¡Ay, Dios mío! Esto se puso bueno, comadres. Resulta que la esposa de Hamilton Restrepo Osorio, el extraditable que agarraron este martes, está metida en un buen brete. Se llama Liliana Esquivel Lee, y encima, es la gerente del taller y lavacar de Luxury Mundo Automotriz, el negocio del señor Restrepo. La Fiscalía dice que la estamos viendo por legitimación de capitales, ¡producto del narcotráfico, mándale! Imagínate el chisme.
Todo esto viene de una causa penal que ya lleva tiempo dando vueltas, la 14-000034-1322-PE. Parece que tanto Restrepo como su esposa están acusados desde noviembre del 2023, pero todavía esperamos a que el Juzgado Penal de Goicoechea programe la audiencia preliminar. Ya saben cómo anda eso por acá... un diay, pa’ cuándo sí!
Para ponerlos al día, Restrepo Osorio fue detenido junto a Iván Pablot Martínez, otro colombiano requisitado por Francia, justo en Montecillos de Alajuela. Ambos eran unos fugitivos bien buscados, te digo. Agentes del OIJ los agarraron como moscas, y ahora van a tener que explicarle a Francia qué estaban haciendo por acá.
Pero ahí no acaba la telenovela, comadres. Restrepo aparece en varias sociedades anónimas, hasta una dedicada a vender comida y carros. Y como mencioné, su esposa, Liliana, maneja el negocio del taller y el lavacar. Hay vídeos circulando en redes sociales, ¡pura vaina! Intentamos contactarlos por teléfono, pero nos dijeron que no sabían nada de la información… qué salado, ¿verdad?
Ahora, esto se remonta a eventos aún más antiguos, esos del 2014. Resulta que tanto Restrepo como Martínez fueron investigados por darle ¢15 millones a un exjuez y a dos auxiliares judiciales, de apellido Mora. ¡Qué torta! El exdirector del OIJ, Walter Espinoza, contó que el abogado de Restrepo compró la orden de allanamiento para evitar que la realizaran. ¡Imagínate el nivel de corrupción!
Y ni hablar del exfiscal general, Jorge Chavarría. Él explicó que el abogado estaba pidiendo plata a cambio de evitar allanamientos. Según Chavarría, el caso de Restrepo fue uno de los que se vieron afectados. Dicen que los funcionarios involucrados recibieron lotes, viajes a España, ¡y hasta dinero para comprar carros! Un brete, te digo yo. Todo por unas cuantas monedas, ay, mae…
Las autoridades francesas requieren a Restrepo por tráfico internacional de drogas, al igual que a Martínez. Y ojo que esto no es nuevo. En el 2016, cuando lo quisieron agarrar la primera vez, se escapó de un hospital en Panamá. Y ahora, volvemos a lo mismo. Casualmente, el exfiscal que llevaba el caso en aquel entonces, Celso Gamboa, ¡también está preso y a la espera de extradición a Estados Unidos! Que sal picante, ¿eh?
Bueno, comadres, con toda esta sopa de letras, me pregunto: ¿crees que las autoridades deberían investigar a fondo todas estas conexiones y a todos los cómplices que pudieran haber ayudado a Restrepo a lavar dinero y evadir la justicia? ¿O simplemente vamos a seguir viendo cómo los narcos se aprovechan de nuestros sistemas corruptos?
Todo esto viene de una causa penal que ya lleva tiempo dando vueltas, la 14-000034-1322-PE. Parece que tanto Restrepo como su esposa están acusados desde noviembre del 2023, pero todavía esperamos a que el Juzgado Penal de Goicoechea programe la audiencia preliminar. Ya saben cómo anda eso por acá... un diay, pa’ cuándo sí!
Para ponerlos al día, Restrepo Osorio fue detenido junto a Iván Pablot Martínez, otro colombiano requisitado por Francia, justo en Montecillos de Alajuela. Ambos eran unos fugitivos bien buscados, te digo. Agentes del OIJ los agarraron como moscas, y ahora van a tener que explicarle a Francia qué estaban haciendo por acá.
Pero ahí no acaba la telenovela, comadres. Restrepo aparece en varias sociedades anónimas, hasta una dedicada a vender comida y carros. Y como mencioné, su esposa, Liliana, maneja el negocio del taller y el lavacar. Hay vídeos circulando en redes sociales, ¡pura vaina! Intentamos contactarlos por teléfono, pero nos dijeron que no sabían nada de la información… qué salado, ¿verdad?
Ahora, esto se remonta a eventos aún más antiguos, esos del 2014. Resulta que tanto Restrepo como Martínez fueron investigados por darle ¢15 millones a un exjuez y a dos auxiliares judiciales, de apellido Mora. ¡Qué torta! El exdirector del OIJ, Walter Espinoza, contó que el abogado de Restrepo compró la orden de allanamiento para evitar que la realizaran. ¡Imagínate el nivel de corrupción!
Y ni hablar del exfiscal general, Jorge Chavarría. Él explicó que el abogado estaba pidiendo plata a cambio de evitar allanamientos. Según Chavarría, el caso de Restrepo fue uno de los que se vieron afectados. Dicen que los funcionarios involucrados recibieron lotes, viajes a España, ¡y hasta dinero para comprar carros! Un brete, te digo yo. Todo por unas cuantas monedas, ay, mae…
Las autoridades francesas requieren a Restrepo por tráfico internacional de drogas, al igual que a Martínez. Y ojo que esto no es nuevo. En el 2016, cuando lo quisieron agarrar la primera vez, se escapó de un hospital en Panamá. Y ahora, volvemos a lo mismo. Casualmente, el exfiscal que llevaba el caso en aquel entonces, Celso Gamboa, ¡también está preso y a la espera de extradición a Estados Unidos! Que sal picante, ¿eh?
Bueno, comadres, con toda esta sopa de letras, me pregunto: ¿crees que las autoridades deberían investigar a fondo todas estas conexiones y a todos los cómplices que pudieran haber ayudado a Restrepo a lavar dinero y evadir la justicia? ¿O simplemente vamos a seguir viendo cómo los narcos se aprovechan de nuestros sistemas corruptos?