A veces uno escucha la palabra “sostenibilidad” y ya se imagina el típico comunicado de prensa aburrido, con una foto de alguien sembrando un arbolito para la cámara. Pero mae, póngale atención a esto, porque dos empresas ticas se acaban de volar la barda y demostraron que aquí el brete va en serio. Resulta que la gente de Schneider Electric, que son unos pesos pesados en temas de energía a nivel mundial, les dieron un premio a FIFCO y a CFS por proyectos que son, sinceramente, ¡qué carga!
La vara se llama “Sustainability Impact Awards” y no es un premio que le dan a cualquiera. Es un reconocimiento para las compañías en toda Latinoamérica que no solo dicen que son “verdes”, sino que lo demuestran con números, reduciendo su consumo de energía y sus emisiones de CO₂. Lo más tuanis es que buscan proyectos que se puedan copiar en otros lugares. O sea, no es solo por quedar bien aquí, sino por crear soluciones que funcionen en cualquier parte. Y diay, que dos de las empresas galardonadas sean de Tiquicia, habla muy bien de la innovación que se está cocinando en nuestro propio patio.
Primero, hablemos del proyecto de CFS, porque es para quitarse el sombrero. Los maes se montaron una de las microredes de energía más avanzadas de la región. ¿Y eso qué es? Imagínese un sistema súper inteligente que mezcla energía solar y eólica, la guarda en baterías, alimenta cargadores para carros eléctricos y, si necesita, se conecta a la red nacional. Lo más chiva es que un “cerebrito” digital decide en tiempo real cuál es la fuente más barata y limpia en cada momento. Con este chunche tecnológico, no solo se ahorran hasta un 35% en la factura eléctrica, sino que están modernizando todo y dándole un empujón real a la movilidad eléctrica. ¡Eso sí es un proyecto a cachete!
Por otro lado, está FIFCO, que ya sabemos que llevan años en esta vuelta de la sostenibilidad. A ellos los premiaron por su modelo de “triple utilidad”, que es una filosofía que tienen desde el 2008. La explicación sencilla es que el negocio no se trata solo de hacer harina; también tiene que generar un impacto positivo en la sociedad y en el ambiente. No es pura hablada. Tienen metas clarísimas para el 2027 en toda su cadena de producción. Un ejemplo concreto y que está a otro nivel es su proyecto “De vuelta a casa”, donde usan Inteligencia Artificial para ayudar a la conservación marina. ¡Qué buena vara usar la tecnología de punta para cuidar nuestros mares!
Al final del día, esto es más que un par de trofeos en una oficina. Es la prueba de que en Costa Rica se puede y se está innovando con propósito. Mientras en otros lados todavía discuten si el cambio climático es real, aquí hay empresas que están desarrollando tecnología para combatirlo y, de paso, haciendo su negocio más eficiente y resiliente. Ver que el ingenio tico se reconoce a nivel internacional siempre es un motivo para sentirse orgulloso. Ojalá esto sirva de inspiración para que más empresas se manden con proyectos así de cargas.
Diay, maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Creen que más empresas en Tiquicia deberían ponerse las pilas así, o sienten que mucho de esto sigue siendo pura hablada para la foto? ¿Conocen otros proyectos tuanis que merezcan un aplauso? ¡Suéltenlo todo en los comentarios!
La vara se llama “Sustainability Impact Awards” y no es un premio que le dan a cualquiera. Es un reconocimiento para las compañías en toda Latinoamérica que no solo dicen que son “verdes”, sino que lo demuestran con números, reduciendo su consumo de energía y sus emisiones de CO₂. Lo más tuanis es que buscan proyectos que se puedan copiar en otros lugares. O sea, no es solo por quedar bien aquí, sino por crear soluciones que funcionen en cualquier parte. Y diay, que dos de las empresas galardonadas sean de Tiquicia, habla muy bien de la innovación que se está cocinando en nuestro propio patio.
Primero, hablemos del proyecto de CFS, porque es para quitarse el sombrero. Los maes se montaron una de las microredes de energía más avanzadas de la región. ¿Y eso qué es? Imagínese un sistema súper inteligente que mezcla energía solar y eólica, la guarda en baterías, alimenta cargadores para carros eléctricos y, si necesita, se conecta a la red nacional. Lo más chiva es que un “cerebrito” digital decide en tiempo real cuál es la fuente más barata y limpia en cada momento. Con este chunche tecnológico, no solo se ahorran hasta un 35% en la factura eléctrica, sino que están modernizando todo y dándole un empujón real a la movilidad eléctrica. ¡Eso sí es un proyecto a cachete!
Por otro lado, está FIFCO, que ya sabemos que llevan años en esta vuelta de la sostenibilidad. A ellos los premiaron por su modelo de “triple utilidad”, que es una filosofía que tienen desde el 2008. La explicación sencilla es que el negocio no se trata solo de hacer harina; también tiene que generar un impacto positivo en la sociedad y en el ambiente. No es pura hablada. Tienen metas clarísimas para el 2027 en toda su cadena de producción. Un ejemplo concreto y que está a otro nivel es su proyecto “De vuelta a casa”, donde usan Inteligencia Artificial para ayudar a la conservación marina. ¡Qué buena vara usar la tecnología de punta para cuidar nuestros mares!
Al final del día, esto es más que un par de trofeos en una oficina. Es la prueba de que en Costa Rica se puede y se está innovando con propósito. Mientras en otros lados todavía discuten si el cambio climático es real, aquí hay empresas que están desarrollando tecnología para combatirlo y, de paso, haciendo su negocio más eficiente y resiliente. Ver que el ingenio tico se reconoce a nivel internacional siempre es un motivo para sentirse orgulloso. Ojalá esto sirva de inspiración para que más empresas se manden con proyectos así de cargas.
Diay, maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Creen que más empresas en Tiquicia deberían ponerse las pilas así, o sienten que mucho de esto sigue siendo pura hablada para la foto? ¿Conocen otros proyectos tuanis que merezcan un aplauso? ¡Suéltenlo todo en los comentarios!
