¡Ay, Dios mío! Pues sí, amigos y amigas, llegó la bomba. Parece que el asunto de las frecuencias de radio y televisión va a cambiar drásticamente. La Sutel, con toda su maquinaria, anunció que van a subastar esas preciadas licencias. Esto significa que ya no será tan fácil para las estaciones mantener las tarifas ridículas que pagaban hasta ahora, según nos cuenta Paula Bogantes, la ministra de Ciencia y Tecnología. ¡Un cambio rotundo!
Durante años, hemos visto cómo las radios pagaban unos seis colones por banda FM – ¡seis colones, por ley! – y las televisoras, apenas ciento veinte mil colones al año. Imaginen la bronca que eso le daba al erario nacional. Era prácticamente regalarle el espacio en el espectro radioeléctrico a los medios. Claramente, los tiempos cambian y ahora el gobierno quiere meterle mano para sacar jugo a esos recursos, buscando llenar las arcas públicas, diay.
La Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL), en su sabiduría, publicó los pliegos de condiciones para este primer gran concurso público. Se trata de una movida bastante ambiciosa, porque incluye frecuencias de AM, FM y televisión, abarcando desde 525 kHz hasta 608 MHz. ¡Todo estará en juego! Tenemos que estar pendientes de qué pasa con nuestros programas favoritos y si la onda sigue siendo la misma o si veremos cambios radicales.
Federico Chacón Loaiza, el jefe de la Sutel, explica que todo este proceso se diseñó pensando en “rigurosidad técnica” y en cumplir con los objetivos del Poder Ejecutivo. Dice que buscaron hacerlo simple y directo para que muchos puedan participar y que haya cobertura para todos los televidentes y radioescuchas del país. Esperemos que así sea, porque no queremos que algunas zonas queden olvidadas en medio de esta subasta de oro.
Para darle más sabor a la cosa, la Sutel incluso reveló los precios base para cada tipo de frecuencia. Por ejemplo, una Radio FM de 200 kHz en Chorotega podría costar alrededor de 24 mil dólares, mientras que una licencia de alcance nacional estaría por los 193 mil. En el caso de la televisión, las cosas se ponen aún más caras, con precios base que superan el millón de dólares para licencias nacionales. ¡Imagínense el brete que les espera a algunos medios!
Lo interesante es que la Sutel planea combinar ofertas cerradas con una fase de pujas adicionales. Esto, dicen ellos, es para incentivar la competencia y asegurarse de que el Estado sacará el máximo provecho económico de esta subasta. Es como ir al mercado, pero en lugar de comprar papayas, estás comprando frecuencias para transmitir. Una verdadera pelea a ver quién se queda con la mejor posición en el aire, chunches.
Ahora, hablando en plata, esto podría significar varios cambios para nosotros, los oyentes y telespectadores. Las emisoras podrían verse obligadas a ajustar sus presupuestos, lo que podría afectar la calidad de sus programas o incluso llevar a algunas a desaparecer. También podríamos ver nuevos actores entrando al escenario mediático, trayendo consigo nuevas ideas y formatos. Además, quizás las tarifas de publicidad aumenten, lo que inevitablemente repercutirá en nuestras bolsas. ¡Qué vara!, pero también puede ser una oportunidad para tener opciones más variadas y de calidad.
Así que ahí lo tienen, amigos. Un panorama completo sobre esta subasta de frecuencias que promete mover el sillón en el mundo de la radio y la televisión en Costa Rica. Con tantas variables en juego, me pregunto… ¿Será que esta subasta realmente beneficiará a los ciudadanos o simplemente engordará las cuentas del Estado, dejando atrás a las pequeñas emisoras locales?
Durante años, hemos visto cómo las radios pagaban unos seis colones por banda FM – ¡seis colones, por ley! – y las televisoras, apenas ciento veinte mil colones al año. Imaginen la bronca que eso le daba al erario nacional. Era prácticamente regalarle el espacio en el espectro radioeléctrico a los medios. Claramente, los tiempos cambian y ahora el gobierno quiere meterle mano para sacar jugo a esos recursos, buscando llenar las arcas públicas, diay.
La Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL), en su sabiduría, publicó los pliegos de condiciones para este primer gran concurso público. Se trata de una movida bastante ambiciosa, porque incluye frecuencias de AM, FM y televisión, abarcando desde 525 kHz hasta 608 MHz. ¡Todo estará en juego! Tenemos que estar pendientes de qué pasa con nuestros programas favoritos y si la onda sigue siendo la misma o si veremos cambios radicales.
Federico Chacón Loaiza, el jefe de la Sutel, explica que todo este proceso se diseñó pensando en “rigurosidad técnica” y en cumplir con los objetivos del Poder Ejecutivo. Dice que buscaron hacerlo simple y directo para que muchos puedan participar y que haya cobertura para todos los televidentes y radioescuchas del país. Esperemos que así sea, porque no queremos que algunas zonas queden olvidadas en medio de esta subasta de oro.
Para darle más sabor a la cosa, la Sutel incluso reveló los precios base para cada tipo de frecuencia. Por ejemplo, una Radio FM de 200 kHz en Chorotega podría costar alrededor de 24 mil dólares, mientras que una licencia de alcance nacional estaría por los 193 mil. En el caso de la televisión, las cosas se ponen aún más caras, con precios base que superan el millón de dólares para licencias nacionales. ¡Imagínense el brete que les espera a algunos medios!
Lo interesante es que la Sutel planea combinar ofertas cerradas con una fase de pujas adicionales. Esto, dicen ellos, es para incentivar la competencia y asegurarse de que el Estado sacará el máximo provecho económico de esta subasta. Es como ir al mercado, pero en lugar de comprar papayas, estás comprando frecuencias para transmitir. Una verdadera pelea a ver quién se queda con la mejor posición en el aire, chunches.
Ahora, hablando en plata, esto podría significar varios cambios para nosotros, los oyentes y telespectadores. Las emisoras podrían verse obligadas a ajustar sus presupuestos, lo que podría afectar la calidad de sus programas o incluso llevar a algunas a desaparecer. También podríamos ver nuevos actores entrando al escenario mediático, trayendo consigo nuevas ideas y formatos. Además, quizás las tarifas de publicidad aumenten, lo que inevitablemente repercutirá en nuestras bolsas. ¡Qué vara!, pero también puede ser una oportunidad para tener opciones más variadas y de calidad.
Así que ahí lo tienen, amigos. Un panorama completo sobre esta subasta de frecuencias que promete mover el sillón en el mundo de la radio y la televisión en Costa Rica. Con tantas variables en juego, me pregunto… ¿Será que esta subasta realmente beneficiará a los ciudadanos o simplemente engordará las cuentas del Estado, dejando atrás a las pequeñas emisoras locales?
