Mae, a veces uno lee noticias que simplemente no le caben en la cabeza. Y esta es una de esas. Estamos hablando de Yerri Estrada, un doctor tico, un mae que estaba haciendo su internado en Granada, Nicaragua. O sea, estaba en su 'brete', ayudando gente, y de un pronto a otro, ¡pum! Detenido. Sin orden, sin cargos, sin nada. Ya va para un mes y la vara, en lugar de aclararse, se pone más turbia. Y lo peor de todo, la denuncia de su mamá, Rosa Ruiz, es un puñal: lo están exhibiendo públicamente, como si fuera un trofeo de caza. ¡Qué despiche más monumental!
Diay, aquí es donde uno se pregunta qué está pasando por la cabeza de la gente en el poder allá. Según doña Rosa, su hijo nunca ha sido un activista ni se ha metido en broncas políticas. Su único 'delito', al parecer, es pensar diferente. ¡Vamos a ver! Desde cuándo tener criterio propio es motivo para que te priven de tu libertad y te humillen de esa forma. Es que se jalaron una torta que no solo afecta a Yerri y a su familia, sino que manda una señal terrible para cualquier tico que ande por allá. La mamá lo dijo clarito: 'Pensar diferente y tener ideas propias es un derecho'. Y tiene toda la boca llena de razón. Esto no es un asunto legal, es una movida de poder que usa a un joven profesional como peón.
La parte más dura de todo este enredo es, sin duda, el dolor de la familia. Imagínense la angustia de doña Rosa. Ver las fotos de su hijo, expuesto de esa manera, es una tortura. Ella misma lo dice, en una mezcla de dolor y alivio que a uno le arruga el corazón: 'el dolor de verlo así es enorme, pero al menos sé que está vivo'. Mae, tener que conformarse con saber que tu hijo está vivo mientras lo usan de circo mediático es una de las varas más crueles que se pueden vivir. Todo el futuro profesional de Yerri, sus planes, sus sueños, de repente se fueron al traste por una decisión arbitraria. La incertidumbre con la que vive esa familia debe ser asfixiante.
Luego está el tema de la doble nacionalidad. Yerri es tico por nacimiento, pero su mamá lo inscribió también en Nicaragua. Y ahora esa misma madre, desesperada, dice: 'Él tiene otra patria, Costa Rica, y si es necesario que salga de allá, está bien'. Es un grito de auxilio, una súplica para que su otra patria, la nuestra, se mueva con más fuerza. Y aquí es donde la vara nos salpica a todos. ¿Está haciendo nuestra Cancillería lo suficiente? ¿Se está presionando como se debe? Porque una cosa es la diplomacia y otra es dejar que a un ciudadano tico se le pisoteen los derechos de esta manera tan descarada. No es un 'chunche' que se perdió, es una persona.
Al final, este caso va más allá de Yerri. Es un espejo de la fragilidad de la justicia y la libertad en nuestro vecino del norte. Es un recordatorio de que las tensiones políticas no se quedan en los discursos de los presidentes, sino que aterrizan y le destrozan la vida a gente de a pie, a maes como Yerri que solo estaban tratando de hacer su trabajo. La lucha de doña Rosa es la de una leona, y nos toca a nosotros, como sociedad, no dejarla sola. La indiferencia es el peor veneno en estos casos.
Ahí se las dejo, maes. Más allá de la indignación obvia, ¿qué creen que debería hacer el gobierno de Costa Rica? ¿Presionar más duro, aunque se pongan tensas las relaciones? ¿O es este un caso aislado, un síntoma de que, para un tico, cruzar esa frontera es cada vez más salado?
Diay, aquí es donde uno se pregunta qué está pasando por la cabeza de la gente en el poder allá. Según doña Rosa, su hijo nunca ha sido un activista ni se ha metido en broncas políticas. Su único 'delito', al parecer, es pensar diferente. ¡Vamos a ver! Desde cuándo tener criterio propio es motivo para que te priven de tu libertad y te humillen de esa forma. Es que se jalaron una torta que no solo afecta a Yerri y a su familia, sino que manda una señal terrible para cualquier tico que ande por allá. La mamá lo dijo clarito: 'Pensar diferente y tener ideas propias es un derecho'. Y tiene toda la boca llena de razón. Esto no es un asunto legal, es una movida de poder que usa a un joven profesional como peón.
La parte más dura de todo este enredo es, sin duda, el dolor de la familia. Imagínense la angustia de doña Rosa. Ver las fotos de su hijo, expuesto de esa manera, es una tortura. Ella misma lo dice, en una mezcla de dolor y alivio que a uno le arruga el corazón: 'el dolor de verlo así es enorme, pero al menos sé que está vivo'. Mae, tener que conformarse con saber que tu hijo está vivo mientras lo usan de circo mediático es una de las varas más crueles que se pueden vivir. Todo el futuro profesional de Yerri, sus planes, sus sueños, de repente se fueron al traste por una decisión arbitraria. La incertidumbre con la que vive esa familia debe ser asfixiante.
Luego está el tema de la doble nacionalidad. Yerri es tico por nacimiento, pero su mamá lo inscribió también en Nicaragua. Y ahora esa misma madre, desesperada, dice: 'Él tiene otra patria, Costa Rica, y si es necesario que salga de allá, está bien'. Es un grito de auxilio, una súplica para que su otra patria, la nuestra, se mueva con más fuerza. Y aquí es donde la vara nos salpica a todos. ¿Está haciendo nuestra Cancillería lo suficiente? ¿Se está presionando como se debe? Porque una cosa es la diplomacia y otra es dejar que a un ciudadano tico se le pisoteen los derechos de esta manera tan descarada. No es un 'chunche' que se perdió, es una persona.
Al final, este caso va más allá de Yerri. Es un espejo de la fragilidad de la justicia y la libertad en nuestro vecino del norte. Es un recordatorio de que las tensiones políticas no se quedan en los discursos de los presidentes, sino que aterrizan y le destrozan la vida a gente de a pie, a maes como Yerri que solo estaban tratando de hacer su trabajo. La lucha de doña Rosa es la de una leona, y nos toca a nosotros, como sociedad, no dejarla sola. La indiferencia es el peor veneno en estos casos.
Ahí se las dejo, maes. Más allá de la indignación obvia, ¿qué creen que debería hacer el gobierno de Costa Rica? ¿Presionar más duro, aunque se pongan tensas las relaciones? ¿O es este un caso aislado, un síntoma de que, para un tico, cruzar esa frontera es cada vez más salado?
