Ay, pata, qué lío nos cayó con este tema de las jornadas 4-3. Parece que la cosa está más complicada que encontrar parqueao' en Escazú un viernes por la tarde. El jefe de bancada del PUSC, don Alejandro Pacheco, anda correteando tratando de convencer a todos de que le den una oportunidad a su moción para mandar el proyecto a una comisión especial. ¡Pero vaya que tiene cuesta arriba!
Como bien saben, el proyecto lleva dando vueltas como trompo en carreta desde julio pasado. Ya pasó por todo, le dieron vía rápida, le pusieron pausa, fueron a consulta… y ahora parece que el PLN está echándole agua fría a la idea de acelerarle el paso. Don Pacheco cree que con una comisión especial se le podría dar un 'trámite ultra rápido', pero parece que la gente no le está comprando mucho la rolleta.
El diputado Óscar Izquierdo, el jefe de los verdiblancos, ha sido claro: no están convencidos. Dice que necesitan 'conversar' y 'definir una ruta'. ¡Conversar! Como si fuera fácil esto, diay. Más parece que andan buscando excusas para echarse pa’ atrás, y ahí les va, ‘no hay certeza de que lo mejor sea darle una vía súper rápida’. Qué torpeza, pues, haber apoyado la vía rápida inicialmente si ahora eso les da urticaria.
Lo que más me molesta a mí, y seguramente a muchos de ustedes, es que parece que no quieren tocar el tema de la votación de los trabajadores. Recordarán que hace poco aprobaron una moción en la que se decía que los trabajadores debían poder decidir si las empresas acogían las jornadas de 12 horas. Pero resulta que esa moción no está incluida en la nueva versión que propone el PUSC. ¿Para qué tanto alboroto entonces, mae?
La diputada Daniela Rojas, del PUSC, intentó restarle importancia diciendo que el PLN podía volver a presentarla como moción. Pero eso suena a echar balones fuera, ¿no creen? Es como prometer un plato de gallina pindimuni y luego servir arroz con pollo. Nos están tomando el pelo, diay. Algunos diputados, como Joaquín Hernández y compañía, dijeron que estaban a favor de sacarlo del Plenario, pero Izquierdo insiste en que la bancada tiene 'reservas'. Reservas, reservitas… ¡pa’ qué tanto rodeos!
Y ahí está el problema, precisamente. Este asunto tiene más giros que carretera de montaña. Pareciera que cada partido tiene sus propias agendas y no están pensando en lo que realmente necesita la clase trabajadora. Hablan de productividad, de competitividad, pero olvidan que detrás de cada estadística hay personas con familias, con sueños, con necesidades. Ojalá que alguien se acuerde de eso, aunque sea un poquito.
Ahora, el lunes 6 de octubre, se reanuda el trámite en el Plenario. Vuelven las sesiones extraordinarias, van a estar votando las enmiendas... sin discusión, ¡qué carga! Eso significa que no habrá debate, ni intercambio de ideas, solo votaciones rápidas y decisiones apresuradas. Un brete, la verdad, y parece que los diputados prefieren así, pa’ evitar tener que escuchar las opiniones de la gente. Pa' colmo dicen que los cambios son 'principalmente de forma, más que de fondo.' ¡Formalidades, pura formalidad!
En fin, la cosa está complicada, pero todavía hay tiempo para que esto cambie. ¿Ustedes qué piensan? ¿Debería el PLN apoyar la moción del PUSC para mandar las jornadas 4-3 a una comisión especial, incluso si eso significa dejar de lado la posibilidad de que los trabajadores tengan voz y voto en la decisión? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios – ¡no sean tímidos!
Como bien saben, el proyecto lleva dando vueltas como trompo en carreta desde julio pasado. Ya pasó por todo, le dieron vía rápida, le pusieron pausa, fueron a consulta… y ahora parece que el PLN está echándole agua fría a la idea de acelerarle el paso. Don Pacheco cree que con una comisión especial se le podría dar un 'trámite ultra rápido', pero parece que la gente no le está comprando mucho la rolleta.
El diputado Óscar Izquierdo, el jefe de los verdiblancos, ha sido claro: no están convencidos. Dice que necesitan 'conversar' y 'definir una ruta'. ¡Conversar! Como si fuera fácil esto, diay. Más parece que andan buscando excusas para echarse pa’ atrás, y ahí les va, ‘no hay certeza de que lo mejor sea darle una vía súper rápida’. Qué torpeza, pues, haber apoyado la vía rápida inicialmente si ahora eso les da urticaria.
Lo que más me molesta a mí, y seguramente a muchos de ustedes, es que parece que no quieren tocar el tema de la votación de los trabajadores. Recordarán que hace poco aprobaron una moción en la que se decía que los trabajadores debían poder decidir si las empresas acogían las jornadas de 12 horas. Pero resulta que esa moción no está incluida en la nueva versión que propone el PUSC. ¿Para qué tanto alboroto entonces, mae?
La diputada Daniela Rojas, del PUSC, intentó restarle importancia diciendo que el PLN podía volver a presentarla como moción. Pero eso suena a echar balones fuera, ¿no creen? Es como prometer un plato de gallina pindimuni y luego servir arroz con pollo. Nos están tomando el pelo, diay. Algunos diputados, como Joaquín Hernández y compañía, dijeron que estaban a favor de sacarlo del Plenario, pero Izquierdo insiste en que la bancada tiene 'reservas'. Reservas, reservitas… ¡pa’ qué tanto rodeos!
Y ahí está el problema, precisamente. Este asunto tiene más giros que carretera de montaña. Pareciera que cada partido tiene sus propias agendas y no están pensando en lo que realmente necesita la clase trabajadora. Hablan de productividad, de competitividad, pero olvidan que detrás de cada estadística hay personas con familias, con sueños, con necesidades. Ojalá que alguien se acuerde de eso, aunque sea un poquito.
Ahora, el lunes 6 de octubre, se reanuda el trámite en el Plenario. Vuelven las sesiones extraordinarias, van a estar votando las enmiendas... sin discusión, ¡qué carga! Eso significa que no habrá debate, ni intercambio de ideas, solo votaciones rápidas y decisiones apresuradas. Un brete, la verdad, y parece que los diputados prefieren así, pa’ evitar tener que escuchar las opiniones de la gente. Pa' colmo dicen que los cambios son 'principalmente de forma, más que de fondo.' ¡Formalidades, pura formalidad!
En fin, la cosa está complicada, pero todavía hay tiempo para que esto cambie. ¿Ustedes qué piensan? ¿Debería el PLN apoyar la moción del PUSC para mandar las jornadas 4-3 a una comisión especial, incluso si eso significa dejar de lado la posibilidad de que los trabajadores tengan voz y voto en la decisión? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios – ¡no sean tímidos!