¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con movidas raras en Puntarenas... Esta vez, no es un simple party que sale mal, sino una telaraña bien turbia que involucra drogas, funcionarios judiciales y hasta manglares usándose como escondite. El OIJ agarró a un tipo apodado ‘Leo’, un supuesto capo de la distribución de cocaína, y la cosa pinta fea porque parece que tenía contactos adentro del sistema.
Según nos cuentan los compañeros del Diario Extra, el operativo ‘Mangle’ – qué nombre, diay – fue una sacudida tremenda. Diez allanamientos a la vez en diferentes partes de Puntarenas, con el SERT pisando firme. Lo agarraron a ‘Leo’ justo afuera de un restaurante en la ruta 1, mientras entraban a buscar pruebas en su casa. Imagínate la escena, pura tensión y conatos de bronca… un chunche ahí podía pasar cualquier cosa.
Pero lo que realmente tiene a todos hablando es la conexión con un técnico del Tribunal Penal de Puntarenas, un tal Mendoza Hidalgo. Este señor ya había sido arrestado hace unos meses cuando intentaba vender siete kilos de cocaína a un policía encubierto. Se acogió a un proceso abreviado y ahora anda pagando sus pataletas entre rejas. Según el director interino del OIJ, Michael Soto, este caso está directamente ligado a la caída de ‘Leo’. ¡Una red bien tejida, mae!
Y pa’ colmo, resulta que esta banda de narcos estaba usando los manglares de la zona para esconder la mercancía y hasta lanchas. Por eso le pusieron el nombre de ‘Mangle’ al caso, como si necesitáramos otro motivo para quejararnos de cómo estamos descuidando nuestros ecosistemas. Pablo Calvo, el jefe regional del OIJ en Puntarenas, dijo textualmente que 'efectivamente, el grupo podría ocultar embarcaciones cerca de la costa'. ¡Tremendo aprovechamiento del entorno, vaya!
Lo que me preocupa es cómo estos tipos pudieron operar tan tranquilos durante tanto tiempo. ¿Habrá más peces gordos metidos en esto? ¿Cómo es posible que alguien dentro del sistema judicial esté dispuesto a arriesgarlo todo por una buena tajada? Esto da mucho que pensar, especialmente porque se supone que esos señores deberían estar cuidándonos a nosotros, los ciudadanos comunes. Que te den, diay…
Ahora bien, este caso nos plantea preguntas muy importantes sobre la seguridad jurídica en Costa Rica. Estamos hablando de un funcionario judicial, alguien que debería ser garante de la ley, involucrado en actividades ilícitas. ¿Cómo podemos confiar en el sistema si personas así pueden acceder a él y utilizarlo para sus propios fines? Esto pone en tela de juicio la integridad de todas las instituciones estatales y exige una revisión profunda de los controles internos.
Además, toda esta movida nos recuerda que el narcotráfico sigue siendo un problema grave en nuestro país, a pesar de los esfuerzos que se están haciendo. No basta con atrapar a los maleantes de poca monta; hay que ir a fondo y desmantelar las estructuras criminales desde arriba, cortando las redes de financiamiento y eliminando la corrupción. Sino, seguiremos viendo casos como este, y la cosa se va a poner peor. Veremos si las autoridades toman cartas en el asunto, porque la paciencia de la gente se agota.
En fin, un caso que nos deja con sabor amargo y muchas dudas. ¿Ustedes creen que este operativo 'Mangle' ha logrado desarticular completamente la red de narcotráfico, o simplemente hemos arañado la superficie de un problema mucho más profundo? ¿Se tomarán medidas para asegurar la transparencia e imparcialidad del poder judicial?
Según nos cuentan los compañeros del Diario Extra, el operativo ‘Mangle’ – qué nombre, diay – fue una sacudida tremenda. Diez allanamientos a la vez en diferentes partes de Puntarenas, con el SERT pisando firme. Lo agarraron a ‘Leo’ justo afuera de un restaurante en la ruta 1, mientras entraban a buscar pruebas en su casa. Imagínate la escena, pura tensión y conatos de bronca… un chunche ahí podía pasar cualquier cosa.
Pero lo que realmente tiene a todos hablando es la conexión con un técnico del Tribunal Penal de Puntarenas, un tal Mendoza Hidalgo. Este señor ya había sido arrestado hace unos meses cuando intentaba vender siete kilos de cocaína a un policía encubierto. Se acogió a un proceso abreviado y ahora anda pagando sus pataletas entre rejas. Según el director interino del OIJ, Michael Soto, este caso está directamente ligado a la caída de ‘Leo’. ¡Una red bien tejida, mae!
Y pa’ colmo, resulta que esta banda de narcos estaba usando los manglares de la zona para esconder la mercancía y hasta lanchas. Por eso le pusieron el nombre de ‘Mangle’ al caso, como si necesitáramos otro motivo para quejararnos de cómo estamos descuidando nuestros ecosistemas. Pablo Calvo, el jefe regional del OIJ en Puntarenas, dijo textualmente que 'efectivamente, el grupo podría ocultar embarcaciones cerca de la costa'. ¡Tremendo aprovechamiento del entorno, vaya!
Lo que me preocupa es cómo estos tipos pudieron operar tan tranquilos durante tanto tiempo. ¿Habrá más peces gordos metidos en esto? ¿Cómo es posible que alguien dentro del sistema judicial esté dispuesto a arriesgarlo todo por una buena tajada? Esto da mucho que pensar, especialmente porque se supone que esos señores deberían estar cuidándonos a nosotros, los ciudadanos comunes. Que te den, diay…
Ahora bien, este caso nos plantea preguntas muy importantes sobre la seguridad jurídica en Costa Rica. Estamos hablando de un funcionario judicial, alguien que debería ser garante de la ley, involucrado en actividades ilícitas. ¿Cómo podemos confiar en el sistema si personas así pueden acceder a él y utilizarlo para sus propios fines? Esto pone en tela de juicio la integridad de todas las instituciones estatales y exige una revisión profunda de los controles internos.
Además, toda esta movida nos recuerda que el narcotráfico sigue siendo un problema grave en nuestro país, a pesar de los esfuerzos que se están haciendo. No basta con atrapar a los maleantes de poca monta; hay que ir a fondo y desmantelar las estructuras criminales desde arriba, cortando las redes de financiamiento y eliminando la corrupción. Sino, seguiremos viendo casos como este, y la cosa se va a poner peor. Veremos si las autoridades toman cartas en el asunto, porque la paciencia de la gente se agota.
En fin, un caso que nos deja con sabor amargo y muchas dudas. ¿Ustedes creen que este operativo 'Mangle' ha logrado desarticular completamente la red de narcotráfico, o simplemente hemos arañado la superficie de un problema mucho más profundo? ¿Se tomarán medidas para asegurar la transparencia e imparcialidad del poder judicial?
