¡Ay, Dios mío! Resulta que las cosas no andan como debieran con el cambio climático, ¿eh? Según unos gringos listos de Europa, vamos camino a batir un récord feísimo: la cantidad de gases de efecto invernadero que estamos soltando al ambiente en 2025. Básicamente, si seguimos así, nos vamos a freír como huevitos, mi pana. Esto salió en un estudio que publicaron allá en París, y aunque suena lejano, nos afecta directo a nosotros, aquí en Costa Rica, que siempre hemos sido orgullosos de nuestra ‘imagen verde’.
El estudio, llamado 'Global Carbon Budget', le echa un ojo a todo lo que hacemos para tirar CO2 al aire: quemar gasolina, carbón, gas, construir edificios nuevos, talar árboles… Todo eso suma, y parece que estamos acelerando más que frenando. La idea original era que, como país, íbamos a controlar el calentamiento global, a cumplirle al Acuerdo de París, pero los números no mienten, ¿verdad? Parece que no estamos haciendo los deberes como deberíamos.
Lo más triste es que, según estos científicos, el problema no viene de un solo lado. China sigue echándole leña al fuego con el carbón, Estados Unidos anda medio despistado y hasta nosotros, que nos creemos verdes, andamos sacando adelante proyectos que no son precisamente amigotes del planeta. Sí, tú me entendiste, algunos proyectos turísticos o de infraestructura que, aunque traen plata, dejan una huella enorme en el ambiente, diay.
Imagínate la bronca: tenemos que dejar de emitir tantos gases, pero a la vez queremos crecer económicamente, tener mejores carreteras, más hospitales… Es un brete, ni modo. Lo peor es que tenemos poco tiempo. Dicen que con los cálculos actuales, nos quedan como cuatro añitos para quedarnos sin margen de maniobra y llegar al límite de lo que el planeta puede soportar. ¡Qué sal!
Y ahí entra la COP30 que están armando ahora en Brasil, donde se supone que los líderes mundiales van a ponerle lítica al asunto. Pero a ver, ¿de verdad van a cambiar las cosas? Porque ya sabemos cómo son estas conferencias: promesas bonitas, discursos inflamados y al final, poquito avance. Ya ven qué pasó en Glasgow, en Egipto... Una torta, mi pana.
Otro detalle importante es que el precio de la energía también juega un papel crucial. Cuando el gas está caro, la gente vuelve a usar el carbón, que es más barato pero muchísimo más sucio. En Estados Unidos, por ejemplo, la gente ha vuelto a encender las plantas termoeléctricas de carbón porque el gas está más salado. ¡Qué nivel! Uno pensaría que ya hay suficiente tecnología limpia y económica para hacer la transición, pero parece que todavía hay resistencia.
Claro, no todo está perdido. El estudio dice que algunos países sí han logrado reducir sus emisiones sin afectar la economía, ¡y eso da esperanza! Incluso en India, que es un país gigante con muchísima gente, están logrando avanzar gracias a las energías renovables y a un monzón más temprano de lo normal. Nosotros, como Costa Rica, tenemos la ventaja de que somos pequeños y podemos movernos rápido. Tenemos el potencial de ser un ejemplo para el resto del mundo, pero necesitamos ponerle más corazón y compromiso, ¿me entiendes?
Ahora dime, mi pana: ¿crees que realmente vamos a lograr cambiar el curso de la historia y evitar que el planeta se vaya al traste, o ya estamos jodidos? ¿Qué medidas concretas debería tomar Costa Rica para demostrar que estamos comprometidos con la lucha contra el cambio climático, aparte de seguir hablando bonito? ¡Déjame tu opinión aquí abajo!
El estudio, llamado 'Global Carbon Budget', le echa un ojo a todo lo que hacemos para tirar CO2 al aire: quemar gasolina, carbón, gas, construir edificios nuevos, talar árboles… Todo eso suma, y parece que estamos acelerando más que frenando. La idea original era que, como país, íbamos a controlar el calentamiento global, a cumplirle al Acuerdo de París, pero los números no mienten, ¿verdad? Parece que no estamos haciendo los deberes como deberíamos.
Lo más triste es que, según estos científicos, el problema no viene de un solo lado. China sigue echándole leña al fuego con el carbón, Estados Unidos anda medio despistado y hasta nosotros, que nos creemos verdes, andamos sacando adelante proyectos que no son precisamente amigotes del planeta. Sí, tú me entendiste, algunos proyectos turísticos o de infraestructura que, aunque traen plata, dejan una huella enorme en el ambiente, diay.
Imagínate la bronca: tenemos que dejar de emitir tantos gases, pero a la vez queremos crecer económicamente, tener mejores carreteras, más hospitales… Es un brete, ni modo. Lo peor es que tenemos poco tiempo. Dicen que con los cálculos actuales, nos quedan como cuatro añitos para quedarnos sin margen de maniobra y llegar al límite de lo que el planeta puede soportar. ¡Qué sal!
Y ahí entra la COP30 que están armando ahora en Brasil, donde se supone que los líderes mundiales van a ponerle lítica al asunto. Pero a ver, ¿de verdad van a cambiar las cosas? Porque ya sabemos cómo son estas conferencias: promesas bonitas, discursos inflamados y al final, poquito avance. Ya ven qué pasó en Glasgow, en Egipto... Una torta, mi pana.
Otro detalle importante es que el precio de la energía también juega un papel crucial. Cuando el gas está caro, la gente vuelve a usar el carbón, que es más barato pero muchísimo más sucio. En Estados Unidos, por ejemplo, la gente ha vuelto a encender las plantas termoeléctricas de carbón porque el gas está más salado. ¡Qué nivel! Uno pensaría que ya hay suficiente tecnología limpia y económica para hacer la transición, pero parece que todavía hay resistencia.
Claro, no todo está perdido. El estudio dice que algunos países sí han logrado reducir sus emisiones sin afectar la economía, ¡y eso da esperanza! Incluso en India, que es un país gigante con muchísima gente, están logrando avanzar gracias a las energías renovables y a un monzón más temprano de lo normal. Nosotros, como Costa Rica, tenemos la ventaja de que somos pequeños y podemos movernos rápido. Tenemos el potencial de ser un ejemplo para el resto del mundo, pero necesitamos ponerle más corazón y compromiso, ¿me entiendes?
Ahora dime, mi pana: ¿crees que realmente vamos a lograr cambiar el curso de la historia y evitar que el planeta se vaya al traste, o ya estamos jodidos? ¿Qué medidas concretas debería tomar Costa Rica para demostrar que estamos comprometidos con la lucha contra el cambio climático, aparte de seguir hablando bonito? ¡Déjame tu opinión aquí abajo!
