Ay, mi gente, parece que la carrera electoral se puso color de hormiga. Laura Fernández, la candidata de Pueblo Soberano, salió con macana respondiendo a Bukele y prometiendo un paquetazo de medidas de seguridad que harían temblar hasta al gato callejero más tranquilo. El tipo salvadoreño le soltó unos halagos y ella, rápido, agarró la oportunidad para decirnos que va a seguir la receta de “mano dura” del gobierno de Chaves. Parece que quieren vendernos la moto de que somos el próximo paraíso de la inseguridad si no les damos la razón.
Fernández, diay, no anduvo con rodeos. Enumeró los logros de Chaves – escáneres en los puertos, tecnología pa’ la policía y, ahora sí, la extradición de narcos – como si fueran el Santo Grial de la seguridad nacional. Claro que olvida mencionar las criticas feroces que ha recibido este modelo, porque nadie quiere admitir que tal vez, sólo tal vez, hay otras formas de combatir el delito que no involucren convertir al país en una fortaleza. Pero bueno, ellos van por eso, al parecer.
Pero la cosa no se queda ahí, chunches. Fernández también metió en el ajo al Poder Judicial y al Código Penal, pidiendo reformas “urgentes” para acabar con la “impunidad”. Ya saben, esas cosas que siempre salen bien cuando se habla en tecnicismos legales. Lo que preocupa es que esos cambios podrían abrir la puerta a atropellos y violaciones a derechos humanos, ¿eh? Porque a veces, pa' arreglar una vaina, uno la rompe peor.
Vamos a ponerle pausa a esta locura por un momento. ¿Recuerdan todas esas promesas de ‘seguridad’ que nos han hecho antes? Escáneres, más policías, cárceles nuevas... ¿Y dónde estamos parados? Siguen los robos, siguen los asaltos, sigue la preocupación en la cara de la gente. Parece que la solución mágica todavía no existe, brete.
Ahora, la jugada maestra de Fernández es pedirnos una mayoría en la Asamblea. O sea, que nos compren el voto con la promesa de seguridad. ¡Qué nivel! Como si una bancada legislativa estuviera hecha de varitas mágicas capaces de resolver problemas complejos. La verdad, uno ya está cansado de tanta manipulación y populismo político. Unos políticos prometiendo el cielo y luego entregándonos la tierra quemada.
¿Y qué pasa con las causas de fondo, mae? Nadie habla de educación, de oportunidades laborales, de reducir la desigualdad social… Cosas que realmente pueden ayudar a disminuir la criminalidad a largo plazo. No, mucho mejor construir una mega cárcel y comprar escáneres nuevos. Así nos sentimos tranquilos, ¿verdad? Con el país lleno de rejas y aparatos electrónicos. Qué carga!
Si me preguntan, este discurso de “mano dura” suena a parche, a una solución rápida que no ataca el problema de raíz. Además, Bukele tiene sus propios demonios y su modelo no es precisamente ejemplo de democracia y respeto a los derechos humanos. ¿Queremos importar ese estilo a Costa Rica, mi gente? Realmente cuesta entender cómo algunos ven esto como la panacea.
En fin, el panorama está servido. Fernández apuesta por la polarización y el miedo, mientras Claudia Dobles busca un camino más conciliador. La pelota está en nuestro cancha. ¿Estamos dispuestos a entregarle al país un cheque en blanco en temas de seguridad, o prefiramos buscar soluciones más inteligentes y sostenibles? ¿Ustedes creen que la obsesión con la 'mano dura' realmente nos hará más seguros, o sólo nos llevará a crear una sociedad más autoritaria y desigual? Déjenme sus opiniones en los comentarios, diay, necesito saber qué piensa la masa sobre este tema tan apremiante.
Fernández, diay, no anduvo con rodeos. Enumeró los logros de Chaves – escáneres en los puertos, tecnología pa’ la policía y, ahora sí, la extradición de narcos – como si fueran el Santo Grial de la seguridad nacional. Claro que olvida mencionar las criticas feroces que ha recibido este modelo, porque nadie quiere admitir que tal vez, sólo tal vez, hay otras formas de combatir el delito que no involucren convertir al país en una fortaleza. Pero bueno, ellos van por eso, al parecer.
Pero la cosa no se queda ahí, chunches. Fernández también metió en el ajo al Poder Judicial y al Código Penal, pidiendo reformas “urgentes” para acabar con la “impunidad”. Ya saben, esas cosas que siempre salen bien cuando se habla en tecnicismos legales. Lo que preocupa es que esos cambios podrían abrir la puerta a atropellos y violaciones a derechos humanos, ¿eh? Porque a veces, pa' arreglar una vaina, uno la rompe peor.
Vamos a ponerle pausa a esta locura por un momento. ¿Recuerdan todas esas promesas de ‘seguridad’ que nos han hecho antes? Escáneres, más policías, cárceles nuevas... ¿Y dónde estamos parados? Siguen los robos, siguen los asaltos, sigue la preocupación en la cara de la gente. Parece que la solución mágica todavía no existe, brete.
Ahora, la jugada maestra de Fernández es pedirnos una mayoría en la Asamblea. O sea, que nos compren el voto con la promesa de seguridad. ¡Qué nivel! Como si una bancada legislativa estuviera hecha de varitas mágicas capaces de resolver problemas complejos. La verdad, uno ya está cansado de tanta manipulación y populismo político. Unos políticos prometiendo el cielo y luego entregándonos la tierra quemada.
¿Y qué pasa con las causas de fondo, mae? Nadie habla de educación, de oportunidades laborales, de reducir la desigualdad social… Cosas que realmente pueden ayudar a disminuir la criminalidad a largo plazo. No, mucho mejor construir una mega cárcel y comprar escáneres nuevos. Así nos sentimos tranquilos, ¿verdad? Con el país lleno de rejas y aparatos electrónicos. Qué carga!
Si me preguntan, este discurso de “mano dura” suena a parche, a una solución rápida que no ataca el problema de raíz. Además, Bukele tiene sus propios demonios y su modelo no es precisamente ejemplo de democracia y respeto a los derechos humanos. ¿Queremos importar ese estilo a Costa Rica, mi gente? Realmente cuesta entender cómo algunos ven esto como la panacea.
En fin, el panorama está servido. Fernández apuesta por la polarización y el miedo, mientras Claudia Dobles busca un camino más conciliador. La pelota está en nuestro cancha. ¿Estamos dispuestos a entregarle al país un cheque en blanco en temas de seguridad, o prefiramos buscar soluciones más inteligentes y sostenibles? ¿Ustedes creen que la obsesión con la 'mano dura' realmente nos hará más seguros, o sólo nos llevará a crear una sociedad más autoritaria y desigual? Déjenme sus opiniones en los comentarios, diay, necesito saber qué piensa la masa sobre este tema tan apremiante.