Mae, si hay algo más tico que un desfile del 15 de setiembre, es el despiche que se arma en redes sociales por cualquier vara que se salga un poquito del molde. Y este año, el premio se lo llevó un video que le dio la vuelta al mundo más rápido que un chisme de oficina. La escena: Alajuela, pleno desfile de la Independencia, las bastoneras dándolo todo, y de repente, un señor al lado de una de las güilas, marcando el paso y hasta tirándose unos movimientos de baile. Como era de esperarse, el tribunal de internet no tardó ni medio segundo en dictar sentencia sin siquiera haber leído el caso.
El chunche, subido a TikTok, explotó. En cuestión de horas, el señor pasó de ser un completo desconocido a ser el protagonista de una cacería de brujas digital. Los comentarios eran una torta: que quién era ese mae, que qué estaba haciendo tan cerca de la muchacha, que seguro era un acosador. La gente, con esa facilidad que da el anonimato, empezó a "funar" al tata sin tener la más mínima idea de lo que estaba pasando. Ya le estaban inventando toda una historia de terror, y más de uno, con el dedo bien afilado, pedía que lo identificaran. ¡Qué sal! Imagínese usted, ahí, todo orgulloso de su hija, y de la nada termina siendo el villano de una película que ni sabía que estaba filmando.
Pero diay, como en toda buena historia de internet, la vara dio un giro de 180 grados. No pasó mucho tiempo antes de que otros usuarios, con un poco más de calma, se dieran cuenta de la verdad. Empezaron a aparecer otras fotos y videos que dejaban clarísimo el panorama: no era ningún extraño, ¡era el papá de la bastonera! El mismo señor salió al paso y con una humildad increíble, comentó en el video: "Como padres apoyándola y muy orgullosos, y se llama Dylana nuestra hijita, y gracias y bendiciones para todos". Con esa simple frase, todo el castillo de naipes que habían montado los haters se fue al traste.
Y mae, la reacción de la gente después de saber la verdad fue ¡qué carga! De un momento a otro, la sección de comentarios pasó de ser un campo de batalla a un festival de aplausos. La misma gente que lo había criticado ahora lo felicitaba. Comentarios como "¡Así se hace, los hijos nunca se dejan solos!" o "¡Qué chiva de tata, siempre al pendiente!" inundaron la publicación. El video, que empezó como un malentendido monumental, se transformó en un símbolo del apoyo incondicional de un padre. El clip ya lleva casi 20 millones de vistas, demostrando que, a veces, las historias más tuanis nacen del caos más absoluto.
Al final, esta situación nos deja pensando. Es un reflejo perfecto de la velocidad con la que sacamos conclusiones hoy en día. Por un lado, qué nivel de papá, que sin importarle el qué dirán, estuvo ahí para su hija, dándole seguridad y ánimo. Un verdadero ejemplo. Pero por otro, nos recuerda lo fácil que es jalarse una torta monumental desde el celular. Este tata no solo estaba acompañando a su hija en el desfile, nos estaba dando una lección a todos sobre el amor familiar y, de paso, sobre la importancia de no juzgar a la primera. Ahora les pregunto a ustedes, foreros: ¿somos demasiado rápidos para sacar las antorchas en redes? ¿O es que ya uno tiene que andar con un rótulo que diga "soy el papá" para que no se arme un despiche? ¡Los leo!
El chunche, subido a TikTok, explotó. En cuestión de horas, el señor pasó de ser un completo desconocido a ser el protagonista de una cacería de brujas digital. Los comentarios eran una torta: que quién era ese mae, que qué estaba haciendo tan cerca de la muchacha, que seguro era un acosador. La gente, con esa facilidad que da el anonimato, empezó a "funar" al tata sin tener la más mínima idea de lo que estaba pasando. Ya le estaban inventando toda una historia de terror, y más de uno, con el dedo bien afilado, pedía que lo identificaran. ¡Qué sal! Imagínese usted, ahí, todo orgulloso de su hija, y de la nada termina siendo el villano de una película que ni sabía que estaba filmando.
Pero diay, como en toda buena historia de internet, la vara dio un giro de 180 grados. No pasó mucho tiempo antes de que otros usuarios, con un poco más de calma, se dieran cuenta de la verdad. Empezaron a aparecer otras fotos y videos que dejaban clarísimo el panorama: no era ningún extraño, ¡era el papá de la bastonera! El mismo señor salió al paso y con una humildad increíble, comentó en el video: "Como padres apoyándola y muy orgullosos, y se llama Dylana nuestra hijita, y gracias y bendiciones para todos". Con esa simple frase, todo el castillo de naipes que habían montado los haters se fue al traste.
Y mae, la reacción de la gente después de saber la verdad fue ¡qué carga! De un momento a otro, la sección de comentarios pasó de ser un campo de batalla a un festival de aplausos. La misma gente que lo había criticado ahora lo felicitaba. Comentarios como "¡Así se hace, los hijos nunca se dejan solos!" o "¡Qué chiva de tata, siempre al pendiente!" inundaron la publicación. El video, que empezó como un malentendido monumental, se transformó en un símbolo del apoyo incondicional de un padre. El clip ya lleva casi 20 millones de vistas, demostrando que, a veces, las historias más tuanis nacen del caos más absoluto.
Al final, esta situación nos deja pensando. Es un reflejo perfecto de la velocidad con la que sacamos conclusiones hoy en día. Por un lado, qué nivel de papá, que sin importarle el qué dirán, estuvo ahí para su hija, dándole seguridad y ánimo. Un verdadero ejemplo. Pero por otro, nos recuerda lo fácil que es jalarse una torta monumental desde el celular. Este tata no solo estaba acompañando a su hija en el desfile, nos estaba dando una lección a todos sobre el amor familiar y, de paso, sobre la importancia de no juzgar a la primera. Ahora les pregunto a ustedes, foreros: ¿somos demasiado rápidos para sacar las antorchas en redes? ¿O es que ya uno tiene que andar con un rótulo que diga "soy el papá" para que no se arme un despiche? ¡Los leo!
