¡Ay, Dios mío! Parece que el tema de las estafas electrónicas va pa’ atrás, brete. Ya van meses que el proyecto de ley que nos iba a proteger está dando vueltas en la Asamblea, comiéndose polvo en la Comisión Plena Tercera. Uno piensa, ¿hasta cuándo vamos a seguir tragándonos entero estos golpes de los ciberdelincuentes?
El expediente 23.908, que así se llama el salvavidas, busca darle dientes a la ley para que las entidades financieras sean más responsables con nuestro dinerito. Imagínate, si te caen con un timo online, que no es ningún secreto que andan con toda, ahora tienen que salir corriendo a buscarte el reembolso… bueno, al menos era la idea original. Presentado por el diputado Óscar Izquierdo del PLN, parecía que íbamos a ver luz al final del túnel.
Pero resulta que hay mociones, debates, revisiones... un quilombo tremendo. Ahora mismo, la comisión está atascada con otra ley, la de las organizaciones socioproductivas, mientras el proyecto que nos salvaría de perder nuestros ahorros sigue varado. Y ojo, que esto no es cualquier vaina; hablamos de personas perdiendo sus quincenas, sus jubilaciones, incluso el mango para alimentar a sus familias. ¡Qué sal!
Lo más preocupante es que, gracias a unas mociones presentadas por el PUSC, le quitaron la responsabilidad directa a los bancos en caso de estafas informáticas. Sí, leyeron bien. Parece que ahora la culpa es nuestra si nos timan, aunque tengamos la seguridad que diga lo que diga. Además, se mandó a freír churros otro artículo que obligaba a los bancos a devolvernos el dinero si reclamábamos a tiempo. ¿En qué planeta vivimos?
Ahora, el texto dice que los bancos solo tienen que devolver el dinero si encuentran pruebas claras de que el movimiento fue fraudulento, pero... ¿quién va a demostrar eso, mael? A veces los timadores son unos maestros disfrazándose de banco, y nosotros, los usuarios, terminamos pagando la factura. Y encima, la SUGEF, la superintendencia que debería estar cuidando nuestros intereses, tampoco va a meterle mano al asunto. Reportarán las cuentas sospechosas, pero no harán nada más.
La Asociación Bancaria Costarricense (ABC), claro, tiene su propia opinión. Dicen que necesitan un equilibrio, que no podemos ir a ciegas y que hay que tener en cuenta el ‘dolo’, es decir, que nos timemos solos, o la ‘culpa grave’, si somos descuidados con nuestras contraseñas. Pero díganme, ¿qué pasa con los delincuentes organizados que usan técnicas sofisticadas para robar información? ¿No deberían perseguirlos también, en lugar de echarle la culpa a la víctima?
Rodrigo Cubero, asesor económico de la ABC, enfatiza en las responsabilidades, Mario Gómez insiste en que la educación financiera es clave… ¡Claro que sí! Pero mientras tanto, seguimos siendo presa fácil de estos charlatanes digitales. Necesitamos leyes que nos protejan, no excusas para justificar la inacción. La verdad, el panorama pinta feo y parece que las cosas van a seguir así por un buen rato, ¡qué torta!
Con este batiburrillo de leyes, mociones y opiniones encontradas, ¿ustedes creen que realmente llegaremos a tener una ley efectiva contra las estafas electrónicas o estamos destinados a seguir siendo víctimas indefensas de los ciberdelincuentes? Compartan sus ideas y experiencias en el foro – ¡necesitamos soluciones, no más rodeos!
El expediente 23.908, que así se llama el salvavidas, busca darle dientes a la ley para que las entidades financieras sean más responsables con nuestro dinerito. Imagínate, si te caen con un timo online, que no es ningún secreto que andan con toda, ahora tienen que salir corriendo a buscarte el reembolso… bueno, al menos era la idea original. Presentado por el diputado Óscar Izquierdo del PLN, parecía que íbamos a ver luz al final del túnel.
Pero resulta que hay mociones, debates, revisiones... un quilombo tremendo. Ahora mismo, la comisión está atascada con otra ley, la de las organizaciones socioproductivas, mientras el proyecto que nos salvaría de perder nuestros ahorros sigue varado. Y ojo, que esto no es cualquier vaina; hablamos de personas perdiendo sus quincenas, sus jubilaciones, incluso el mango para alimentar a sus familias. ¡Qué sal!
Lo más preocupante es que, gracias a unas mociones presentadas por el PUSC, le quitaron la responsabilidad directa a los bancos en caso de estafas informáticas. Sí, leyeron bien. Parece que ahora la culpa es nuestra si nos timan, aunque tengamos la seguridad que diga lo que diga. Además, se mandó a freír churros otro artículo que obligaba a los bancos a devolvernos el dinero si reclamábamos a tiempo. ¿En qué planeta vivimos?
Ahora, el texto dice que los bancos solo tienen que devolver el dinero si encuentran pruebas claras de que el movimiento fue fraudulento, pero... ¿quién va a demostrar eso, mael? A veces los timadores son unos maestros disfrazándose de banco, y nosotros, los usuarios, terminamos pagando la factura. Y encima, la SUGEF, la superintendencia que debería estar cuidando nuestros intereses, tampoco va a meterle mano al asunto. Reportarán las cuentas sospechosas, pero no harán nada más.
La Asociación Bancaria Costarricense (ABC), claro, tiene su propia opinión. Dicen que necesitan un equilibrio, que no podemos ir a ciegas y que hay que tener en cuenta el ‘dolo’, es decir, que nos timemos solos, o la ‘culpa grave’, si somos descuidados con nuestras contraseñas. Pero díganme, ¿qué pasa con los delincuentes organizados que usan técnicas sofisticadas para robar información? ¿No deberían perseguirlos también, en lugar de echarle la culpa a la víctima?
Rodrigo Cubero, asesor económico de la ABC, enfatiza en las responsabilidades, Mario Gómez insiste en que la educación financiera es clave… ¡Claro que sí! Pero mientras tanto, seguimos siendo presa fácil de estos charlatanes digitales. Necesitamos leyes que nos protejan, no excusas para justificar la inacción. La verdad, el panorama pinta feo y parece que las cosas van a seguir así por un buen rato, ¡qué torta!
Con este batiburrillo de leyes, mociones y opiniones encontradas, ¿ustedes creen que realmente llegaremos a tener una ley efectiva contra las estafas electrónicas o estamos destinados a seguir siendo víctimas indefensas de los ciberdelincuentes? Compartan sus ideas y experiencias en el foro – ¡necesitamos soluciones, no más rodeos!