Actualmente un problema importante para las empresas de sondeos en los últimos años ha tenido que ver con la dificultad de acceso a los encuestados.
Los encuestadores de las principales firmas reconocen que tienen inconvenientes para obtener las opiniones de los sectores más ricos del país, como también las de los más pobres. En el primer caso, porque en los más selectos residenciales se le niega el acceso a su personal, y en el segundo, porque en los barrios más inseguros ni siquiera se les abre la puerta.
“Nosotros debemos ir donde hay muestras, a veces mandamos a nuestros funcionarios en lanchas y a caballo, y cuando tienen que ir a lugares sumamente peligrosos e inseguros los enviamos con seguridad privada que pagamos”, comentó Carlos Denton, presidente de CID Gallup, firma pionera en los estudios de opinión pública desde 1977.
Una alternativa a la que algunas encuestadoras han recurrido es obtener sus muestras telefónicamente, aunque esto implique alguna distorsión de los datos pues actualmente solo un 66% de la población cuenta con teléfono fijo.
A través de esta metodología quedan excluidos un gran número de personas que solo usa teléfono celular, los más pobres que no tienen un teléfono del todo, así como personas de mayores ingresos cuyo número es privado o inaccesible a las firmas encuestadoras.