¡Ay, pata! La cosa está caliente en el ambiente político, y don Ariel Robles, candidato del Frente Amplio, no se anda con rodeos. En medio de “Costa Rica Decide 2026”, soltó unas verdades que hicieron temblar algunas estructuras. Habló de un modelo fiscal chueco, de seguridad en quiebra y de un Ministerio de Educación Pública (MEP) más preocupado por cosas superficiales que por el futuro de nuestros niños. Directamente, puro fuego.
El señor Robles, en un espacio informativo de Grupo Extra, lanzó la bomba: “¿Cómo puede ser que una pulpería del barrio esté pagando más impuestos que una gran empresa?”. Me imagino la cara de algunos directivos escuchando eso... Puro despiche. Argumentó que existen vacíos legales que permiten a las grandes corporaciones evitar el pago justo de impuestos, dejando a las espaldas de los trabajadores y las pymes, que son la columna vertebral de nuestra economía, representando casi el 90% del parque empresarial. Un brete el que llevamos.
Según el candidato, no se trata de inventar nuevos impuestos para la gente trabajadora, sino de hacer justicia fiscal. Hay que ponerle lupa a las exoneraciones, cerrar esos agujeros negros donde las empresas más poderosas se esconden para no aportar lo suyo al paìs. Es un llamado a revisar quiénes realmente sostienen al Estado y quiénes se aprovechan de las grietas del sistema. ¡Un clamor de justicia, diay!
Y no quedó solo en lo fiscal. Robles también prendió alarmas sobre la situación de seguridad en el país. Dijo que estamos perdiendo terreno frente al narcotráfico, que hay zonas bajo control de estos grupos delictivos. Necesitamos recuperar ese territorio, declaró, declarando incluso una emergencia en los cantones más afectados por la violencia. ¡Una medida drástica, pero quizás necesaria!
Pero no basta con enviar más patrullas, recalcó. La clave es establecer una presencia permanente del Estado en esas comunidades, desde construir escuelas y centros de salud hasta ofrecer programas de vivienda digna. Porque, como bien dijo, “si no atendemos con recuperación de espacios públicos, con trabajo, con educación, lo que vamos en estas comunidades es que encerramos unos para que mañana el narco contrate otros.” ¡Pura verdad, mi pana!
Ahora, hablemos del MEP. El candidato no escatimó en críticas al ministerio, calificándolo de estar distraído con trivialidades en lugar de enfocarse en los problemas reales que afectan a la educación pública. Se quejó de la falta de inversión, del rezago educativo y de la precaria infraestructura de muchas escuelas. ¿Que le preocupa el color de pelo de los estudiantes?, se preguntó retóricamente. ¡Menuda carga! Claramente, la educación necesita una inyección urgente de recursos y atención.
Para Robles, todos estos temas —fiscalidad, seguridad, educación— están interconectados y forman parte de un mismo desafío nacional. Requieren soluciones estructurales, un cambio de rumbo en la forma en que se gobierna el país. No se puede seguir parcheando los problemas, sino abordar las causas profundas que generan desigualdad, violencia y deterioro institucional. Sin una visión clara y un compromiso firme, seguiremos dando vueltas en círculos.
Así que, mis queridos foristas, me queda la pregunta: ¿Ustedes creen que las propuestas de Ariel Robles son viables para sacar adelante a Costa Rica? ¿Será posible revertir esta situación actual, o estamos condenados a seguir viendo cómo el país se va al traste poco a poco? Dejen sus opiniones abajo, ¡quiero leerlos!
El señor Robles, en un espacio informativo de Grupo Extra, lanzó la bomba: “¿Cómo puede ser que una pulpería del barrio esté pagando más impuestos que una gran empresa?”. Me imagino la cara de algunos directivos escuchando eso... Puro despiche. Argumentó que existen vacíos legales que permiten a las grandes corporaciones evitar el pago justo de impuestos, dejando a las espaldas de los trabajadores y las pymes, que son la columna vertebral de nuestra economía, representando casi el 90% del parque empresarial. Un brete el que llevamos.
Según el candidato, no se trata de inventar nuevos impuestos para la gente trabajadora, sino de hacer justicia fiscal. Hay que ponerle lupa a las exoneraciones, cerrar esos agujeros negros donde las empresas más poderosas se esconden para no aportar lo suyo al paìs. Es un llamado a revisar quiénes realmente sostienen al Estado y quiénes se aprovechan de las grietas del sistema. ¡Un clamor de justicia, diay!
Y no quedó solo en lo fiscal. Robles también prendió alarmas sobre la situación de seguridad en el país. Dijo que estamos perdiendo terreno frente al narcotráfico, que hay zonas bajo control de estos grupos delictivos. Necesitamos recuperar ese territorio, declaró, declarando incluso una emergencia en los cantones más afectados por la violencia. ¡Una medida drástica, pero quizás necesaria!
Pero no basta con enviar más patrullas, recalcó. La clave es establecer una presencia permanente del Estado en esas comunidades, desde construir escuelas y centros de salud hasta ofrecer programas de vivienda digna. Porque, como bien dijo, “si no atendemos con recuperación de espacios públicos, con trabajo, con educación, lo que vamos en estas comunidades es que encerramos unos para que mañana el narco contrate otros.” ¡Pura verdad, mi pana!
Ahora, hablemos del MEP. El candidato no escatimó en críticas al ministerio, calificándolo de estar distraído con trivialidades en lugar de enfocarse en los problemas reales que afectan a la educación pública. Se quejó de la falta de inversión, del rezago educativo y de la precaria infraestructura de muchas escuelas. ¿Que le preocupa el color de pelo de los estudiantes?, se preguntó retóricamente. ¡Menuda carga! Claramente, la educación necesita una inyección urgente de recursos y atención.
Para Robles, todos estos temas —fiscalidad, seguridad, educación— están interconectados y forman parte de un mismo desafío nacional. Requieren soluciones estructurales, un cambio de rumbo en la forma en que se gobierna el país. No se puede seguir parcheando los problemas, sino abordar las causas profundas que generan desigualdad, violencia y deterioro institucional. Sin una visión clara y un compromiso firme, seguiremos dando vueltas en círculos.
Así que, mis queridos foristas, me queda la pregunta: ¿Ustedes creen que las propuestas de Ariel Robles son viables para sacar adelante a Costa Rica? ¿Será posible revertir esta situación actual, o estamos condenados a seguir viendo cómo el país se va al traste poco a poco? Dejen sus opiniones abajo, ¡quiero leerlos!