despedimos gente buena por confiar en el sapo.
Pero nos aprendimos la moraleja:
Si confías ciegamente en un empleado, (lavagüevos) tómate el derecho de verificar con frecuencia, si realmente tu fé en él, es adecuadamente correspondida.
Así sabras que si es fiel, podras dejartelo y cuidarlo, pero de lo contrario.... tu sabrás.
Resulta que por 3ra. vez, algunos de mis colegas y yo hemos tenido la dicha de descubrir que el lavagúevos de la cuadrilla, al que le dimos confianza ciega por su habilidad exclusiva para sapear y que ademas le asignamos funciones privilegiadas en el grupo, resultó ser el mas hijuep...
Traidor y divulgador de confidencias, resultó ser.
Al que consideramos el guarda espaldas, ojos y oídos nuestros, resultó ser alterador de facturas, ladron de herramientas y generador de despidos de algunos empleados ya que nos confiamos de las habladas del sapo para despedir a mas de uno. Cuando en realidad, eran personas que intentaron alertarnos de las "infidelidades" del lavagüevos, consentido y no toleramos que nos hablaran mal de él.
Incluso, luego nos enteramos que el sapo, inventó argumentos falsos y se los creímos y por eso despedimos a mas de uno.
Estos sapos son hábiles creadores de jugadas sucias y por la confianza que le tenemos, todas se las creemos, perjudicando injustamente a mas de uno o una.
Con su cafesito y mandaditos, nos hizo creer que era nuestro guardian en el área de trabajo.
Le pusimos una carnadita al sapo y calló.
Descubrimos que a una factura de 5000 colones se le había agregado el 1, al inicio y entonces decía 15000, en lugar de 5000. Era de una bomba, donde lo mandamos a comprar gasolina.
Luego le Le pusimos un Ipod inservible a su alcance y designamos a otro empleado para que lo vigilara
y el sapo, se cargó el aparatillo. La puerba fué un afoto del momento en que se echó al chunchillo a la media. Cuando le preguntamos al sapo, este dijo: Aquí nuca se ha perdido un chunche de esos.
Hsata ahora se da eso, yo sospecho de la gente recien contratada, por que caras vemos...
Ademas supimos que cuando iba los bares, contaba cosas que no debía contar de nosotros y sus compas.
Finalmente Pusimos a otro señor a hacer algunos comentarios, grabando la conversación con su celular en presencia de nuestro lavagüevos, (sin que sospechara) luego le pedimos al susodicho sapo, su versión de los hechos y nos dijo de todo, menos la verdad.
Ahí nos acabamos de convencer, lo ingenuos que habíamos sido, ya que por mucho tiempo le creímos todo, lo que nos decía y hacía. Nos robó: no sabemos cuanto y despedimos gente buena por confiar en el sapo.
Pero nos aprendimos la moraleja:
Si confías ciegamente en un empleado, (lavagüevos) tómate el derecho de verificar con frecuencia, si realmente tu fé en él, es adecuadamente correspondida.
Así sabras que si es fiel, podras dejartelo y cuidarlo, pero de lo contrario.... tu sabrás.