¡Ay, mael! No se van a creer esta nota que les llegó directo desde el corazón de Costa Rica. Una barranquera nuestra, María Esther Madrigal, está haciendo olas con su emprendimiento llamado Ecobichito, y no precisamente vendiendo churros. Esta dama, con su mente creativa y su compromiso con el planeta, está cambiando la forma en que muchas mujeres abordan su periodo menstrual, ¡y todo hecho a pura vara!
Todo empezó cuando María Esther se dio cuenta del desperdicio generado por los pañales de su hijo. Ese momento de reflexión la llevó a investigar alternativas más sustentables, y así nació la idea de crear toallas menstruales de tela reutilizables. Pero la cosa no quedó solo en eso, mami. Con la ayuda de su madre, quien le enseñó a coserle por videollamadas, y con un poquito de maña, se puso manos a la obra para diseñar y confeccionar sus propios productos.
Y díganle a la verdad, ¡la necesitábamos! Porque a cuántas de nosotras nos ha pasado que esas toallas comerciales nos dejan la piel hecha puré, llenas de irritación y picazón. Pues resulta que María Esther, además de ser una emprendedora admirable, también comparte con muchas mujeres la sensibilidad que conlleva ser autista. Entonces, entendió la importancia de crear un producto que fuera suave, hipoalergénico y respetuoso con el cuerpo de cada mujer. ¡Un verdadero regalo para nuestras vulvas, eh!
Lo que más me agarró de esta historia es el nombre. Resulta que su hijo, un jovencito dentro del espectro autista, le empezaron a decir 'bichito' cariñosamente, y bueno, ¡allí quedó! Ecobichito suena tierno, cercano y súper identificable con la esencia de la marca. Además, el logo es una monada: un bichito verde representando la conexión con la naturaleza. ¡Pura magia, diay!
Pero no todo ha sido fácil para María Esther. Como cualquier emprendedora, ha tenido que lidiar con desafíos económicos, técnicos y emocionales. De hecho, confiesa que llevar adelante un negocio siendo madre y persona autista no ha sido tarea sencilla. Pero ella no se rinde, mael. Su perseverancia y su visión clara la impulsan a seguir adelante, creando empleos inclusivos para otras mamás autistas y compartiendo su conocimiento con el mundo entero.
Y aquí viene lo interesante: Ecobichito va más allá de vender toallas. Se trata de romper tabúes y abrir conversaciones sobre la menstruación. María Esther organiza charlas educativas, promueve espacios de diálogo en redes sociales y desafía los prejuicios que aún existen alrededor de este tema tan natural. ¡Esto sí que es empoderamiento femenino, con toda la letra!
¿Se acuerdan de aquella vez que nos peleamos por si era mejor usar bolsa plástica o papel higiénico? ¡Qué tiempos aquellos! Ahora tenemos opciones mucho mejores para cuidar el medio ambiente y nuestro bienestar. Las toallas de Ecobichito están hechas de poliuretano laminado con microporos, lo que permite que respiren y eviten el crecimiento de bacterias. Además, son duraderas, lavables y personalizables. ¡Ya no hay excusa para seguir usando esos productos desechables que contaminan nuestros ríos y mares!
Ahora les pregunto a ustedes, mi gente: ¿creen que iniciativas como Ecobichito son clave para construir un futuro más sostenible y equitativo para las mujeres en Costa Rica? ¿Les gustaría ver más emprendimientos que combinen conciencia ambiental, salud femenina y empoderamiento social? ¡Den su opinión en los comentarios y vamos a armar un debate interesante!
Todo empezó cuando María Esther se dio cuenta del desperdicio generado por los pañales de su hijo. Ese momento de reflexión la llevó a investigar alternativas más sustentables, y así nació la idea de crear toallas menstruales de tela reutilizables. Pero la cosa no quedó solo en eso, mami. Con la ayuda de su madre, quien le enseñó a coserle por videollamadas, y con un poquito de maña, se puso manos a la obra para diseñar y confeccionar sus propios productos.
Y díganle a la verdad, ¡la necesitábamos! Porque a cuántas de nosotras nos ha pasado que esas toallas comerciales nos dejan la piel hecha puré, llenas de irritación y picazón. Pues resulta que María Esther, además de ser una emprendedora admirable, también comparte con muchas mujeres la sensibilidad que conlleva ser autista. Entonces, entendió la importancia de crear un producto que fuera suave, hipoalergénico y respetuoso con el cuerpo de cada mujer. ¡Un verdadero regalo para nuestras vulvas, eh!
Lo que más me agarró de esta historia es el nombre. Resulta que su hijo, un jovencito dentro del espectro autista, le empezaron a decir 'bichito' cariñosamente, y bueno, ¡allí quedó! Ecobichito suena tierno, cercano y súper identificable con la esencia de la marca. Además, el logo es una monada: un bichito verde representando la conexión con la naturaleza. ¡Pura magia, diay!
Pero no todo ha sido fácil para María Esther. Como cualquier emprendedora, ha tenido que lidiar con desafíos económicos, técnicos y emocionales. De hecho, confiesa que llevar adelante un negocio siendo madre y persona autista no ha sido tarea sencilla. Pero ella no se rinde, mael. Su perseverancia y su visión clara la impulsan a seguir adelante, creando empleos inclusivos para otras mamás autistas y compartiendo su conocimiento con el mundo entero.
Y aquí viene lo interesante: Ecobichito va más allá de vender toallas. Se trata de romper tabúes y abrir conversaciones sobre la menstruación. María Esther organiza charlas educativas, promueve espacios de diálogo en redes sociales y desafía los prejuicios que aún existen alrededor de este tema tan natural. ¡Esto sí que es empoderamiento femenino, con toda la letra!
¿Se acuerdan de aquella vez que nos peleamos por si era mejor usar bolsa plástica o papel higiénico? ¡Qué tiempos aquellos! Ahora tenemos opciones mucho mejores para cuidar el medio ambiente y nuestro bienestar. Las toallas de Ecobichito están hechas de poliuretano laminado con microporos, lo que permite que respiren y eviten el crecimiento de bacterias. Además, son duraderas, lavables y personalizables. ¡Ya no hay excusa para seguir usando esos productos desechables que contaminan nuestros ríos y mares!
Ahora les pregunto a ustedes, mi gente: ¿creen que iniciativas como Ecobichito son clave para construir un futuro más sostenible y equitativo para las mujeres en Costa Rica? ¿Les gustaría ver más emprendimientos que combinen conciencia ambiental, salud femenina y empoderamiento social? ¡Den su opinión en los comentarios y vamos a armar un debate interesante!
