¡Ay, Dios mío! La licenciada Laura Fernández, con toda su picardía, sigue dando de qué hablar. Después de tanto reclamo de los otros candidatos, la señora finalmente salió a responder, pero a su manera, ¿eh? Con un discurso que más bien parecía una excusa elegante para seguir evitando los debates. Uno diría que prefiere estar en cualquier otro lado que enfrentándose a preguntas incómodas, ¡qué pena!
Como recordaremos, varios aspirantes a la presidencia han levantado la ceja ante la ausencia de Fernández en foros y encuentros ciudadanos. Dicen que se anda colando por ahí, atendiéndose a grupitos selectos, pero evita los escenarios abiertos donde podría tener que rendir cuentas frente a la boleta. Un buen ejemplo de esto ocurrió hace poco, cuando se reunió con la Federación de Cámaras de Ganaderos en Guanacaste, un brete importante para el sector, sí señor.
Y ahí fue cuando soltó la joyita: “¿Usted qué cree que es más importante y más estratégico para mí, como futura presidenta de Costa Rica: ir a esa reunión (...) o estar metida en un forito que ven 15, 20 personas?”. ¡Uy, qué razonamiento! Parece que considera que unos pocos asistentes valen más que la oportunidad de dialogar con miles de potenciales votantes. Uno se pregunta si está midiendo el impacto real de sus acciones o si se aferra a una estrategia de marketing que suena más a elitismo que a compromiso con la gente.
Para aclarar, la candidata dejó entrever que sí asistirá a los debates nacionales, pero siempre y cuando su apretada agenda se lo permita. Una aclaración que suena a excusa y deja abierta la puerta a futuras ausencias. A estas alturas, uno se pregunta si la señora está pensando en hacer campaña desde un rincón escondido, lejos de la mirada pública. ¡Por Diay!, así no se puede llevar un proyecto político adelante, má’e uno que pretende representar a Pueblo Soberano.
Mientras tanto, Fernández continúa recorriendo comunidades alejadas, argumentando que estas visitas son prioritarias para su trabajo con el pueblo. Hemos visto fotos en redes sociales de la candidata estrechándole la mano a campesinos en Corredores, conversando con vecinos en Río Cuarto y hasta bailando con pura candela en Buenos Aires de Puntarenas. No hay duda de que se esfuerza por mostrar cercanía, pero algunos críticos aseguran que estas apariciones son más teatrales que genuinas.
Las acusaciones no se hicieron esperar. Liberación, por ejemplo, denunció que la Plaza de la Democracia ha sido convertida en una “tarima proselitista” del Partido Pueblo Soberano, sugiriendo que la candidata está utilizando espacios públicos para promocionar su imagen sin respetar la neutralidad necesaria durante la campaña electoral. ¡Qué carga! Esto demuestra que la tensión política está a flor de piel y que cada movimiento de la señora es analizado con lupa.
En medio de este panorama, las declaraciones de Antonio Ortega, quien vaticina que Rodrigo Chaves “saldrá huyendo del país después del 8 de mayo”, añaden una dosis extra de dramatismo a la contienda. La candidatura de Fernández se presenta como una alternativa, pero su estrategia de evasión y sus discursos ambiguos generan más dudas que certezas. No obstante, la señora parece imperturbable, confiada en que el tiempo juega a su favor. Como dice ella, "ya llegará el momento"… pero ¿hasta cuándo podemos seguir esperando?
Con todo este jaleo, me pregunto: ¿Cree usted que la estrategia de Laura Fernández de priorizar reuniones cerradas sobre debates abiertos es efectiva para conectar con la ciudadanía o simplemente es una forma de evadir el escrutinio público? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa el foro!
Como recordaremos, varios aspirantes a la presidencia han levantado la ceja ante la ausencia de Fernández en foros y encuentros ciudadanos. Dicen que se anda colando por ahí, atendiéndose a grupitos selectos, pero evita los escenarios abiertos donde podría tener que rendir cuentas frente a la boleta. Un buen ejemplo de esto ocurrió hace poco, cuando se reunió con la Federación de Cámaras de Ganaderos en Guanacaste, un brete importante para el sector, sí señor.
Y ahí fue cuando soltó la joyita: “¿Usted qué cree que es más importante y más estratégico para mí, como futura presidenta de Costa Rica: ir a esa reunión (...) o estar metida en un forito que ven 15, 20 personas?”. ¡Uy, qué razonamiento! Parece que considera que unos pocos asistentes valen más que la oportunidad de dialogar con miles de potenciales votantes. Uno se pregunta si está midiendo el impacto real de sus acciones o si se aferra a una estrategia de marketing que suena más a elitismo que a compromiso con la gente.
Para aclarar, la candidata dejó entrever que sí asistirá a los debates nacionales, pero siempre y cuando su apretada agenda se lo permita. Una aclaración que suena a excusa y deja abierta la puerta a futuras ausencias. A estas alturas, uno se pregunta si la señora está pensando en hacer campaña desde un rincón escondido, lejos de la mirada pública. ¡Por Diay!, así no se puede llevar un proyecto político adelante, má’e uno que pretende representar a Pueblo Soberano.
Mientras tanto, Fernández continúa recorriendo comunidades alejadas, argumentando que estas visitas son prioritarias para su trabajo con el pueblo. Hemos visto fotos en redes sociales de la candidata estrechándole la mano a campesinos en Corredores, conversando con vecinos en Río Cuarto y hasta bailando con pura candela en Buenos Aires de Puntarenas. No hay duda de que se esfuerza por mostrar cercanía, pero algunos críticos aseguran que estas apariciones son más teatrales que genuinas.
Las acusaciones no se hicieron esperar. Liberación, por ejemplo, denunció que la Plaza de la Democracia ha sido convertida en una “tarima proselitista” del Partido Pueblo Soberano, sugiriendo que la candidata está utilizando espacios públicos para promocionar su imagen sin respetar la neutralidad necesaria durante la campaña electoral. ¡Qué carga! Esto demuestra que la tensión política está a flor de piel y que cada movimiento de la señora es analizado con lupa.
En medio de este panorama, las declaraciones de Antonio Ortega, quien vaticina que Rodrigo Chaves “saldrá huyendo del país después del 8 de mayo”, añaden una dosis extra de dramatismo a la contienda. La candidatura de Fernández se presenta como una alternativa, pero su estrategia de evasión y sus discursos ambiguos generan más dudas que certezas. No obstante, la señora parece imperturbable, confiada en que el tiempo juega a su favor. Como dice ella, "ya llegará el momento"… pero ¿hasta cuándo podemos seguir esperando?
Con todo este jaleo, me pregunto: ¿Cree usted que la estrategia de Laura Fernández de priorizar reuniones cerradas sobre debates abiertos es efectiva para conectar con la ciudadanía o simplemente es una forma de evadir el escrutinio público? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa el foro!