¡Ay, Dios mío! Pues resulta que el Gobierno le dio una extensión temporal a las estaciones de radio y televisión, una movida que ha levantado más polvo que baile en Carnaval. Parece que quieren evitar cualquier bronca durante las elecciones del 2026, asegurándose de que todos tengamos dónde escuchar las campañas y los debates… aunque algunos ya andan con la mosca detrás de la oreja preguntándose si esto es andar pa’lante o pa’trás.
La jugada se hizo oficial con el Decreto Ejecutivo 45195-MICITT, publicado por el MICITT, que básicamente le da más tiempo de vida a esas licencias que estaban a punto de caducar el 28 de septiembre del año que entra. Esto significa que seguirán transmitiendo hasta que se defina quién va a estar al mando del país – tanto el Presidente como el Congreso – después de las votaciones. Ya saben, hasta que el TSE diga “aquí están los nuevos”, las emisoras siguen echando humo.
Según el MICITT, esta decisión es pa’ proteger al pueblo, pa' que estemos bien informados durante el proceso electoral y nadie pueda decir que el gobierno anda intentando amordazar a los medios. Dicen que han desmentido esos rumores de que querían apagarles el micrófono a los periodistas, ¡imagínate qué escándalo sería eso! Pero bueno, algunos ya fruncieron el ceño, pensando que esto retarda el plan pa’ modernizar y repartir mejor las ondas.
Y ahí viene la parte interesante, porque desde el Gobierno aseguran que esto es solo un parche temporal, una solución rápida pa’ no meter la pata. Insisten en que el proceso concursal que está llevando SUTEL pa’ dar nuevas concesiones sigue adelante, sin importar esta pequeña demora. Quieren demostrar que van a manejar las frecuencias de manera justa y transparente, sin favoritismos ni chinchorros. ¡Eso dicen, claro!
Para darle más sabor a la vaina, hay que recordar que este tema del espectro radioeléctrico lleva tiempo siendo un dolor de cabeza. Se habla de modernizarlo, de hacerlo más eficiente, de darle oportunidades a nuevos actores… pero siempre hay intereses creados y trabas burocráticas que dificultan el camino. Pa’ muchos, estas concesiones extendidas pueden ser vistas como un regalo a los que ya tienen el pastel, dejando afuera a los que sueñan con tener su propia emisora y hacer ruido en el ambiente.
Esta prórroga, sin embargo, le da tranquilidad a los dueños de las emisoras, que ahora pueden respirar tranquilos sabiendo que no tendrán que cerrar sus puertas a mitad de camino. Le quitan presión, les dan tiempo pa’ prepararse para el futuro y pa’ seguir cumpliendo su labor de informar a la población. Aunque, honestamente, uno se queda con la sensación de que esto es ponerle curitas a un problema que requiere cirugía mayor.
Lo cierto es que la gestión del espectro radioeléctrico es fundamental para el desarrollo del país. No es solo cuestión de tener canales de TV y emisoras de radio; es también de impulsar la innovación, de fomentar la competencia y de garantizar el acceso a la información para todos los ciudadanos. Un espectro bien administrado puede ser un motor de crecimiento económico y social, ¡y uno mal gestionado puede convertirse en un cuello de botella que frena el progreso!
Entonces, mi gente, aquí surge la pregunta: ¿Es esta prórroga una medida necesaria para proteger el proceso democrático, o estamos simplemente aplazando decisiones difíciles que podrían transformar el panorama mediático de nuestro país? ¿Debería el gobierno priorizar la estabilidad actual o acelerar la modernización del espectro radioeléctrico, incluso si eso implica cierta incertidumbre a corto plazo?
La jugada se hizo oficial con el Decreto Ejecutivo 45195-MICITT, publicado por el MICITT, que básicamente le da más tiempo de vida a esas licencias que estaban a punto de caducar el 28 de septiembre del año que entra. Esto significa que seguirán transmitiendo hasta que se defina quién va a estar al mando del país – tanto el Presidente como el Congreso – después de las votaciones. Ya saben, hasta que el TSE diga “aquí están los nuevos”, las emisoras siguen echando humo.
Según el MICITT, esta decisión es pa’ proteger al pueblo, pa' que estemos bien informados durante el proceso electoral y nadie pueda decir que el gobierno anda intentando amordazar a los medios. Dicen que han desmentido esos rumores de que querían apagarles el micrófono a los periodistas, ¡imagínate qué escándalo sería eso! Pero bueno, algunos ya fruncieron el ceño, pensando que esto retarda el plan pa’ modernizar y repartir mejor las ondas.
Y ahí viene la parte interesante, porque desde el Gobierno aseguran que esto es solo un parche temporal, una solución rápida pa’ no meter la pata. Insisten en que el proceso concursal que está llevando SUTEL pa’ dar nuevas concesiones sigue adelante, sin importar esta pequeña demora. Quieren demostrar que van a manejar las frecuencias de manera justa y transparente, sin favoritismos ni chinchorros. ¡Eso dicen, claro!
Para darle más sabor a la vaina, hay que recordar que este tema del espectro radioeléctrico lleva tiempo siendo un dolor de cabeza. Se habla de modernizarlo, de hacerlo más eficiente, de darle oportunidades a nuevos actores… pero siempre hay intereses creados y trabas burocráticas que dificultan el camino. Pa’ muchos, estas concesiones extendidas pueden ser vistas como un regalo a los que ya tienen el pastel, dejando afuera a los que sueñan con tener su propia emisora y hacer ruido en el ambiente.
Esta prórroga, sin embargo, le da tranquilidad a los dueños de las emisoras, que ahora pueden respirar tranquilos sabiendo que no tendrán que cerrar sus puertas a mitad de camino. Le quitan presión, les dan tiempo pa’ prepararse para el futuro y pa’ seguir cumpliendo su labor de informar a la población. Aunque, honestamente, uno se queda con la sensación de que esto es ponerle curitas a un problema que requiere cirugía mayor.
Lo cierto es que la gestión del espectro radioeléctrico es fundamental para el desarrollo del país. No es solo cuestión de tener canales de TV y emisoras de radio; es también de impulsar la innovación, de fomentar la competencia y de garantizar el acceso a la información para todos los ciudadanos. Un espectro bien administrado puede ser un motor de crecimiento económico y social, ¡y uno mal gestionado puede convertirse en un cuello de botella que frena el progreso!
Entonces, mi gente, aquí surge la pregunta: ¿Es esta prórroga una medida necesaria para proteger el proceso democrático, o estamos simplemente aplazando decisiones difíciles que podrían transformar el panorama mediático de nuestro país? ¿Debería el gobierno priorizar la estabilidad actual o acelerar la modernización del espectro radioeléctrico, incluso si eso implica cierta incertidumbre a corto plazo?
