¡Ay, Dios mío! La Sala Constitucional está que arde, pura candela. Resulta que cerraron el año 2025 con una cifra que te deja boquiabierto: ¡más de 40 mil reclamos de ciudadanos! Eso es un récord histórico, mae, ni comparación con años anteriores. Parece que la gente ya no se anda con rodeos y está echándole ganas pa' defender sus derechos.
Si nos vamos atrás, vemos que esto no es algo nuevo. En 2022 apenas llegaban a 28 mil recursos, y en 2023 subimos a unos 31 mil. En 2024 ya estábamos viendo señales de alerta con casi 36 mil reclamos, pero este año... ¡boom! Más de 40 mil. Claramente, la paciencia se está acabando, y la gente busca refugio en la Constitución.
Según el presidente de la Sala, Luis Fernando Salazar –que ahí va, haciéndole chamba–, la mayoría de estos reclamos giran en torno a problemas de salud. Imagínate, tanta espera, tantos trámites, que la gente termina buscando ayuda legal. Pero él mismo reconoce que esta avalancha de casos demuestra que la ciudadanía confía en la Sala IV como última esperanza. Dijo textualmente, 'Refleja la confianza de la ciudadanía...', suena bien, pero la realidad pinta otra cosa, ¿no?
Lo más preocupante es que este aumento en los reclamos refleja también un crecimiento en las violaciones a nuestros derechos más básicos por parte de las instituciones públicas. Ya no hablamos de un par de casos aislados, estamos viendo una tendencia clara a que los entes del Estado no estén cumpliendo con su deber de proteger a los ciudadanos. ¡Qué vara!
El caso reciente que entró justo antes de Navidad es un ejemplo perfecto. Un señor de Siquirres está reclamando porque le siguen cobrando una licencia comercial que ya canceló hace más de un año. Él dice que la suspendió después de cerrar su negocio, y que hasta pagó todos sus impuestos. Pero la Municipalidad sigue insistiendo en cobrarle, y claro, él fue corriendo a buscar amparo. La plata está dura, y encima te quieren sacarle a uno así...
Y ojo, que aunque la Sala está en cierre colectivo, hay un equipo de emergencia trabajando duro para atender los casos urgentes. Dos magistradas están a full revisando los reclamos que van llegando durante estas fiestas. Una muestra de que, pese a todo, la justicia aún funciona, aunque a veces vaya a paso de tortuga. ¡Un aplauso para ellas, que se fajaron!
Ahora, es importante recordar que para presentar un recurso de amparo no necesitas ser abogado ni tener documentos complicados. Puedes escribir tu queja a mano, en un papelito cualquiera, y llevarlo a la Sala IV en Sabana Sur. Lo importante es expresar claramente lo que te está pasando y qué derecho sientes que te están vulnerando. Así de sencillo, o al menos eso deberían decirnos, porque la burocracia a veces te quiere quitar las ganas.
Con todo esto, me queda una pregunta clavada: ¿Es este aumento en los reclamos una señal de que hemos perdido la fe en nuestras instituciones, o simplemente es una muestra de que la gente está despertando y exigiendo sus derechos? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios! ¿Crees que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para evitar que esto siga creciendo o es normal que haya reclamos en una democracia?
Si nos vamos atrás, vemos que esto no es algo nuevo. En 2022 apenas llegaban a 28 mil recursos, y en 2023 subimos a unos 31 mil. En 2024 ya estábamos viendo señales de alerta con casi 36 mil reclamos, pero este año... ¡boom! Más de 40 mil. Claramente, la paciencia se está acabando, y la gente busca refugio en la Constitución.
Según el presidente de la Sala, Luis Fernando Salazar –que ahí va, haciéndole chamba–, la mayoría de estos reclamos giran en torno a problemas de salud. Imagínate, tanta espera, tantos trámites, que la gente termina buscando ayuda legal. Pero él mismo reconoce que esta avalancha de casos demuestra que la ciudadanía confía en la Sala IV como última esperanza. Dijo textualmente, 'Refleja la confianza de la ciudadanía...', suena bien, pero la realidad pinta otra cosa, ¿no?
Lo más preocupante es que este aumento en los reclamos refleja también un crecimiento en las violaciones a nuestros derechos más básicos por parte de las instituciones públicas. Ya no hablamos de un par de casos aislados, estamos viendo una tendencia clara a que los entes del Estado no estén cumpliendo con su deber de proteger a los ciudadanos. ¡Qué vara!
El caso reciente que entró justo antes de Navidad es un ejemplo perfecto. Un señor de Siquirres está reclamando porque le siguen cobrando una licencia comercial que ya canceló hace más de un año. Él dice que la suspendió después de cerrar su negocio, y que hasta pagó todos sus impuestos. Pero la Municipalidad sigue insistiendo en cobrarle, y claro, él fue corriendo a buscar amparo. La plata está dura, y encima te quieren sacarle a uno así...
Y ojo, que aunque la Sala está en cierre colectivo, hay un equipo de emergencia trabajando duro para atender los casos urgentes. Dos magistradas están a full revisando los reclamos que van llegando durante estas fiestas. Una muestra de que, pese a todo, la justicia aún funciona, aunque a veces vaya a paso de tortuga. ¡Un aplauso para ellas, que se fajaron!
Ahora, es importante recordar que para presentar un recurso de amparo no necesitas ser abogado ni tener documentos complicados. Puedes escribir tu queja a mano, en un papelito cualquiera, y llevarlo a la Sala IV en Sabana Sur. Lo importante es expresar claramente lo que te está pasando y qué derecho sientes que te están vulnerando. Así de sencillo, o al menos eso deberían decirnos, porque la burocracia a veces te quiere quitar las ganas.
Con todo esto, me queda una pregunta clavada: ¿Es este aumento en los reclamos una señal de que hemos perdido la fe en nuestras instituciones, o simplemente es una muestra de que la gente está despertando y exigiendo sus derechos? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios! ¿Crees que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para evitar que esto siga creciendo o es normal que haya reclamos en una democracia?