¡Ay, Dios mío! Qué macana lo que pasó en el centro de San José, ¿eh? Cinco personas perdieron la vida en un incendio en una cuartería ubicada prácticamente a la sombra del Mercado Borbón. Esto nos deja a todos pensando qué tan bien estamos realmente cuidando la seguridad en estos lugares, porque parece que no era la primera vez que ese brete daba problemas.
Según la info que cayó ayer, el edificio, que tiene tres pisos y mezcla locales comerciales con un hotelito en los niveles superiores, tenía todos sus papeles en regla con la Municipalidad de San José. Marcelo Solano, de la Policía Municipal, confirmó que el lugar contaba con licencia comercial, permiso sanitario y demás requisitos desde 2016. Lo que nadie esperaba es que, a pesar de tener todo ‘a cajón’, terminara en una tragedia como esta. Uno se queda preguntándose si ahí hubo algo más detrás.
Pero la cosa se pone más turbia si recordamos que en 2020, durante la época de la pandemia, la Policía Municipal hizo un censo de cuarterías y ese edificio ni aparecía. Luego, en el 2022, actualizaron ese inventario y otra vez, ¡sorpresa!, faltaba en la lista. Entonces, ¿cómo es posible que un negocio que aparentemente cumplía con todo seguía volando bajo el radar de las autoridades? Esto huele a despiste… o algo peor, ¿no?
Los bomberos trabajaron arduamente durante horas para controlar las llamas. Al parecer, la salida de emergencia del tercer piso estaba bloqueada con alambre, lo cual complicó enormemente la evacuación. Encontraron los cuerpos en los pasillos secundarios, en medio de un panorama espeluznante, entre veinte habitaciones, dos baños y una lavandería. Una pareja de adultos mayores, un hombre, una mujer y otro fallecido que todavía no identificaron, lamentablemente ya no están con nosotros.
Las autoridades ya se pusieron a disposición del Ministerio Público e investigarán a fondo lo sucedido. La Fuerza Pública colaboró con el cierre de calles para permitir el trabajo de los bomberos y evitar el famoso 'mirón', que siempre se forma en estos casos. Pero vaya que este incendio dejó una herida muy profunda en la comunidad. Las familias afectadas necesitan nuestro apoyo y comprensión en estos momentos tan difíciles.
Lo que más preocupa es que esto podría ser la punta del iceberg. Tenemos muchísimas cuarterías precarias en el centro de San José y en otras zonas del país. Se necesita una revisión exhaustiva de los permisos y condiciones de seguridad de estos establecimientos. No podemos seguir esperando a que ocurran tragedias para tomar cartas en el asunto. Hay que ponerle leña al fuego… bueno, no literalmente, ¡obvio! Sino exigir mayor control y supervisión.
Muchos se preguntan si la regulación existente es suficiente o si es necesario endurecer las medidas para garantizar la seguridad de los huéspedes y residentes. Además, surge la interrogante de cómo pudo pasar esto a pesar de contar con los permisos correspondientes. ¿Hubo alguna falla en los procesos de inspección? ¿Alguien cerró los ojos ante las deficiencias evidentes? Estas son preguntas que deben quedar claras a través de una investigación transparente y completa. El pueblo necesita saber qué salió mal y quién es el responsable.
Esto nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la seguridad vial y urbana. ¿Consideran que las regulaciones actuales son suficientes para prevenir incendios en edificios comerciales y residenciales? ¿Deberíamos exigir inspecciones más frecuentes y sanciones más severas para quienes incumplan las normas? Compartan sus opiniones y sugerencias en el foro. ¡Hagamos que esta tragedia sirva para mejorar la seguridad de todos!
Según la info que cayó ayer, el edificio, que tiene tres pisos y mezcla locales comerciales con un hotelito en los niveles superiores, tenía todos sus papeles en regla con la Municipalidad de San José. Marcelo Solano, de la Policía Municipal, confirmó que el lugar contaba con licencia comercial, permiso sanitario y demás requisitos desde 2016. Lo que nadie esperaba es que, a pesar de tener todo ‘a cajón’, terminara en una tragedia como esta. Uno se queda preguntándose si ahí hubo algo más detrás.
Pero la cosa se pone más turbia si recordamos que en 2020, durante la época de la pandemia, la Policía Municipal hizo un censo de cuarterías y ese edificio ni aparecía. Luego, en el 2022, actualizaron ese inventario y otra vez, ¡sorpresa!, faltaba en la lista. Entonces, ¿cómo es posible que un negocio que aparentemente cumplía con todo seguía volando bajo el radar de las autoridades? Esto huele a despiste… o algo peor, ¿no?
Los bomberos trabajaron arduamente durante horas para controlar las llamas. Al parecer, la salida de emergencia del tercer piso estaba bloqueada con alambre, lo cual complicó enormemente la evacuación. Encontraron los cuerpos en los pasillos secundarios, en medio de un panorama espeluznante, entre veinte habitaciones, dos baños y una lavandería. Una pareja de adultos mayores, un hombre, una mujer y otro fallecido que todavía no identificaron, lamentablemente ya no están con nosotros.
Las autoridades ya se pusieron a disposición del Ministerio Público e investigarán a fondo lo sucedido. La Fuerza Pública colaboró con el cierre de calles para permitir el trabajo de los bomberos y evitar el famoso 'mirón', que siempre se forma en estos casos. Pero vaya que este incendio dejó una herida muy profunda en la comunidad. Las familias afectadas necesitan nuestro apoyo y comprensión en estos momentos tan difíciles.
Lo que más preocupa es que esto podría ser la punta del iceberg. Tenemos muchísimas cuarterías precarias en el centro de San José y en otras zonas del país. Se necesita una revisión exhaustiva de los permisos y condiciones de seguridad de estos establecimientos. No podemos seguir esperando a que ocurran tragedias para tomar cartas en el asunto. Hay que ponerle leña al fuego… bueno, no literalmente, ¡obvio! Sino exigir mayor control y supervisión.
Muchos se preguntan si la regulación existente es suficiente o si es necesario endurecer las medidas para garantizar la seguridad de los huéspedes y residentes. Además, surge la interrogante de cómo pudo pasar esto a pesar de contar con los permisos correspondientes. ¿Hubo alguna falla en los procesos de inspección? ¿Alguien cerró los ojos ante las deficiencias evidentes? Estas son preguntas que deben quedar claras a través de una investigación transparente y completa. El pueblo necesita saber qué salió mal y quién es el responsable.
Esto nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la seguridad vial y urbana. ¿Consideran que las regulaciones actuales son suficientes para prevenir incendios en edificios comerciales y residenciales? ¿Deberíamos exigir inspecciones más frecuentes y sanciones más severas para quienes incumplan las normas? Compartan sus opiniones y sugerencias en el foro. ¡Hagamos que esta tragedia sirva para mejorar la seguridad de todos!
