Tú no decías nada. Sonreías.
Pensando en una cita, un amor nuevo
que esperaba aquella misma tarde.
Y en mitad del silencio alguna frase,
metralla de antiguos bombardeos.
Yo te llevé a tu casa. Nos rozamos
las caras sabiendo que ya nada
justificaría nuevas llamadas,
que nuestro corazón perdió esa tarde
interés para médicos y amantes.
Pensando en una cita, un amor nuevo
que esperaba aquella misma tarde.
Y en mitad del silencio alguna frase,
metralla de antiguos bombardeos.
Yo te llevé a tu casa. Nos rozamos
las caras sabiendo que ya nada
justificaría nuevas llamadas,
que nuestro corazón perdió esa tarde
interés para médicos y amantes.