¡Ay, Dios mío! Diciembre llegó con toda y, como si fuera sorpresa, estamos viendo que se perfila otra vez como el mes más oscuro en nuestras carreteras. Ya casi cerramos el año y los números no dan pie a alegrías: con corte a noviembre, llevamos 497 muertes, y la mayoría, ¡qué carga!, ocurrieron de noche o madrugada. Parece que nos olvidamos de conducir con cabeza cuando sale el sol y la rumba llama.
Las estadísticas, que nunca son bonitas de ver, nos dicen que el 64% de estos percances fatales pasaron bajo la sombra de la noche. Esto significa que más de la mitad de las familias costaricenses este año tendrán que sentarse a una mesa navideña con un hueco doloroso donde debería estar un ser querido. Y eso, mae, no tiene arreglo. Diciembre siempre ha sido complicado, pero parece que no aprendemos la lección.
Según datos oficiales, revisando los últimos cinco años, diciembre ha sido, al menos, el segundo mes más mortífero. En tres ocasiones, directamente se coronó como el rey de las tragedias. Esto nos hace pensar: ¿por qué seguimos haciendo caso omiso a las advertencias? ¿Es que realmente no entendemos la gravedad de la situación o simplemente nos dejamos llevar por la emoción de las fiestas?
Martín Sánchez Agüero, el subdirector de la Policía de Tránsito, lo dejó claro: “Utilizar el cinturón de seguridad siempre, incluso en viajes cortos, es una obligación”. Y ojo, no solo para el conductor y el copiloto, sino para TODOS los ocupantes del vehículo. Todos, diay, desde el abuelito atrás hasta el niño pequeño. No hay excepciones, porque un golpe puede venir de cualquier lado y las consecuencias pueden ser irreparables. ¡Eso es clave!
Ahora bien, ¿qué pasa con todas esas reuniones familiares, esas escapadas a la playa y esas compras navideñas que hacemos? Pues ahí es donde entra la parte complicada. Se dispara la circulación, hay más carros en la carretera, más estrés y, lamentablemente, más imprudencia. Algunas personas creen que un par de copas no les afectan, pero ¡qué va! Un poco de alcohol ya altera los reflejos y reduce la capacidad de reacción, lo que aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un accidente.
Además, debemos prestarle atención a otro problema grave: las condiciones de algunos caminos. Hay tramos en nuestro país que están en pésimas condiciones, llenos de baches y resaltos, lo que obliga a los conductores a maniobrar bruscamente y perder el control. Las autoridades deberían priorizar la inversión en infraestructura vial, porque esto no es una vaina menor. Un camino en buen estado salva vidas.
No podemos seguir ignorando estas señales. Este año, hemos visto demasiada tristeza y dolor en nuestras carreteras. Necesitamos tomar conciencia, revisar nuestros hábitos al volante y actuar con responsabilidad. Que no nos agarre desprevenidos cuando estemos apurados por llegar a casa o a celebrar con la familia. La vida es lo primero, chunches.
¿Será que necesitamos campañas publicitarias más impactantes que nos recuerden constantemente los peligros de la vía o será que la raíz del problema está en nuestra cultura de irnos a toda velocidad y no respetar las normas de tráfico? ¿Ustedes qué opinan? Dejen sus comentarios y compartan sus ideas para hacer de nuestras carreteras un lugar más seguro para todos, porque esto de sumar muertes en diciembre, ¡ya nos alcanzó!”.
Las estadísticas, que nunca son bonitas de ver, nos dicen que el 64% de estos percances fatales pasaron bajo la sombra de la noche. Esto significa que más de la mitad de las familias costaricenses este año tendrán que sentarse a una mesa navideña con un hueco doloroso donde debería estar un ser querido. Y eso, mae, no tiene arreglo. Diciembre siempre ha sido complicado, pero parece que no aprendemos la lección.
Según datos oficiales, revisando los últimos cinco años, diciembre ha sido, al menos, el segundo mes más mortífero. En tres ocasiones, directamente se coronó como el rey de las tragedias. Esto nos hace pensar: ¿por qué seguimos haciendo caso omiso a las advertencias? ¿Es que realmente no entendemos la gravedad de la situación o simplemente nos dejamos llevar por la emoción de las fiestas?
Martín Sánchez Agüero, el subdirector de la Policía de Tránsito, lo dejó claro: “Utilizar el cinturón de seguridad siempre, incluso en viajes cortos, es una obligación”. Y ojo, no solo para el conductor y el copiloto, sino para TODOS los ocupantes del vehículo. Todos, diay, desde el abuelito atrás hasta el niño pequeño. No hay excepciones, porque un golpe puede venir de cualquier lado y las consecuencias pueden ser irreparables. ¡Eso es clave!
Ahora bien, ¿qué pasa con todas esas reuniones familiares, esas escapadas a la playa y esas compras navideñas que hacemos? Pues ahí es donde entra la parte complicada. Se dispara la circulación, hay más carros en la carretera, más estrés y, lamentablemente, más imprudencia. Algunas personas creen que un par de copas no les afectan, pero ¡qué va! Un poco de alcohol ya altera los reflejos y reduce la capacidad de reacción, lo que aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un accidente.
Además, debemos prestarle atención a otro problema grave: las condiciones de algunos caminos. Hay tramos en nuestro país que están en pésimas condiciones, llenos de baches y resaltos, lo que obliga a los conductores a maniobrar bruscamente y perder el control. Las autoridades deberían priorizar la inversión en infraestructura vial, porque esto no es una vaina menor. Un camino en buen estado salva vidas.
No podemos seguir ignorando estas señales. Este año, hemos visto demasiada tristeza y dolor en nuestras carreteras. Necesitamos tomar conciencia, revisar nuestros hábitos al volante y actuar con responsabilidad. Que no nos agarre desprevenidos cuando estemos apurados por llegar a casa o a celebrar con la familia. La vida es lo primero, chunches.
¿Será que necesitamos campañas publicitarias más impactantes que nos recuerden constantemente los peligros de la vía o será que la raíz del problema está en nuestra cultura de irnos a toda velocidad y no respetar las normas de tráfico? ¿Ustedes qué opinan? Dejen sus comentarios y compartan sus ideas para hacer de nuestras carreteras un lugar más seguro para todos, porque esto de sumar muertes en diciembre, ¡ya nos alcanzó!”.