Pobre don Jan Kalina. Creyó que venía a invertir y realizr sus sueños en un país serio. Y se encontró con la histeria y el afán destructivo de la secta ecologista, esa manada de descerebrados que se está convirtiendo en un obstáculo par el desarrollo del país.
Es curioso que el ecologismo tenga tantos mitos fundacionales que son mentiras. Y que sean mentiras tan letales, que terminan matando gente y siendo contraproducentes.
Por ejemplo, la prohibición del uso del DDT por literalmente un cuento, el libro "La primavera silenciosa" de Rachel Carson. Este libro fue demostrado era una falsedad. Pero los estragos de la prohibición del DDT en la población de países pobres, por el aumento del paludismo, fueron reales.
Por otro lado, la noticia de una barca de basura deambulando en el río Hudson en el estado de Nueva York dio orígen a la absurda y contraproducetne práctica del reciclaje de basura, que gasta ás energía y recursos de los que dice rescatar.
Y en nuestro país, como falta de imaginación pero lo copia todo, una señora escribió una novela de segunda. Y como resultado, la vida de un hombre se destroza y el ecologismo fundamentalista se pasea en un pueblo del caribe.
Es intersante ler la muy buena detallada información del Semanario Universidad. Que a pesar de su título, da cuenta e los mitos fundacionales de este atropello absurdo y cruel:
Ambientalistas piden detener depredación en refugio Gandoca-Manzanillo
Especialmetne la entrevista al Sr. Ewin Cyrus.
En primer lugar, hay que aclarar que Gandoca-Manzanillo no era un Parque Nacional, sino un refugio de vida silvestre. Eso significaba que tenái un estatus distitno a un Parque Nacional, por el hecho de que la zona no era tierra de vegetación vírgen, la cual después vinieron empresarios "codiciosos" a explotar. No, eran terreno que otrora fueron usados en cultivos, como el cacao y que, con el proyecto de ley, se esperaba desarrollarlo, pero de una manera novedosa, en armonía con la naturaleza.
Desgraciadamente, a una tipa se le ocurrió escribir una novela de segunda, con un histerismo alucinante, en la cual ponía al hotelero y a otros hombres de negocios como los malos. Y de toda sa sarta de mentiras, se conminó a destruir lo que mucha gente con gran esfuerzo trató de construir.
Tal es el nivel de ignorancia y maledicencia de esa campaña de los ecologistas, que, no contentos con destruir el hotel, ahora tienen en la mira las humildes viviendas de lso habitantes de la zona, los cuales aducen, deben ser demolidas porque están dentro de la Zona Marítimo Terrestre. Lo que estos estúpidos ecologistas no entienden, es que la ley de ZMT exime de su aplicación a pueblos costeros ya establecidos, o zonas declaradas como urbans en pueblos costeros. Muchos de los cuales tienen propiedades en sectores cubiertos por esa ley si sólo se midiera la distancia de la pelamar. Pero como digo, esas zonas están eximidas.
De manera que el ecologismo idiota que infecta al país lo que busca es convertir Gandoca´Manzanllo en un Parque Nacional. Pero no de la forma legal, que consiste en indemnizar a sus dueños. Sino más bien destruyendo las vidas y el trabajo de las personas que habitan el lugar, para que, desesperados por su mala condición, decidan abandonar esa zona. Para felicidad de los inútiles y de las novelistas mediocre.<br><br>Eso es lo lamentable y lo absurdo de este episodio: un esfuerzo verdadero por conservar y desarrollar en armonía con la naturaleza, es destruído por una manga de energúmenos descerebrados, la mayorái proveneinte de la capital, que le hacen la vida imposible a lo pobladores de las costas, tan necesitados de alternativas de desarrollo.