Hola,
Esto la verdad deja mucho que meditar...
Otto Guevara: el estratega que no era - OPINIÓN - nacioncom
No sé ustedes, pero yo tendría mucho cuidado con este tipo de partidos la próxima vez... Siendo un colaborador cercano quien lo escribe, juzguen ustedes.
Saludos.gif)
Esto la verdad deja mucho que meditar...
Otto Guevara: el estratega que no era
En la campaña del Movimiento Libertario, lo fundamental, naufragó por completo
Walter Farah Walter Farah,exsecretario de Políticas Públicas del Movimiento Libertario 09:02 p.m. 12/03/2010
El 20% obtenido en las votaciones presidenciales por el ML aumenta cuantitativamente su presencia en el escenario político. Sin embargo, internamente, es una derrota.
En primer lugar, por la evolución misma de la campaña ya que, durante ella, se llegó al 30%. En segundo lugar, por los resultados obtenidos en diputados y regidores. En tercer término, porque no se logró la meta estratégica inicial.
La mayor responsabilidad es de quienes condujeron la campaña electoral que, como corresponde, derivan de acciones de la Candidatura Presidencial, es decir, don Otto Guevara.
En diciembre del 2008 se convocó a un grupo de personas para que analizara, definiera y ejecutara las líneas de acción estratégicas para la campaña electoral. Ese grupo se reunió unas tres o cuatro veces y después desapareció, sin pena ni gloria. Durante el 2009, el proceso electoral interno derivó en una serie de responsables en distintas áreas que, durante él, sufrió varios y dramáticos cambios.
Al inicio de la Campaña Nacional fue nombrada una gerente de Campaña (Patricia Pérez) y otro de Estrategia (Róger Retana). El primero coordinaría la acción diaria a través de un Comando de Campaña. El segundo, la estrategia. Desde el inicio, los responsables de Comunicación (Danny Quirós) y de Finanzas (Cristhian Arguedas), miembros del Comando, asumieron funciones estratégicas. Poco tiempo después la oficina del Candidato empieza a tomar forma y un responsable (Walter Farah) asume la coordinación de su agenda y su participación en actividades específicas.
Para octubre del 2009, existía un Comité de Estrategia (Retana, Quirós y Arguedas), un Comando de Campaña dirigido por la Gerencia de Campaña y una Oficina del Candidato.
Entre noviembre y diciembre fue destituido el responsable de agenda (giras y eventos) de la oficina del candidato. La gerente de Campaña (Patricia Pérez) permitió ser desplazada y sustituida por una nueva persona cuya legitimación derivó, exclusivamente, de vínculos personales con el CP (Debora Formal).
Además, desapareció el Comando de Campaña. El Comité de Estrategia asumió el control de la agenda y giras del Candidato, y la nueva Gerencia de Campaña, paulatinamente, también asumió funciones meramente operativas que, en el pasado, habían correspondido al viejo Comando. Empezó ayudando en actividades de promoción; asumió la coordinación de signos externos, se convirtió en gerente, coordinadora de transportes, territoriales, electorales y no se sabe qué más, pero también, unos pocos días, en las últimas semanas, coordinadora de San José.
Es cierto que la definición y la ejecución de la estrategia es una decisión de pocas personas, pero también lo es que depende absolutamente de las funciones típicas que originalmente asumió el Comando de Campaña. Es la conocida relación entre estrategia y táctica, cuestión que puede resolverse organizativamente de múltiples maneras, pero que es imprescindible que exista y que funcione.
La situación descrita en el apartado anterior revela que, en la campaña, lo fundamental, naufragó por completo.
A la deriva. Conforme la inestabilidad anterior tomaba fuerza, también se fomentaba una mayor concentración de poder y, dado que el Comité de Estrategia asumía el control total pero reducía su ámbito de competencias al candidato, la comunicación y la búsqueda de recursos financieros, la campaña en su conjunto perdió el rumbo y se fracturó por completo.
Al desaparecer ese vínculo, llegado el día de las elecciones, el Libertario tuvo, no una, sino múltiples campañas, sobreviviendo entre sí, con recursos desiguales, en algunos casos en conflicto permanente.
La situación se agravó, por un lado, por la propia elección de las personas que paulatinamente tomaron el control total de la campaña.
Por otro, es cierto que la comunicación es estratégica en cualquier campaña, pero también lo es que la estrategia no se reduce a la comunicación.
En tercer término, en general, la ejecución de las tareas asociadas al Comando de Campaña, al inicio, fue deficiente y, al final, muy deficiente. Pero todas ellas y otras, merecen un desarrollo posterior.
Lo que sí es cierto es que don Otto o no sabía en qué consistía la estrategia y la táctica o, no supo de su importancia o, pudo ser, tuviera otros propósitos, donde la campaña y el partido solo fueron parte de ellos.
La única manera de saberlo es que don Otto, en su condición de presidente del Partido, solicite u ofrezca los informes respectivos. Pero, conociendo los antecedentes y el presente inmediato, me temo que ello no ocurrirá.
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No sé ustedes, pero yo tendría mucho cuidado con este tipo de partidos la próxima vez... Siendo un colaborador cercano quien lo escribe, juzguen ustedes.
Saludos
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