¡Ay, Dios mío! La cosa está que arde, pura bronca para los exportadores de servicios. Resulta que unos gringos, con su ‘Big Beautiful Bill’, le están echando piedra al crecimiento económico del país. Parece que quieren quedarse con todo el pastel, dejando a Costa Rica comiéndose las migajas. Esto del sector de servicios, que andaba como fichando, podría irse al traste si esto sigue así, díay.
Como bien sabemos, la exportación de servicios ha sido un motor importantísimo para nuestra economía. En el 2024, logramos superar los 16 mil millones de dólares, una cifra que daba esperanzas a muchos. Pero resulta que estos cambios legislativos en Estados Unidos, que parece que nadie vio venir con claridad, amenazan con ponerle freno a este avance. Así que ahí les vamos, siempre batallando, ¿verdad?
Paul Fervoy, ex presidente de Camtic, soltó la bomba explicando cómo funciona este lío. Básicamente, los americanos tienen una ventaja fiscal enorme si contratan servicios dentro de su territorio. Si lo hacen acá, en Costa Rica, por ejemplo, ya no aplica el mismo trato tributario. ¿Se imaginan el cambio? Antes era como ir a comprarle dulces al chino, ahora tienes que pagar el doble. Una verdadera torta.
Lo que pasa es que antes, las empresas estadounidenses podían deducirse como inversión en investigación y desarrollo los costos de contratar servicios modernos en otros países. Esto ayudaba muchísimo a que eligieran a Costa Rica, donde tenemos gente super capacitada y creativa trabajando duro. Pero ahora, al parecer, prefieren contratar a sus propios ingenieros, lo cual significa menos brete para nosotros y más oportunidades para ellos. ¡Qué sal!
Fervoy recalca que la amortización de esos gastos de I+D es diferente dependiendo de dónde se realice el servicio. Dentro de Estados Unidos, lo pueden deducir inmediatamente en el mismo año; fuera, tardan 15 años. Imaginen la diferencia en flujo de caja, ¡tremenda! Y eso hace que, económicamente hablando, nos estén sacando una foto. Ya algunos clientes, según dice, le han dicho directamente que no pueden seguir contratándonos por esta razón.
Ahora, claro, los gringos dicen que están haciendo números para ver qué les conviene más. No son tontos, tampoco. Pero la realidad es que no tienen la capacidad de suplir toda la demanda que actualmente importamos desde Latinoamérica. Entonces, ¿qué hacemos? Ahí es donde entra la necesidad de buscar nuevos mercados, salirnos del molde y no depender tanto de un solo socio comercial. Tenemos que empezar a pensar como latinoamericanos, maes.
Y es que hemos sido demasiado cómodos, créanme. Nos quedamos pegaditos a Estados Unidos, exportándoles la materia prima de los servicios modernos: nuestros ingenieros, nuestros cerebros. Les damos el talento, ellos procesan y nos devuelven el producto terminado. Faltaba que nos diéramos cuenta de esto, ¿no? Hay que darle vuelta a la tortilla y construir cadenas de valor que nos beneficien a nosotros también. Necesitamos empezar a consumir y fortalecer los mercados locales.
Así que, amigos, la pregunta del millón es: ¿Cómo podemos diversificar nuestros mercados de exportación de servicios y dejar de depender tanto de Estados Unidos? ¿Estamos preparados para enfrentar este nuevo desafío o nos iremos al traste con esta decisión?
Como bien sabemos, la exportación de servicios ha sido un motor importantísimo para nuestra economía. En el 2024, logramos superar los 16 mil millones de dólares, una cifra que daba esperanzas a muchos. Pero resulta que estos cambios legislativos en Estados Unidos, que parece que nadie vio venir con claridad, amenazan con ponerle freno a este avance. Así que ahí les vamos, siempre batallando, ¿verdad?
Paul Fervoy, ex presidente de Camtic, soltó la bomba explicando cómo funciona este lío. Básicamente, los americanos tienen una ventaja fiscal enorme si contratan servicios dentro de su territorio. Si lo hacen acá, en Costa Rica, por ejemplo, ya no aplica el mismo trato tributario. ¿Se imaginan el cambio? Antes era como ir a comprarle dulces al chino, ahora tienes que pagar el doble. Una verdadera torta.
Lo que pasa es que antes, las empresas estadounidenses podían deducirse como inversión en investigación y desarrollo los costos de contratar servicios modernos en otros países. Esto ayudaba muchísimo a que eligieran a Costa Rica, donde tenemos gente super capacitada y creativa trabajando duro. Pero ahora, al parecer, prefieren contratar a sus propios ingenieros, lo cual significa menos brete para nosotros y más oportunidades para ellos. ¡Qué sal!
Fervoy recalca que la amortización de esos gastos de I+D es diferente dependiendo de dónde se realice el servicio. Dentro de Estados Unidos, lo pueden deducir inmediatamente en el mismo año; fuera, tardan 15 años. Imaginen la diferencia en flujo de caja, ¡tremenda! Y eso hace que, económicamente hablando, nos estén sacando una foto. Ya algunos clientes, según dice, le han dicho directamente que no pueden seguir contratándonos por esta razón.
Ahora, claro, los gringos dicen que están haciendo números para ver qué les conviene más. No son tontos, tampoco. Pero la realidad es que no tienen la capacidad de suplir toda la demanda que actualmente importamos desde Latinoamérica. Entonces, ¿qué hacemos? Ahí es donde entra la necesidad de buscar nuevos mercados, salirnos del molde y no depender tanto de un solo socio comercial. Tenemos que empezar a pensar como latinoamericanos, maes.
Y es que hemos sido demasiado cómodos, créanme. Nos quedamos pegaditos a Estados Unidos, exportándoles la materia prima de los servicios modernos: nuestros ingenieros, nuestros cerebros. Les damos el talento, ellos procesan y nos devuelven el producto terminado. Faltaba que nos diéramos cuenta de esto, ¿no? Hay que darle vuelta a la tortilla y construir cadenas de valor que nos beneficien a nosotros también. Necesitamos empezar a consumir y fortalecer los mercados locales.
Así que, amigos, la pregunta del millón es: ¿Cómo podemos diversificar nuestros mercados de exportación de servicios y dejar de depender tanto de Estados Unidos? ¿Estamos preparados para enfrentar este nuevo desafío o nos iremos al traste con esta decisión?