¡Ay, Dios mío! Quién lo iba a decir... La eliminatoria rumbo al Mundial 2026 se ha puesto más caliente que gallo en pedregal. Los grandes, los que siempre estaban ahí, están raspando fondo. Parece que el fútbol le está jugando una macana a los pesos pesados y dando espacio a nuevos aspirantes. Esto sí que es un churro, señores.
La verdad, nadie se esperaba este batacazo. Siempre pensamos que la ruta hacia Qatar era casi automática, pero parece que ahora hay que sudar la gota gorda. Equipos que nunca habíamos escuchado mencionar en contextos de competencia internacional están dando la sorpresa y nos están haciendo ver las cosas como realmente son: la vida es impredecible, hasta en el balompié. Tenemos que dejar de creernos los reyes del rancho y empezar a trabajar doble si queremos llegar a ese mundial allá en Norteamérica.
Y hablando de sorpresas, miren el caso de Haití. Ese equipo caribeño llegó pa' acá con ganas de comérselo todo y vaya que lo han hecho. Liderando el Grupo C con cinco puntitos, dejando atrás a Costa Rica, Honduras... ¡Qué tremenda vara! Si la cosa se quedara así, La Sele tendría que empezar a buscar boleto desde repechaje. Eso, mis queridos lectores, es una realidad bien amarga, pero hay que enfrentarla con valentía, aunque uno sienta un nudo en la garganta.
No solo nosotros estamos pasando apuros, fíjense que en Europa Macedonia del Norte, el mismo equipo que dejó fuera a Italia, sigue dando catedra. ¡Pero qué carga! Ahí sí que están demostrando que no fueron cuestión de suerte. También tenemos a Eslovaquia y a Israel metidos en la pelea, echando humo a los europeos que se consideraban intocables. Claramente, esto demuestra que la humildad es fundamental en cualquier deporte.
En África, la cosa pinta igual de loca. Cabo Verde, un país pequeño pero con corazón gigante, anda rebasando a Camerún, un gigante del continente. Benín y Madagascar tampoco se quedan atrás, complicándole la vida a los grandes del fútbol africano. Da gusto ver cómo el fútbol está abriendo paso a nuevas fuerzas, a equipos que llegan con hambre de gloria y sin miedo a enfrentar a cualquiera. Al final, eso es lo que hace emocionante este juego, la incertidumbre y la posibilidad de que ocurran cosas inesperadas.
Por supuesto, algunos ya tienen su pasaporte seguro para el Mundial del 2026. Anfitrionas como Canadá, Estados Unidos y México ya pueden celebrar, al igual que Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Ecuador, Paraguay y otros países poderosos de Asia, África y Oceanía. Pero el resto de la batalla aún está por decidirse, y ahí es donde entra en juego la garra, la disciplina y el talento de cada selección. Necesitamos toda la suerte del mundo, porque esta eliminatoria se puso dura como piedra.
Ahora bien, viendo todo este panorama, uno no puede evitar preguntarse qué necesita hacer exactamente Costa Rica para salir adelante. ¿Es falta de preparación física? ¿Problemas tácticos? ¿Falta de actitud? Definitivamente, necesitamos un cambio de mentalidad y una estrategia clara para poder competir a nivel internacional. Tenemos que recordar quiénes somos, de dónde venimos y qué representa vestir la camiseta nacional. El orgullo tico no se vende ni se regala, se gana con esfuerzo y dedicación.
Con todo esto, me pregunto… ¿Cree usted que la Federación Costarricense de Fútbol debería realizar cambios drásticos en la dirección técnica de la Selección Nacional, o cree que con ajustes menores podemos recuperar el terreno perdido y asegurar nuestro lugar en el Mundial 2026? Déjeme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el pueblo!
La verdad, nadie se esperaba este batacazo. Siempre pensamos que la ruta hacia Qatar era casi automática, pero parece que ahora hay que sudar la gota gorda. Equipos que nunca habíamos escuchado mencionar en contextos de competencia internacional están dando la sorpresa y nos están haciendo ver las cosas como realmente son: la vida es impredecible, hasta en el balompié. Tenemos que dejar de creernos los reyes del rancho y empezar a trabajar doble si queremos llegar a ese mundial allá en Norteamérica.
Y hablando de sorpresas, miren el caso de Haití. Ese equipo caribeño llegó pa' acá con ganas de comérselo todo y vaya que lo han hecho. Liderando el Grupo C con cinco puntitos, dejando atrás a Costa Rica, Honduras... ¡Qué tremenda vara! Si la cosa se quedara así, La Sele tendría que empezar a buscar boleto desde repechaje. Eso, mis queridos lectores, es una realidad bien amarga, pero hay que enfrentarla con valentía, aunque uno sienta un nudo en la garganta.
No solo nosotros estamos pasando apuros, fíjense que en Europa Macedonia del Norte, el mismo equipo que dejó fuera a Italia, sigue dando catedra. ¡Pero qué carga! Ahí sí que están demostrando que no fueron cuestión de suerte. También tenemos a Eslovaquia y a Israel metidos en la pelea, echando humo a los europeos que se consideraban intocables. Claramente, esto demuestra que la humildad es fundamental en cualquier deporte.
En África, la cosa pinta igual de loca. Cabo Verde, un país pequeño pero con corazón gigante, anda rebasando a Camerún, un gigante del continente. Benín y Madagascar tampoco se quedan atrás, complicándole la vida a los grandes del fútbol africano. Da gusto ver cómo el fútbol está abriendo paso a nuevas fuerzas, a equipos que llegan con hambre de gloria y sin miedo a enfrentar a cualquiera. Al final, eso es lo que hace emocionante este juego, la incertidumbre y la posibilidad de que ocurran cosas inesperadas.
Por supuesto, algunos ya tienen su pasaporte seguro para el Mundial del 2026. Anfitrionas como Canadá, Estados Unidos y México ya pueden celebrar, al igual que Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Ecuador, Paraguay y otros países poderosos de Asia, África y Oceanía. Pero el resto de la batalla aún está por decidirse, y ahí es donde entra en juego la garra, la disciplina y el talento de cada selección. Necesitamos toda la suerte del mundo, porque esta eliminatoria se puso dura como piedra.
Ahora bien, viendo todo este panorama, uno no puede evitar preguntarse qué necesita hacer exactamente Costa Rica para salir adelante. ¿Es falta de preparación física? ¿Problemas tácticos? ¿Falta de actitud? Definitivamente, necesitamos un cambio de mentalidad y una estrategia clara para poder competir a nivel internacional. Tenemos que recordar quiénes somos, de dónde venimos y qué representa vestir la camiseta nacional. El orgullo tico no se vende ni se regala, se gana con esfuerzo y dedicación.
Con todo esto, me pregunto… ¿Cree usted que la Federación Costarricense de Fútbol debería realizar cambios drásticos en la dirección técnica de la Selección Nacional, o cree que con ajustes menores podemos recuperar el terreno perdido y asegurar nuestro lugar en el Mundial 2026? Déjeme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el pueblo!
