¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con lo de Ciudad Gobierno. Resulta que cinco candidatos a la presidencia –Claudia Dobles, Luis Amador, Eliécer Feinzaig, Fabricio Alvarado y Laura Fernández– han metido en sus planes la idea de construir este mega complejo gubernamental. Uno piensa, ¿será que aprendieron la lección o será otro despilfarro en puerta?
La verdad, este proyecto lleva dando vueltas desde hace como quince años, pasando por los gobiernos de Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado y hasta el de Rodrigo Chaves. Todos prometiendo que sí, que van a hacer Ciudad Gobierno, pero luego… ¡puf! Desaparecido. Parece maldito, chícharo.
La propuesta consiste en juntar a más de 35 instituciones públicas y unos 10.000 burócratas en un solo lugar. Dicen que así va a ser más eficiente, que se van a ahorrar plata y que los ciudadanos van a tener más fácil acceder a los servicios. Suena lindo en teoría, pero en la práctica... ¿quién nos garantiza que no se va a convertir en un monstruo burocrático aún peor de lo que tenemos ahora?
Cada candidato tiene su propia versión del cómo financiarlo. Dobles habla de licitaciones competitivas, Amador propone un esquema de “BOLT” (Construir, Operar, Arrendar y Transferir) con el BCIE, Feinzaig quiere aplicar las leyes de contratación pública, Alvarado plantea una infraestructura inteligente y Fernández promete modernizar San José y ahorrar en alquileres. ¡Menudo brete!
Lo interesante es que la idea de Amador de usar el esquema BOLT es prácticamente idéntica a la que propuso Chaves durante su gestión. Eso sí da para pensar, ¿será que simplemente están reciclando ideas viejas o hay una verdadera convicción detrás de esto?
Pero ojo, porque la Contraloría General de la República ya le ha puesto hielo al asunto. Rechazaron la última propuesta argumentando que el artículo 67 de la Ley de Contratación Pública no ampara ese tipo de proyectos. Lo del arrendamiento en terrenos públicos, el endeudamiento… ¡todo un lío legal! Parece que la Contraloría se está poniendo más pilosa que nunca, y eso es bueno, por cierto.
Y hablando de pilas, resulta que la administración anterior intentó pasarle la factura a la Contraloría, alegando que ellos habían presentado la vía recursiva. Pero la realidad es que el proyecto sigue atascado, sin avanzar ni un palmo. ¡Qué torta! Otro ejemplo de cómo los políticos se escudan en tecnicismos para evitar asumir responsabilidades.
Así que ahí estamos, con cinco candidatos prometiendo lo mismo que sus predecesores, un proyecto que parece destinado a fracasar y una Contraloría decidida a poner trabas. ¿Será que alguno de estos candidatos realmente tendrá la valentía y la visión para llevar adelante este proyecto (si es que vale la pena) o simplemente es campaña política pura? ¿Ustedes creen que alguna vez veremos Ciudad Gobierno hecha y funcionando, o seguirá siendo un sueño esquivo?
La verdad, este proyecto lleva dando vueltas desde hace como quince años, pasando por los gobiernos de Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado y hasta el de Rodrigo Chaves. Todos prometiendo que sí, que van a hacer Ciudad Gobierno, pero luego… ¡puf! Desaparecido. Parece maldito, chícharo.
La propuesta consiste en juntar a más de 35 instituciones públicas y unos 10.000 burócratas en un solo lugar. Dicen que así va a ser más eficiente, que se van a ahorrar plata y que los ciudadanos van a tener más fácil acceder a los servicios. Suena lindo en teoría, pero en la práctica... ¿quién nos garantiza que no se va a convertir en un monstruo burocrático aún peor de lo que tenemos ahora?
Cada candidato tiene su propia versión del cómo financiarlo. Dobles habla de licitaciones competitivas, Amador propone un esquema de “BOLT” (Construir, Operar, Arrendar y Transferir) con el BCIE, Feinzaig quiere aplicar las leyes de contratación pública, Alvarado plantea una infraestructura inteligente y Fernández promete modernizar San José y ahorrar en alquileres. ¡Menudo brete!
Lo interesante es que la idea de Amador de usar el esquema BOLT es prácticamente idéntica a la que propuso Chaves durante su gestión. Eso sí da para pensar, ¿será que simplemente están reciclando ideas viejas o hay una verdadera convicción detrás de esto?
Pero ojo, porque la Contraloría General de la República ya le ha puesto hielo al asunto. Rechazaron la última propuesta argumentando que el artículo 67 de la Ley de Contratación Pública no ampara ese tipo de proyectos. Lo del arrendamiento en terrenos públicos, el endeudamiento… ¡todo un lío legal! Parece que la Contraloría se está poniendo más pilosa que nunca, y eso es bueno, por cierto.
Y hablando de pilas, resulta que la administración anterior intentó pasarle la factura a la Contraloría, alegando que ellos habían presentado la vía recursiva. Pero la realidad es que el proyecto sigue atascado, sin avanzar ni un palmo. ¡Qué torta! Otro ejemplo de cómo los políticos se escudan en tecnicismos para evitar asumir responsabilidades.
Así que ahí estamos, con cinco candidatos prometiendo lo mismo que sus predecesores, un proyecto que parece destinado a fracasar y una Contraloría decidida a poner trabas. ¿Será que alguno de estos candidatos realmente tendrá la valentía y la visión para llevar adelante este proyecto (si es que vale la pena) o simplemente es campaña política pura? ¿Ustedes creen que alguna vez veremos Ciudad Gobierno hecha y funcionando, o seguirá siendo un sueño esquivo?
