¡Aguanta unito! Parece sacado de una novela, pero les cuento: hay un colegio en nuestras tierras que le está metiendo turbo a la educación, no solo con libros y exámenes, sino con música, deporte y hasta terapia familiar. Se trata de Monterrey Christian School, y vaya que este brete se lo están tomando diferente.
Durante años, hemos escuchado lo mismo: buenas notas significan buen futuro. Pero la onda es que los nuevos mae’s quieren algo más, una escuela que los vea como personas completas, no solo como números en un papel. Y Monterrey Christian School parece haber captado el mensaje, proponiendo un modelo que suena casi futurista. Porque miren, esto no es solo leer y escribir bien, es empoderar el alma, el cuerpo y la mente del estudiante.
Michael Parrales, el director general, me explicó que la idea central es formar gente íntegra, donde la fe, el conocimiento, la disciplina y la creatividad andan tomados de la mano. “No buscamos graduados listos para trabajar, queremos líderes con convicción, con ganas de cambiar el mundo,” me dice con esa tranquilidad que dan los proyectos bien pensados. Y créanme, detrás de esas palabras hay bastante acción, como les voy a contar.
Lo primero que te llama la atención es su programa de música. Olvídense de talleres opcionales y clubes de aficionados. Aquí, ¡todos tocan! Desde tercer grado, los estudiantes hacen una audición para ver qué instrumento les pega más y luego se meten de lleno al solfeo, a leer partituras y a perfeccionar su técnica. ¡Imagínense! Ni siquiera tienen tiempo para quejarse, porque si quieres estar en Monterrey Christian School, tienes que darle con todo a la música. ¡Y qué resultados!
Apenas llevan un par de años y ya la banda del colegio anda compitiendo a nivel internacional, como en el OneSpeak. ¿Se imaginan? Chiquitos de apenas once, doce años, peleando hombro con hombro con músicos de mucha más experiencia. Obtuvieron un cuarto lugar, ¡un cuarto lugar! Ahora están apuntando a México e Irlanda en 2027. ¡Qué nivel! No me extraña nada, porque estos mae’s le ponen toda la seriedad del mundo a eso.
Durante años, hemos escuchado lo mismo: buenas notas significan buen futuro. Pero la onda es que los nuevos mae’s quieren algo más, una escuela que los vea como personas completas, no solo como números en un papel. Y Monterrey Christian School parece haber captado el mensaje, proponiendo un modelo que suena casi futurista. Porque miren, esto no es solo leer y escribir bien, es empoderar el alma, el cuerpo y la mente del estudiante.
Michael Parrales, el director general, me explicó que la idea central es formar gente íntegra, donde la fe, el conocimiento, la disciplina y la creatividad andan tomados de la mano. “No buscamos graduados listos para trabajar, queremos líderes con convicción, con ganas de cambiar el mundo,” me dice con esa tranquilidad que dan los proyectos bien pensados. Y créanme, detrás de esas palabras hay bastante acción, como les voy a contar.
Lo primero que te llama la atención es su programa de música. Olvídense de talleres opcionales y clubes de aficionados. Aquí, ¡todos tocan! Desde tercer grado, los estudiantes hacen una audición para ver qué instrumento les pega más y luego se meten de lleno al solfeo, a leer partituras y a perfeccionar su técnica. ¡Imagínense! Ni siquiera tienen tiempo para quejarse, porque si quieres estar en Monterrey Christian School, tienes que darle con todo a la música. ¡Y qué resultados!
Apenas llevan un par de años y ya la banda del colegio anda compitiendo a nivel internacional, como en el OneSpeak. ¿Se imaginan? Chiquitos de apenas once, doce años, peleando hombro con hombro con músicos de mucha más experiencia. Obtuvieron un cuarto lugar, ¡un cuarto lugar! Ahora están apuntando a México e Irlanda en 2027. ¡Qué nivel! No me extraña nada, porque estos mae’s le ponen toda la seriedad del mundo a eso.
