¡Ay, Dios mío! Esto del Inamu y el caso de Randall Zúñiga se puso más caliente que gallina pochada. Primero fue el diputado Nico, como siempre sacando el tema, señalando que la presidenta Yerlin Zúñiga tenía que ir al Congreso a aclarar el papelcito de la institución en todo este brete. Parece que alguien anda haciendo cosas raras, y ahora todos quieren saber a dónde llegó el agua.
Y ni hablar, porque luego se le sumaron Kattia Rivera y Dinorah Barquero, ambas voceras del PLN, pidiendo a gritos que Yerlin explicara toda la vaina. En medio de un control político en Plenario, reafirmaron que la jerarca debía rendir cuentas, bien clarito, sin rodeos ni salomones. Esta situación ya superó el límite de lo aceptable, diay.
Como si fuera poco, salió a luz que, al parecer, Zúñiga y otra funcionaria, doña Blanca, intentaron sobornar a una señora para que pusiera una denuncia en contra del director del OIJ, Randall. ¿Se imaginan eso? A cambio de beneficios... ¡Qué torta! Parece novela de televisión, pero es nuestra realidad, gente. Un escándalo digno de comentar entre vecinos tomando café.
“El Inamu no puede esconderse tras excusas ni medias tinturas,” recalcó Rivera, con toda la razón del mundo. “Está obligado a decirnos exactamente qué funcionarias estuvieron involucradas en estos contactos turbios, quién les dio las órdenes, con qué fin y cómo usaron los recursos públicos.” Porque, vamos, el dinero es de todos nosotros, y no podemos permitir que lo gasten así, a lo loco, pa' hacerle la pesca a alguien. Es hora de ponerle cerco a este asunto.
Rivera, aprovechando el momento, lanzó unas bombas: pidió a la Fiscalía que investigue esto a fondo, sin dejarse influenciar por nadie. También solicitó a la Contraloría que revise cómo han manejado la plata en el Inamu. Y, pa’ rematar, anunció que va a presentar una moción para que Yerlin comparezca ante la Comisión de la Mujer. ¡No se anda cortando ni un pelo!
Barquero, claro, no quería quedarse atrás y se unió al coro de críticas. Reafirmó que la presidenta del Inamu tenía que dar la cara, explicar qué ha pasado en la institución y por qué no han actuado igual en otros casos. Porque parece que cuando hay intereses fuertes, las cosas cambian… Uno se pregunta qué otros asuntos podrían estar quedando en el olvido mientras se da rienda suelta a este tipo de situaciones.
Pero no solo los diputados están molestos. Dos colectivas feministas también levantaron la voz, poniendo encima de la mesa el posible accionar irregular del Inamu. La Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres cuestionó las políticas actuales contra la violencia y los cambios que ha sufrido la institución. Mientras que el Foro de las Mujeres – Inamu, expresó preocupación por los procedimientos utilizados en el manejo de este caso específico, resaltando que pareciera que la atención se centra únicamente en este problema mientras otras problemáticas graves como los femicidios y desapariciones siguen sin recibir la urgencia necesaria.
Ahora, parece que en los próximos días el Congreso tomará una decisión sobre si convocar o no a Yerlin Zúñiga a declarar. Este caso nos deja pensando: ¿Debería el Inamu tener más facultades para investigar y sancionar a sus propios funcionarios cuando se detectan posibles actos de corrupción, o es preferible mantener una supervisión externa más estricta para evitar conflictos de interés?
Y ni hablar, porque luego se le sumaron Kattia Rivera y Dinorah Barquero, ambas voceras del PLN, pidiendo a gritos que Yerlin explicara toda la vaina. En medio de un control político en Plenario, reafirmaron que la jerarca debía rendir cuentas, bien clarito, sin rodeos ni salomones. Esta situación ya superó el límite de lo aceptable, diay.
Como si fuera poco, salió a luz que, al parecer, Zúñiga y otra funcionaria, doña Blanca, intentaron sobornar a una señora para que pusiera una denuncia en contra del director del OIJ, Randall. ¿Se imaginan eso? A cambio de beneficios... ¡Qué torta! Parece novela de televisión, pero es nuestra realidad, gente. Un escándalo digno de comentar entre vecinos tomando café.
“El Inamu no puede esconderse tras excusas ni medias tinturas,” recalcó Rivera, con toda la razón del mundo. “Está obligado a decirnos exactamente qué funcionarias estuvieron involucradas en estos contactos turbios, quién les dio las órdenes, con qué fin y cómo usaron los recursos públicos.” Porque, vamos, el dinero es de todos nosotros, y no podemos permitir que lo gasten así, a lo loco, pa' hacerle la pesca a alguien. Es hora de ponerle cerco a este asunto.
Rivera, aprovechando el momento, lanzó unas bombas: pidió a la Fiscalía que investigue esto a fondo, sin dejarse influenciar por nadie. También solicitó a la Contraloría que revise cómo han manejado la plata en el Inamu. Y, pa’ rematar, anunció que va a presentar una moción para que Yerlin comparezca ante la Comisión de la Mujer. ¡No se anda cortando ni un pelo!
Barquero, claro, no quería quedarse atrás y se unió al coro de críticas. Reafirmó que la presidenta del Inamu tenía que dar la cara, explicar qué ha pasado en la institución y por qué no han actuado igual en otros casos. Porque parece que cuando hay intereses fuertes, las cosas cambian… Uno se pregunta qué otros asuntos podrían estar quedando en el olvido mientras se da rienda suelta a este tipo de situaciones.
Pero no solo los diputados están molestos. Dos colectivas feministas también levantaron la voz, poniendo encima de la mesa el posible accionar irregular del Inamu. La Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres cuestionó las políticas actuales contra la violencia y los cambios que ha sufrido la institución. Mientras que el Foro de las Mujeres – Inamu, expresó preocupación por los procedimientos utilizados en el manejo de este caso específico, resaltando que pareciera que la atención se centra únicamente en este problema mientras otras problemáticas graves como los femicidios y desapariciones siguen sin recibir la urgencia necesaria.
Ahora, parece que en los próximos días el Congreso tomará una decisión sobre si convocar o no a Yerlin Zúñiga a declarar. Este caso nos deja pensando: ¿Debería el Inamu tener más facultades para investigar y sancionar a sus propios funcionarios cuando se detectan posibles actos de corrupción, o es preferible mantener una supervisión externa más estricta para evitar conflictos de interés?
