¡Aguascale! Resulta que nuestro querido Turrialba no solo es famoso por los quesitos que nos mandan pa’l frente y el Volcán que a veces se le sale el humo, sino que ahora se lleva un reconocimiento internacional que le pega duro al orgullo. Carlos Eduardo Hidalgo Flores, nuestro alcalde, regresó con una estatuilla debajo del brazo que no cualquiera se gana: ‘Alcalde Solidario e Incluyente de Latinoamérica 2025’. Y eso que algunos pensaban que solo estaba gastando plata en cosas inútiles, ¡pero resulta que estaban bien equivocados!
La peya se la dieron en Colombia, precisamente en Bogotá, por parte de la Fundación INCLUSOCIAL, unos tipos que andan buscando a los gobiernos locales que hacen cosas bien por la gente vulnerable. No es la primera vez que estos señores nos ponen la mira encima, pero esta vez le dieron justo en el clavo. Ya saben, en tiempos donde hasta pa’ conseguir una cita con el médico hay que tener contactos, ver esto da esperanzas, diay.
Pero, ¿qué hizo exactamente el alcalde para ganarse este apodo? Pues pincha, llegó el momento de hablar del “Rincón de Paz”. Este brete, que suena a nombre de spa, es en realidad un proyecto tremendo que ofrece asesoría psicológica gratuita a los vecinos. Imagínate, gratis, en Costa Rica. Una vara que todavía parece cuento chino. En medio de la pandemia y con las listas de espera en la Caja que parecen interminables, Hidalgo tuvo la visión de hacer algo diferente, algo que realmente impacte la vida de la gente.
La idea es simple pero efectiva: crear espacios seguros donde la gente pueda desahogarse, recibir apoyo emocional y, si lo necesitan, buscar ayuda espiritual. No estamos hablando de terapias complicadísimas ni teorías raras, sino de una oreja atenta, un hombro amigo y profesionales que te ayudan a levantar la cabeza cuando sientes que te vas a ir al traste. Y eso, mi pana, no tiene precio. Pa' los que no lo saben, la salud mental no es lujo, es necesidad básica.
Según Jorge Luis Escalante Miranda, presidente de INCLUSOCIAL, el alcalde Hidalgo se lució porque implementó estrategias innovadoras y se metió de lleno en el problema. No se quedó esperando a que la situación empeorara, sino que salió a combatir la crisis de salud mental desde la raíz. Dijo que Hidalgo demostró que un gobierno local puede marcar la diferencia y convertirse en la primera línea de defensa ante la depresión y el suicidio. Y yo le doy toda la razón, ¡ésta sí que es una vara con la que podemos sentirnos orgullosos!
Muchos dirán que es fácil hablar cuando ya tienes el premio en casa, pero la verdad es que este reconocimiento valida que invertir en salud mental es tan importante como arreglar las calles o construir escuelas nuevas. Porque, ¿de qué sirve tener buenas carreteras si la gente está deprimida y sin rumbo? Es cuestión de prioridades, y Turrialba, con este gesto, nos demuestra que sabe cuáles son.
Ahora, los demás 83 cantones del país deberían tomar nota. Ya vieron, no hace falta ser multimillonario ni tener recursos ilimitados para hacer cosas buenas. Basta con tener la voluntad política y el compromiso de trabajar por el bienestar de la comunidad. Ojalá otros alcaldes se animen a copiar esta iniciativa y podamos tener más “Rinccones de Paz” por todo Costa Rica. Sería una verdadera revolución social, diay. Ese sería el verdadero golazo.
Así que me pregunto, ¿crees que otras municipalidades deberían implementar programas similares al ‘Rincón de Paz’, adaptándolos a sus propias necesidades y realidades? ¿Sería posible replicar este modelo a nivel nacional para aliviar la creciente carga de problemas de salud mental que enfrentamos?
La peya se la dieron en Colombia, precisamente en Bogotá, por parte de la Fundación INCLUSOCIAL, unos tipos que andan buscando a los gobiernos locales que hacen cosas bien por la gente vulnerable. No es la primera vez que estos señores nos ponen la mira encima, pero esta vez le dieron justo en el clavo. Ya saben, en tiempos donde hasta pa’ conseguir una cita con el médico hay que tener contactos, ver esto da esperanzas, diay.
Pero, ¿qué hizo exactamente el alcalde para ganarse este apodo? Pues pincha, llegó el momento de hablar del “Rincón de Paz”. Este brete, que suena a nombre de spa, es en realidad un proyecto tremendo que ofrece asesoría psicológica gratuita a los vecinos. Imagínate, gratis, en Costa Rica. Una vara que todavía parece cuento chino. En medio de la pandemia y con las listas de espera en la Caja que parecen interminables, Hidalgo tuvo la visión de hacer algo diferente, algo que realmente impacte la vida de la gente.
La idea es simple pero efectiva: crear espacios seguros donde la gente pueda desahogarse, recibir apoyo emocional y, si lo necesitan, buscar ayuda espiritual. No estamos hablando de terapias complicadísimas ni teorías raras, sino de una oreja atenta, un hombro amigo y profesionales que te ayudan a levantar la cabeza cuando sientes que te vas a ir al traste. Y eso, mi pana, no tiene precio. Pa' los que no lo saben, la salud mental no es lujo, es necesidad básica.
Según Jorge Luis Escalante Miranda, presidente de INCLUSOCIAL, el alcalde Hidalgo se lució porque implementó estrategias innovadoras y se metió de lleno en el problema. No se quedó esperando a que la situación empeorara, sino que salió a combatir la crisis de salud mental desde la raíz. Dijo que Hidalgo demostró que un gobierno local puede marcar la diferencia y convertirse en la primera línea de defensa ante la depresión y el suicidio. Y yo le doy toda la razón, ¡ésta sí que es una vara con la que podemos sentirnos orgullosos!
Muchos dirán que es fácil hablar cuando ya tienes el premio en casa, pero la verdad es que este reconocimiento valida que invertir en salud mental es tan importante como arreglar las calles o construir escuelas nuevas. Porque, ¿de qué sirve tener buenas carreteras si la gente está deprimida y sin rumbo? Es cuestión de prioridades, y Turrialba, con este gesto, nos demuestra que sabe cuáles son.
Ahora, los demás 83 cantones del país deberían tomar nota. Ya vieron, no hace falta ser multimillonario ni tener recursos ilimitados para hacer cosas buenas. Basta con tener la voluntad política y el compromiso de trabajar por el bienestar de la comunidad. Ojalá otros alcaldes se animen a copiar esta iniciativa y podamos tener más “Rinccones de Paz” por todo Costa Rica. Sería una verdadera revolución social, diay. Ese sería el verdadero golazo.
Así que me pregunto, ¿crees que otras municipalidades deberían implementar programas similares al ‘Rincón de Paz’, adaptándolos a sus propias necesidades y realidades? ¿Sería posible replicar este modelo a nivel nacional para aliviar la creciente carga de problemas de salud mental que enfrentamos?