Bueno, maes, mientras unos andábamos viendo a ver qué hacíamos con el sábado de aguaceros, en el Partido Liberación Nacional no perdían el tiempo. La famosa Asamblea Nacional verdiblanca estaba en pleno apogeo en el Centro de Convenciones y, como era de esperarse, ya soltaron una de las fichas clave para el rompecabezas del 2026. La noticia del día es que ya hay nombre y apellido para el primer lugar por Guanacaste: Ronald Campos Villegas. Con 148 votos a favor, parece que la decisión fue bastante clara dentro del partido. Se acabó el misterio en la pampa.
Pero diay, la pregunta que nos hacemos todos es: ¿y quién es este señor? El comunicado oficial dice que es empresario y que ha estado metido hasta el cuello en el movimiento cooperativista; de hecho, es el mero mero presidente de Cenecoop. Y aquí es donde la vara se pone interesante. Poner a un líder del sector cooperativo no es una jugada al azar. Es un mensaje directo a una base muy organizada y con mucho peso, no solo en Guanacaste sino en todo el país. Es una forma de decirle a ese sector: "Vean, no los olvidamos, uno de los suyos va a estar en la papeleta". Estratégicamente, tiene todo el sentido del mundo para un partido que necesita reconectar con bases que quizás sentía perdidas.
Esta movida no se puede ver de forma aislada. Es parte de un tablero mucho más grande que el PLN está armando. Hace poco confirmaron a Álvaro Ramírez para el primer puesto en San José, otro perfil muy específico. Poco a poco, se va dibujando la cara con la que Liberación quiere presentarse en las próximas elecciones. Parece que la estrategia es buscar figuras que representen sectores concretos, gente con un brete ya conocido en ciertos nichos, en lugar de los políticos de carrera de toda la vida. ¿Será un intento de renovación o simplemente un cambio de empaque para las mismas ideas de siempre? El tiempo lo dirá.
Ahora, seamos honestos. Una cosa es ganar una votación interna en una asamblea de partido y otra muy, muy distinta es convencer al guanacasteco de a pie. La provincia tiene problemas gigantescos que van mucho más allá de quién lidera el movimiento cooperativo. Hablamos de desempleo, de la crisis del agua que cada verano es un dolor de cabeza, de la infraestructura que no da la talla y del narco que se ha ido metiendo peligrosamente. El reto de don Ronald no va a ser solo poner su nombre en la palestra, sino demostrar que entiende el arroz con mango que se vive allá y que tiene propuestas reales para solucionarlo. No es solo de llegar con una cara nueva y listo.
Al final, esta es la primera pieza de muchas. El PLN escogió a su candidato, una figura interesante y con un respaldo sectorial claro. Pero el verdadero brete empieza ahora: el de caminar la provincia, el de escuchar, el de proponer y, sobre todo, el de convencer. Veremos si su experiencia en el cooperativismo le da las herramientas para conectar con una Guanacaste que ha cambiado un montón y que, como el resto del país, está cansada de las promesas de siempre. La política es un juego de percepciones, y el PLN acaba de hacer su primera jugada fuerte en la pampa.
Pero diay, la pregunta que nos hacemos todos es: ¿y quién es este señor? El comunicado oficial dice que es empresario y que ha estado metido hasta el cuello en el movimiento cooperativista; de hecho, es el mero mero presidente de Cenecoop. Y aquí es donde la vara se pone interesante. Poner a un líder del sector cooperativo no es una jugada al azar. Es un mensaje directo a una base muy organizada y con mucho peso, no solo en Guanacaste sino en todo el país. Es una forma de decirle a ese sector: "Vean, no los olvidamos, uno de los suyos va a estar en la papeleta". Estratégicamente, tiene todo el sentido del mundo para un partido que necesita reconectar con bases que quizás sentía perdidas.
Esta movida no se puede ver de forma aislada. Es parte de un tablero mucho más grande que el PLN está armando. Hace poco confirmaron a Álvaro Ramírez para el primer puesto en San José, otro perfil muy específico. Poco a poco, se va dibujando la cara con la que Liberación quiere presentarse en las próximas elecciones. Parece que la estrategia es buscar figuras que representen sectores concretos, gente con un brete ya conocido en ciertos nichos, en lugar de los políticos de carrera de toda la vida. ¿Será un intento de renovación o simplemente un cambio de empaque para las mismas ideas de siempre? El tiempo lo dirá.
Ahora, seamos honestos. Una cosa es ganar una votación interna en una asamblea de partido y otra muy, muy distinta es convencer al guanacasteco de a pie. La provincia tiene problemas gigantescos que van mucho más allá de quién lidera el movimiento cooperativo. Hablamos de desempleo, de la crisis del agua que cada verano es un dolor de cabeza, de la infraestructura que no da la talla y del narco que se ha ido metiendo peligrosamente. El reto de don Ronald no va a ser solo poner su nombre en la palestra, sino demostrar que entiende el arroz con mango que se vive allá y que tiene propuestas reales para solucionarlo. No es solo de llegar con una cara nueva y listo.
Al final, esta es la primera pieza de muchas. El PLN escogió a su candidato, una figura interesante y con un respaldo sectorial claro. Pero el verdadero brete empieza ahora: el de caminar la provincia, el de escuchar, el de proponer y, sobre todo, el de convencer. Veremos si su experiencia en el cooperativismo le da las herramientas para conectar con una Guanacaste que ha cambiado un montón y que, como el resto del país, está cansada de las promesas de siempre. La política es un juego de percepciones, y el PLN acaba de hacer su primera jugada fuerte en la pampa.
