¡Ay, Dios mío! Prepárense, porque este martes 30 de diciembre la Circunvalación va a estar más pesada que gallina ciega buscando hormigas. El MOPT confirmó paso regulado en la obra que une Hatillos 7 y 8, sobre la Ruta 39, y eso significa que pueden olvidarse de llegar rápido a ningún lado si tienen que pasar por ahí. Menos mal que todavía queda medio día de vacaciones, pero así nomás nos sacan los colores.
La idea es terminar esos pasos a desnivel y las vías marginales que prometían quitarle los semáforos a la Circunvalación hace mil años. Ya saben, la eterna promesa de poder ir volando por esa carretera sin tener que parar ni un momento. Pero bueno, para llegar a esa utopía, hay que aguantar unas horitas de torta, pues no hay manera de hacer magia.
Según el MOPT, los trabajos van a empezar puntualmente a las seis de la mañana y se van a extender hasta las cinco de la tarde. Eso quiere decir once horas de tráfico intermitente, de esas que te hacen cuestionarte si realmente vale la pena salir de casa. Dicen que habilitarán los carriles por turnos, lo cual inevitablemente va a causar el famoso “efecto acordeón”, que es cuando los carros se juntan como sardinas enlatadas desde la rotonda de San Sebastián hasta Pavas, dependiendo del sentido en que vayas. ¡Una joya!
Ahora, hay que ponerle atención a esto del 30 de diciembre. Sí, claro, algunos estamos de vacaciones y hay menos gente yendo al trabajo. Pero también hay miles de borregos tratando de aprovechar los últimos días para escaparse a la playa o haciendo compras de último minuto, y eso suma tráfico a la ecuación. Entonces, ¿por qué eligieron precisamente esa fecha? Bueno, seguramente tendrán sus buenos motivos burocráticos, pero desde mi humilde opinión, parece una jugada arriesgada que puede acabar generando caos generalizado.
Pero miren, no todo es tan negativo. Estas obras son cruciales para mejorar la seguridad vial en esa zona, donde los atropellos y colisiones eran pan de todos los días. Además, al conectar la Circunvalación con la Circunvalación Norte, estaremos teniendo una vía mucho más fluida y eficiente para movernos por la Gran Área Metropolitana. Digamos que es el precio que tenemos que pagar por progresar, aunque a veces cueste caro.
Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros los conductores para no terminar hechos puré en la Circunvalación? Pues, primero, activen Waze o Google Maps antes de salir de casa. Estas aplicaciones les avisarán en tiempo real de las demoras y podrán tomar decisiones informadas. Segundo, valgan la pena explorar rutas alternativas, como cruzar por el centro de los Hatillos o aventurarse por Alajuelita, siempre y cuando su destino lo permita. Tercero, y quizás lo más importante, ¡mantengan la calma y respeten las indicaciones de los banderilleros! Que no se armen broncas innecesarias por culpa de unos pocos minutos de retraso.
El MOPT insiste en que estas jornadas diurnas son indispensables para asegurar que el trabajo quede bien hecho antes de que termine el año fiscal y aprovechen el buen clima que nos da Costa Rica para echar concreto. Entendemos la necesidad, pero a ver si la próxima vez planean estas cosas en julio, que nadie anda apurado por ir a la playa en esa época. Ojalá que todo vaya bien y podamos seguir movilizándonos con relativa facilidad en nuestro país, aunque a veces parezca misión imposible.
Y ahora, dígame, ¿ustedes creen que el MOPT debería haber elegido otra fecha para estas obras, considerando la temporada alta de viajes y compras? ¿O es inevitable que siempre haya algún inconveniente cuando intentamos movernos por la capital?
La idea es terminar esos pasos a desnivel y las vías marginales que prometían quitarle los semáforos a la Circunvalación hace mil años. Ya saben, la eterna promesa de poder ir volando por esa carretera sin tener que parar ni un momento. Pero bueno, para llegar a esa utopía, hay que aguantar unas horitas de torta, pues no hay manera de hacer magia.
Según el MOPT, los trabajos van a empezar puntualmente a las seis de la mañana y se van a extender hasta las cinco de la tarde. Eso quiere decir once horas de tráfico intermitente, de esas que te hacen cuestionarte si realmente vale la pena salir de casa. Dicen que habilitarán los carriles por turnos, lo cual inevitablemente va a causar el famoso “efecto acordeón”, que es cuando los carros se juntan como sardinas enlatadas desde la rotonda de San Sebastián hasta Pavas, dependiendo del sentido en que vayas. ¡Una joya!
Ahora, hay que ponerle atención a esto del 30 de diciembre. Sí, claro, algunos estamos de vacaciones y hay menos gente yendo al trabajo. Pero también hay miles de borregos tratando de aprovechar los últimos días para escaparse a la playa o haciendo compras de último minuto, y eso suma tráfico a la ecuación. Entonces, ¿por qué eligieron precisamente esa fecha? Bueno, seguramente tendrán sus buenos motivos burocráticos, pero desde mi humilde opinión, parece una jugada arriesgada que puede acabar generando caos generalizado.
Pero miren, no todo es tan negativo. Estas obras son cruciales para mejorar la seguridad vial en esa zona, donde los atropellos y colisiones eran pan de todos los días. Además, al conectar la Circunvalación con la Circunvalación Norte, estaremos teniendo una vía mucho más fluida y eficiente para movernos por la Gran Área Metropolitana. Digamos que es el precio que tenemos que pagar por progresar, aunque a veces cueste caro.
Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros los conductores para no terminar hechos puré en la Circunvalación? Pues, primero, activen Waze o Google Maps antes de salir de casa. Estas aplicaciones les avisarán en tiempo real de las demoras y podrán tomar decisiones informadas. Segundo, valgan la pena explorar rutas alternativas, como cruzar por el centro de los Hatillos o aventurarse por Alajuelita, siempre y cuando su destino lo permita. Tercero, y quizás lo más importante, ¡mantengan la calma y respeten las indicaciones de los banderilleros! Que no se armen broncas innecesarias por culpa de unos pocos minutos de retraso.
El MOPT insiste en que estas jornadas diurnas son indispensables para asegurar que el trabajo quede bien hecho antes de que termine el año fiscal y aprovechen el buen clima que nos da Costa Rica para echar concreto. Entendemos la necesidad, pero a ver si la próxima vez planean estas cosas en julio, que nadie anda apurado por ir a la playa en esa época. Ojalá que todo vaya bien y podamos seguir movilizándonos con relativa facilidad en nuestro país, aunque a veces parezca misión imposible.
Y ahora, dígame, ¿ustedes creen que el MOPT debería haber elegido otra fecha para estas obras, considerando la temporada alta de viajes y compras? ¿O es inevitable que siempre haya algún inconveniente cuando intentamos movernos por la capital?
