Maes, hablemos de esa novela que tiene Liberación Nacional montada en San Ramón. Y no es una novela de las buenas, es de esas largas y enredadas que uno ya ni sabe quién es el bueno y quién es el malo. La vara es que el PLN está a punto de jalarse una torta de proporciones épicas. Después de, agárrense, ¡más de 19 intentos fallidos!, todavía no logran hacer la bendita Asamblea Cantonal. Y mientras ellos juegan al gato y al ratón, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ya les puso el reloj en la cara: si para el 28 de setiembre no hay humo blanco en el cantón de los poetas, ¡adiós deuda política! ¡Qué despiche!
Diay, ¿y por qué tanto enredo? Como siempre en política, el brete de fondo no es el papeleo, es el pleito de poder. Por un lado, tenemos al candidato a alcalde, Álvaro Ramos, que ya salió a decir con todas las letras que lo están “traicionando”. Según él, el exalcalde y ahora regidor, Nixon Ureña, le está moviendo el piso y convenciendo a los delegados para que no lleguen. La manzana de la discordia, o al menos el rumor que sonaba, era que el secretario general del partido, Miguel Guillén, quería colarse como candidato a diputado, una vara que los delegados ramonenses simplemente no le iban a comprar. Aunque Guillén ya salió a decir que ni por asomo, el daño ya estaba hecho y la confianza... bueno, digamos que está en cuidados intensivos.
Lo más tuanis es escuchar las declaraciones oficiales en medio de este caos. Miguel Guillén, el secretario, sale a decir que en San Ramón han “avanzado con paso firme” y que no se van a prestar para “sabotajes ni chantajes”. ¡Mae, con todo respeto, pero con 19 asambleas fallidas, ese “paso firme” parece más bien una caminata en círculos sobre barro! Dice que toda la energía está en la Asamblea Nacional para elegir diputados, pero es como decir que estás decorando la sala mientras la cocina se está quemando. Es un discurso para la gradería, un intento de ponerle una curita a una herida que necesita cirugía mayor, y la gente no es tonta.
Para añadirle más leña al fuego, el PLN intentó una jugada “creativa” para saltarse el problema. En una asamblea nacional, intentaron nombrar a dedo a los miembros del comité de San Ramón. Una salida fácil, ¿verdad? Pues no. El TSE, que en estas varas no se anda con rodeos, les bateó la bola de jonrón. Les dijeron, en lenguaje legal y elegante, que dejaran de inventar y que la única forma de resolver el asunto era haciendo la asamblea como Dios manda: en San Ramón y con la gente de San Ramón. Además, les recordaron amablemente que el cronómetro sigue corriendo y que si no lo logran, se quedan sin la platica de la contribución estatal.
Al final, este enredo deja al partido más grande del país en una posición increíblemente vulnerable. Están a semanas de que arranque la campaña política y, en lugar de estar afinando su mensaje y presentando candidatos, están metidos en un pleito de pueblo que amenaza con dejarlos sin el combustible financiero para toda la campaña de 2026. Es una sal que ni ellos mismos se la creen. La pregunta del millón es si este desorden es solo un síntoma del verdadero estado de un partido que parece no encontrar su norte.
Así que, compas del foro, les tiro la bola a ustedes: ¿Creen que el PLN logrará arreglar este despiche a tiempo? ¿O es que esta torta en San Ramón es solo la punta del iceberg de una crisis más profunda y veremos cómo se les va al traste la campaña antes de que empiece?
Diay, ¿y por qué tanto enredo? Como siempre en política, el brete de fondo no es el papeleo, es el pleito de poder. Por un lado, tenemos al candidato a alcalde, Álvaro Ramos, que ya salió a decir con todas las letras que lo están “traicionando”. Según él, el exalcalde y ahora regidor, Nixon Ureña, le está moviendo el piso y convenciendo a los delegados para que no lleguen. La manzana de la discordia, o al menos el rumor que sonaba, era que el secretario general del partido, Miguel Guillén, quería colarse como candidato a diputado, una vara que los delegados ramonenses simplemente no le iban a comprar. Aunque Guillén ya salió a decir que ni por asomo, el daño ya estaba hecho y la confianza... bueno, digamos que está en cuidados intensivos.
Lo más tuanis es escuchar las declaraciones oficiales en medio de este caos. Miguel Guillén, el secretario, sale a decir que en San Ramón han “avanzado con paso firme” y que no se van a prestar para “sabotajes ni chantajes”. ¡Mae, con todo respeto, pero con 19 asambleas fallidas, ese “paso firme” parece más bien una caminata en círculos sobre barro! Dice que toda la energía está en la Asamblea Nacional para elegir diputados, pero es como decir que estás decorando la sala mientras la cocina se está quemando. Es un discurso para la gradería, un intento de ponerle una curita a una herida que necesita cirugía mayor, y la gente no es tonta.
Para añadirle más leña al fuego, el PLN intentó una jugada “creativa” para saltarse el problema. En una asamblea nacional, intentaron nombrar a dedo a los miembros del comité de San Ramón. Una salida fácil, ¿verdad? Pues no. El TSE, que en estas varas no se anda con rodeos, les bateó la bola de jonrón. Les dijeron, en lenguaje legal y elegante, que dejaran de inventar y que la única forma de resolver el asunto era haciendo la asamblea como Dios manda: en San Ramón y con la gente de San Ramón. Además, les recordaron amablemente que el cronómetro sigue corriendo y que si no lo logran, se quedan sin la platica de la contribución estatal.
Al final, este enredo deja al partido más grande del país en una posición increíblemente vulnerable. Están a semanas de que arranque la campaña política y, en lugar de estar afinando su mensaje y presentando candidatos, están metidos en un pleito de pueblo que amenaza con dejarlos sin el combustible financiero para toda la campaña de 2026. Es una sal que ni ellos mismos se la creen. La pregunta del millón es si este desorden es solo un síntoma del verdadero estado de un partido que parece no encontrar su norte.
Así que, compas del foro, les tiro la bola a ustedes: ¿Creen que el PLN logrará arreglar este despiche a tiempo? ¿O es que esta torta en San Ramón es solo la punta del iceberg de una crisis más profunda y veremos cómo se les va al traste la campaña antes de que empiece?